Entrevista a Begoña Ruiz: "Trabajamos para eliminar toda vulneración del derecho a la salud"

Alicantina, ingeniera técnica de Obras Públicas y máster en Cooperación Internacional, Begoña Ruiz se inició en tareas de cooperación en Honduras en el 2004 y ha estado en los campamentos de personas refugiadas saharauis (Argelia), en Perú, Guinea Bissau, Angola y Tanzania. Entrevista realizada por Carmen Centeno, el pasado 15 de abril en Diario Palentino.

Nos gustaría saber cómo llega una ingeniera de Obras Públicas a Médicos del Mundo, qué le impulsa a cooperar y si lo suyo es puro altruismo o tiene un contrato profesional.
Nunca había tenido ninguna relación con el sector de la cooperación y no recuerdo el momento exacto en el que tomé la decisión; creo que fue más bien una idea que poco a poco se construyó en mi cabeza. Siempre me gustó viajar y no me proyectaba con una vida rutinaria, una casa o un trabajo fijo y creo que eso fue lo primero que me llamó la atención, una búsqueda de realización personal, pero en la cooperación encontré la posibilidad de hacer algo que me gusta, de realizarme profesionalmente y en lo que puedo creer. Desde el principio, y salvo pocas experiencias de voluntariado, siempre he trabajado con rango profesional.

¿Qué clase de trabajo ha desempeñado en sus años de cooperante? ¿Y ahora, como coordinadora de programa y representante de Médicos del Mundo España en Tanzania?
Empecé en 2004 con el programa de Jóvenes Cooperantes de la AECID en Honduras, en proyectos de infraestructura social básica. Los primeros años me ocupé de proyectos de agua, saneamiento e higiene tanto en Honduras, como en los campos de refugiados saharauis y en Perú. En Guinea Bissau empecé a trabajar con Médicos del Mundo en un proyecto de prevención del cólera, enfermedad relacionada directamente con las condiciones de agua y saneamiento. Así es como entré en Médicos del Mundo y me encantó la organización, sus valores, su trabajo... y aquí me quedé. Casi siempre he trabajado como coordinadora, en la parte de gestión del proyecto. En Same llevo un año, aunque el programa empezó en el 2009.

Me da la sensación de que se tiene una idea de los cooperantes de vida de aventura, pero, en realidad, mi trabajo tiene más que ver con estar en una oficina sentada enfrente de un ordenador. Aunque, cada día es diferente, tiene mucho de planificar, escribir informes, propuestas, reuniones...

¿Cómo es Same, el lugar donde trabaja, qué necesidades ha de afrontar la población a diario y en qué áreas precisa de un mayor apoyo foráneo? ¿Son las carencias en educación sanitaria las más importantes?
Tanzania se divide en regiones y las regiones en distritos, que es el nivel de la Administración que gestiona la prestación de servicios a la comunidad y, por lo tanto, con el que más estrechamente trabajamos. La población estimada del distrito es de unos 250.000 habitantes y, entre ellos, 42.192 niños y niñas menores de 5 años. Son mayoritariamente de las etnias pare y massai, aunque hay una gran diversidad. Tiene 5.186 kilómetros cuadrados y es un territorio complejo, alto, montañoso y densamente poblado en el norte, agrícola y ganadero, y semiárido en la zona baja, dominada por el pastoreo y donde están creciendo rápidamente los asentamientos humanos. La renta media anual per cápita está en torno a los 265 euros.

La cobertura de servicios básicos, como agua potable y saneamiento, es muy baja (únicamente el 53% de la población dispone de suministro de agua limpia). En cuanto a la educación primaria, la cobertura es bastante alta pero faltan profesores cualificados y material escolar, con lo que la calidad es muy baja.

En cuanto a la cobertura de salud, existe una distribución compleja de las Unidades de Salud por la complicada geografía del distrito. Muchos Centros de Salud necesitan rehabilitación, renovaciones y algunos de ellos reconstrucción. De hecho, los hay sin acceso al agua potable y la electricidad. Pero, el principal problema es la escasez de recursos humanos y, sobre todo, la ausencia de profesionales cualificados, que hace que la calidad de los servicios prestados sea baja.

Las enfermedades que representan mayor número de casos son: malaria, infecciones respiratorias agudas, neumonía, parásitos intestinales, infecciones de los ojos, de la piel, del tracto urinario e inflamaciones pélvicas agudas. Otras con mayor número de casos en Consultas Externas incluyen el asma, las enfermedades cardiovasculares, la anemia, las complicaciones durante el embarazo, las infecciones de transmisión sexual y VIH, úlceras genitales, tuberculosis, uretritis y vaginitis. La mortalidad materna es de 454/100.000, la infantil de 56/1.000 y la de menores de 5 años está en 108/1.000. Nacen 130,4 niños por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años.

Médicos del Mundo impulsa en Same un programa de salud sexual y reproductiva. ¿En qué consiste, a qué población llega y en qué se traduce el apoyo económico de la Junta de Castilla y León?
En el caso de Médicos del Mundo, definimos nuestro trabajo desde un enfoque de Derechos Humanos. Como organización sanitaria, lógicamente defendemos el hacer efectivo el derecho a la salud para todas las personas y eso nos dota de una visión más profunda y completa y otorga mayor eficacia e impacto a nuestras actuaciones. Trabajamos en la defensa y fortalecimiento de los sistemas públicos de salud; de hecho lo hacemos con la Oficina de Salud del Distrito en la mejora de los servicios prestados en los establecimientos sanitarios, mediante la formación a técnicos y la provisión de equipamientos y medicamentos cuando se queda sin stock. Además apoyamos al equipo de gestión.

Pero el enfoque de derecho implica que también trabajamos fortaleciendo las capacidades de las personas para reclamar lo que es suyo. Realizamos actividades de sensibilización en temas de salud sexual y reproductiva (consultas prenatales, parto asistido, enfermedades de transmisión sexual, etc.). Trabajamos con los comités de salud de los pueblos, con los líderes comunitarios, con las parteras tradicionales y fomentamos el desarrollo de oportunidades no discriminatorias en el acceso al control de bienes, recursos, espacios de decisión y en el empoderamiento de las mujeres. En definitiva, trabajamos para conseguir un cambio social: la eliminación de toda vulneración del derecho a la salud.

La Junta de Castilla y León ha sido un aliado fiel, nos ha apoyado como principal donante y sigue haciéndolo a pesar de la crisis, aunque hacen falta otros a medio plazo.

¿Ha tenido que interrumpir Médicos del Mundo algún programa por falta de financiación?
El 30 de noviembre de 2012 tuvimos que anticipar el final de un proyecto de salud sexual y reproductiva similar al de Same en el distrito de Singida.

Cuéntenos cómo transcurre un día cualquiera de su vida en Same, a qué hora empieza a trabajar, a cuántas personas coordina y qué tareas afronta cada uno.
Actualmente somos 16 personas en el equipo, todos tanzanos menos una enfermera voluntaria, Emilia, y yo. La jornada empieza a las 8. Para mis compañeros y compañeras tanzanos no es un problema madrugar. El equipo está organizado por departamentos: el sanitario, en el que trabajan Aggrey, un médico tanzano, y Emilia; el comunitario, que coordina Leonia; y el de soporte, en el que lleva los temas de contabilidad Janet y la logística Rama. Los departamentos técnicos (salud y comunitario) están coordinados por el field coordinator, Godwin. Ellos son los responsables de planificar y ejecutar sus actividades, de las visitas al terreno, etc.

La mayoría lleva mucho tiempo trabajando con Médicos del Mundo, especialmente Rama y Janet, que llevan casi ocho años, o los guardas, que llevan más de diez.

¿Cuáles son sus retos personales como cooperante? ¿Seguirá en Tanzania?
El idioma, swahili, es fundamental para relacionarse con la población y mi swahili es muy malo. Si seguiré o no en Tanzania depende de la continuidad del programa de salud sexual y reproductiva que Médicos del Mundo desarrolla allí. Desgraciadamente dependemos del apoyo financiero.