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Las personas mayores necesitan ser escuchadas y cuidadas como desean

Fotografía: César Dezfuli

Las personas mayores necesitan ser escuchadas y cuidadas como desean

Madrid, 30 de septiembre de 2022.- Dentro de 18 años, en 2040, está previsto que España sea el país más longevo del planeta y a nivel mundial ya hay más de 1.000 millones de personas que tienen 60 años o más. Son datos que reflejan una transición demográfica hacia el envejecimiento y que nos han llevado como ONG sanitaria a poner el foco sobre la exclusión social, la soledad no deseada y el edadismo -discriminación por razón de la edad- por sus efectos sobre la salud de la población mayor.
Esencial

1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores 

  • La exclusión social, los entornos aislados y no adaptados a las necesidades de la población mayor, las barreras arquitectónicas o la brecha digital, entre los principales obstáculos para el envejecimiento saludable. 
  • La soledad no deseada perjudica gravemente la salud. Se estima que sus efectos provocan más mortalidad que fumar 16 cigarrillos al día. 
  • El edadismo limita sustancialmente el derecho a la salud de las personas mayores al motivar que puedan dejar de ser informadas y consultadas. 

Aunque la esperanza de vida sigue aumentando. Lamentablemente, no todas las personas gozarán de buena salud en sus últimos años de vida, sobre todo, aquellas que alcancen mayor edad o se enfrentan a situaciones de exclusión social, a barreras de acceso a la sanidad -como la brecha digital o el edadismo-, a obstáculos a la hora de recurrir a los servicios de cuidados, a limitaciones de tipo arquitectónico, y también quienes viven en entornos rurales más aislados y no adaptados a sus necesidades. 

Acostumbrarse a vivir con mucho menos de lo justo 

El envejecimiento no afecta a todo el mundo por igual. De hecho, la exclusión social, de la mano de la escasez de recursos económicos, es uno de los principales obstáculos que impiden a las personas mayores tener una buena salud y una calidad de vida aceptable. Implica, entre otras situaciones limitantes, precariedad en sus viviendas, renunciar a una alimentación saludable por estar la cesta de la compra cada vez más alejada de su poder adquisitivo, sufrir pobreza energética y tener que adaptarse obligatoriamente a las restricciones que esta implica. 

Antonio (nombre ficticio), una de las personas a las que Médicos del Mundo Andalucía atiende en su programa de personas mayores, tiene 78 años y padece una enfermedad respiratoria. Utiliza un concentrador de oxígeno en su domicilio y otro de uso portátil para salir a la calle. Debe tenerlos puestos 16 horas al día, pero solo puede usarlos 12, y eso si hay luz. Pero esto no siempre pasa porque su barriada sufre constantes cortes de suministro eléctrico. Su labio y lengua y sus manos presentan una clara coloración azulada (cianosis) y por su forma de hablar y actuar se puede deducir que Antonio está acostumbrado a vivir con ese bajo nivel de oxígeno. 

El edadismo y el derecho a la salud y a un modelo de cuidados digno 

El edadismo afecta directa y gravemente a la salud de las personas ya que genera prejuicios respecto de las capacidades o del valor de las personas mayores que motivan que estas no sean informadas ni consultadas convenientemente sobre el tratamiento que desean o sobre su situación, que sus decisiones no sean respetadas, o que se frene su participación para fomentar y preservar el mayor grado posible de autonomía, entre otras cuestiones. 

Los efectos del edadismo motivan del mismo modo que las personas mayores tampoco sean consultadas sobre algo tan relevante para sus vidas como es el modelo de cuidados que desean para sí mismas. Según referencias del Centro Europeo de Política e Investigación del Bienestar Social de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las modalidades de atención preferidas y esperadas en España, el 43% de las personas mayores consultadas desearía recibir cuidados domiciliarios profesionales, mientras que solo el 8% afirma desear acudir a una residencia. El 12% se decanta por la opción de cuidados informales o de familiares en su casa y el 33% preferiría una combinación que les permita continuar en su domicilio con apoyo profesional y familiar. 

La soledad no deseada, clave para la salud de las personas mayores 

El aislamiento social y la soledad acortan la vida de las personas mayores y dañan su salud mental y física y su calidad de vida al repercutir sobre factores como la alimentación, la toma de la medicación y el ejercicio físico. Sus consecuencias para la salud física incluyen afecciones como enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares y las consecuencias para la salud mental son afecciones como el deterioro cognitivo, la demencia, la depresión, la ansiedad, la ideación suicida y el suicidio. 

Además, si el edadismo constituye un ataque al derecho a la salud de las personas mayores, la soledad no deseada y el aislamiento social se convierten en sus aliados perfectos a la hora de  invisibilizar y convertir en inaudibles las posibles reclamaciones o quejas de estas personas. Al reducirse el entorno social a estas edades, las y los mayores tienen menos posibilidades de contar lo que les ocurre y su vulnerabilidad aumenta. 

En el marco de este 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, Médicos del Mundo reclamamos la defensa del derecho de las personas mayores de participar plenamente en la sociedad, de ser escuchadas y de dejar de ser invisibilizadas. Es esencial que se garantice el acceso a unos cuidados de larga duración inclusivos, asequibles y de calidad para todas las personas mayores, con el fin de promover el bienestar y el compromiso social en la tercera edad. Además, reclamamos una coordinación real y efectiva de los servicios sanitarios y de los servicios sociales. 

Qué hacemos Médicos del Mundo

Médicos del Mundo trabajamos con personas mayores en Extremadura y Andalucía. Nuestra labor incluye apoyo sociosanitario y emocional, promoción de la salud, seguimiento de su situación de salud o acompañamiento e información sobre recursos sociales y sanitarios. En muchas ocasiones, estas personas afrontan situaciones de soledad no deseada. La pérdida de las conexiones vecinales que se ha dado tras la covid-19 ha influido mucho en la sensación de apatía, la falta de información sobre recursos u ofertas de ocio. Por ello, hacemos hincapié en el acompañamiento psicológico, la escucha activa, la información sobre prestaciones y recursos o la realización de actividades relacionadas con la mejora de la salud. 

La población a la que atendemos Médicos del Mundo tiene, en muchos casos, pensiones muy bajas, de en torno a 400 euros, y vive en situación de escasez en muchos casos. La Ley de Dependencia se ha convertido en un obstáculo con años de retraso en las valoraciones y la dificultad que esto conlleva de un acceso rápido a residencias y a otros recursos para las personas mayores dependientes. Por ello, la es imprescindible garantizar una atención sociosanitaria integrada que asegure el derecho a la salud y los derechos sociales de la población mayor, además de mejorar la inversión relativa a la Ley con el fin de que se puedan reducir las listas de espera. 

Patricia
Llorente