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Levantemos puentes, no vallas

Personas refugiadas sirias esperan en el puerto griego de Lesbos su traslado.

Levantemos puentes, no vallas

La Unión Europea debería analizar las causas que provocan estos fenómenos migratorios

Madrid, 30 de septiembre de 2015.- La situación que está viviendo Europa en estos últimos meses con la llegada de cientos de miles de personas huyendo de la barbarie, la guerra, la destrucción y la muerte, sólo nos ilusiona por la movilización social que ha tenido lugar en muchos países europeos (incluida España) y que ha obligado a sus gobernantes a asumir un posicionamiento que en la mayoría de los casos ha sido tibio, vergonzante, de clara manipulación política y alejado de todos los tratados internacionales.

La Unión Europea está demostrando lo que desde el tratado de Maastricht algunos analistas políticos afirmaban: “Con este tratado Europa será la de los mercaderes, no la de los ciudadanos ni la de los derechos sociales”. Si bien es cierto que en su origen el objetivo de la unión era crear sociedades cuyos pilares fueran los derechos humanos, la realidad es diferente. La actualidad nos muestra a miles de personas desesperadas ahogadas en nuestros mares, a jóvenes lacerados por las concertinas que los estados se afanan en instalar en las fronteras, a policías y militares guardando a tiros nuestros territorios (Melilla Hungría.....), a niños ahogados y aterrorizados mientras nuestros políticos discuten en Bruselas las cuotas de acogida que no llegan a 200.000 mil. Una imagen que nos causa vergüenza porque hemos de recordar que en la guerra civil española solo México acogió a más de un millón de españoles, que huían también del terror de la guerra y de la represión militar. Esta actitud de nuestros políticos es algo más que vergonzante, es sencillamente inhumana y los pueblos de Europa no lo deberían permitir.

Esta ceguera endogámica de los gobernantes europeos hace que no vean las posibilidades que abren el mestizaje y la riqueza cultural y demográfica a sociedades envejecidas como las nuestras.

La situación que a diario se vive en nuestras fronteras no es fruto de una maldición ni de la casualidad. La mayoría de los gobiernos y países, que son vergonzosamente cicateros en la acogida a las personas refugiadas y migrantes, han sido y son responsables de los conflictos bélicos que está provocando esta situación entre las poblaciones, y que ellos consideran como efectos colaterales de sus políticas geoestratégicas para mantener la hegemonía y la venta multimillonaria de armas tanto a otros países, como a grupos armados en las zonas de conflicto. Esta situación ha sido denunciada en multitud de ocasiones por la ONU y desoída también en todas las ocasiones por los gobiernos involucrados como Francia, Rusia, España, Emiratos Árabes, Inglaterra, EE.UU. Israel, Irak, Turquía...

Los responsables de la barbarie son también responsables de terminar con esta situación de conflicto. Son arte y parte, no víctimas como quieren aparecer. Por ello son los que deben afrontar la acogida humanitaria de estos miles de seres humanos que han sufrido y están sufriendo los “efectos colaterales” de sus políticas económicas (venta de armas y control estratégico-energético). La conclusión es que tienen que acabar con la guerra para que personas refugiadas y migrantes puedan vivir donde siempre han querido, en sus países de origen.

Desde hace años Médicos del Mundo se ha caracterizado por denunciar todas las situaciones que provocan el sufrimiento de los seres humanos, especialmente la falta del derecho a la salud, al mismo tiempo que atendemos a las víctimas. Nuestro Lema es “LUCHAMOS CONTRA TODAS LAS ENFERMEDADES, INCLUIDA LA INJUSTICIA. Y eso es lo que hacemos.

 

Guillaumepinon Mdm Greece  Migrants 62 - MdM España

imagen de Guillaume Pinon del puerto de Lesbos en Grecia

Qué hace Médicos del Mundo

En nuestra organización hemos estado atendiendo a personas migrantes y refugiadas en Europa desde hace años, brindándoles atención médica esencial, mientras luchamos por la defensa de su derecho a la salud. Estamos presentes en todas las etapas de su viaje, desde las zonas de conflicto a Grecia y también en el paso de Calais, lugar clave de tránsito entre la Europa continental y Gran Bretaña.

Aquellas personas que logran llegar a Calais están atrapadas en condiciones de vida miserables en un vertedero en desuso: 3.500 personas conviven hacinadas, con acceso insuficiente al agua, falta de aseos y escasa alimentación. Los brotes de enfermedades causadas por estas condiciones de vida son comunes y la tensión que acumulan empeora su salud mental y aumenta su vulnerabilidad. Con las necesidades en continuo aumento, hemos puesto en marcha una respuesta de emergencia en la zona. Nuestro personal sanitario trabaja en clínicas móviles, ofrece consultas médicas y apoyo psicológico a muchas de estas personas traumatizadas por la experiencia.

Para lograr una intervención más integral, nos hemos aliado con otras entidades que están distribuyendo kits de higiene, recipientes para agua potable, víveres o están construyendo instalaciones sanitarias. La pregunta que nos hacemos es ¿por qué, mientras los gobiernos se señalan los unos a los otros, son las organizaciones humanitarias las que están desempeñando este papel en uno de los lugares más ricos de Europa? Lo que hacemos las ONG, aunque esencial, no es más que una tirita ante un problema de esta magnitud.

Grecia es otro de los puntos calientes del panorama actual. Aquí nuestra prioridad son los niños y niñas. Porque entre las miles de personas que desembarcan en Europa, cada vez encontramos más y más menores de edad. A veces acompañados por sus madres y padres, y en otras ocasiones confiados a un adulto o viajando solos y solas.

Tras alcanzar las costas de la isla de Lesbos, a apenas diez kilómetros de Turquía, tienen que caminar alrededor de 14 horas para llegar a Mitilene, la capital, donde tras presentarse a las autoridades esperan poder coger un ferry que les lleve a Atenas, como etapa intermedia antes de alcanzar su final, que suele ser Alemania o Suecia. Pero son tantas las personas en la misma situación que la espera se convierte en una pesadilla: duermen en los muelles del puerto, en tiendas de campaña entre campos de olivos o en cajas prefabricadas con alambres.

Trabajamos en el centro de acogida inicial de Moria, a 20 km al norte de Mitilene. Un campamento saturado con cerca de 900 personas, cuando tiene una capacidad para 500. Aquí nuestros equipos atienden a un centenar de personas al día, priorizando a las mujeres embarazadas, niños y niñas, personas heridas y con enfermedades crónicas. Además de atención médica, proporcionamos ropa, leche y pañales. En Quíos, al sur de Lesbos, un pequeño equipo sanitario presta servicio en otro centro de acogida.

En cuanto a la atención a personas que han llegado ya a los países del norte de Europa, cuyos gobiernos no han previsto adecuados recursos de acogida, Médicos del Mundo está ofreciendo consultas médicas -incluida atención psicológica- en Bruselas, entre el millar de personas que esperan a las puertas del Ministerio de Exteriores para inscribirse como solicitantes de asilo en Bélgica. El personal de la organización presta atención las 24 horas del día -lo que supone entre 150 y 200 consultas diarias, la mayoría por infecciones respiratorias y problemas dermatológicos-. Se han instalado además 5 contenedores con baños y duchas.

En Alemania, y en concreto en Munich, el voluntariado de Médicos del Mundo se centra en atender las necesidades de las personas que han llegado a la ciudad y que no se han inscrito en ningún registro público. Un equipo compuesto por personal sanitario e intérpretes de árabe trabaja en la estación central de autobuses, asesorando al colectivo de personas sirias y prestándoles atención sanitaria en el recurso conocido como "Clínica abierta".

Nuestras peticiones

Teniendo todo ello en cuenta, pedimos a los Estados (actores de estos conflictos por acción u omisión) que asuman sus responsabilidades políticas y respondan de forma contundente y sin paliativos a las demandas de los ciudadanos, que respeten las causas profundas de la migración y respondan de manera inmediata, coordinada y justa a las necesidades de quienes huyen tanto de conflictos como del hambre y la falta de oportunidades.

En concreto, como organización socio-sanitaria solicitamos a los gobiernos que se faciliten los trámites administrativos de las solicitudes de refugio, que son muchos y complicados, y se tomen medidas urgentes para la protección de estas personas. También que se apliquen los tratados internacionales como el Derecho Internacional Humanitario.

Exigimos además a las y los gobernantes que emprendan políticas de cooperación real y cumpa con el compromiso de destinar a la Ayuda Oficial al Desarrollo el 0,7 % de la AOD, lejísimos del 0,16 que dedica actualmente.

Respecto a los líderes de la UE, consideramos que su prioridad debe ser facilitar vías normalizadas de entrada a las personas migrantes para evitar que estas caigan en manos de las mafias. Las personas migrantes no son un riesgo para la seguridad. No han llegado a ocupar Europa o a recibir atención médica. Son, simple y desesperadamente, personas que huyen de la pobreza o de la guerra, y en todo caso del dolor, en busca de una vida digna. Mientras, nuestro continente mira hacia otro lado y el Mediterráneo, antes cuna de civilizaciones, es el foco de una enorme tragedia humanitaria. Exigimos humanidad, dignidad y respeto. Levantemos puentes, no vallas.

El trabajo previo de Médicos del Mundo con las personas migrantes y refugiadas

Médicos del Mundo es una de las escasas organizaciones que operan en Siria desde el principio de la crisis humanitaria hace ya cuatro años, facilitando asistencia a la población civil, víctima principal de la barbarie, incluso en áreas que han quedado bajo control del Estado Islámico. Los daños humanos de los que nuestro personal ha sido testigo a diario son enormes, causados por el uso constante de bombas de barril -un artefacto explosivo improvisado rellenando bidones con dinamita- y bombas de cilindros de gas.

La situación empeora cada año, con cerca de 8 millones de personas desplazadas por todo el país. En colaboración con 9 entidades sirias, Médicos del Mundo presta atención sanitaria y facilita equipamiento médico, fármacos y consumibles sanitarios en los distritos de Idlib, Alep, Deraa y Damas. En 2014, más de 800.000 personas acudieron a las consultas, un incremento del 30% sobre 2013.

Además de las personas afectadas en el interior del país, las tensiones regionales van en aumento y los países limítrofes con Siria (Turquía, Líbano y Jordania), donde también trabaja Médicos del Mundo, están imponiendo cada vez requisitos más duros para acoger a la población necesitada. En este contexto, la organización mantiene actividades para atender a los más vulnerables en estos países, además de en Irak.

Miembros de Médicos del Mundo Grecia prestan atención sanitaria a personas refugiadas sirias

 imagen de Guillame Pinon de la atención en el puerto griego de Lesbos 

Otros contextos de intervención

Más allá de la crisis siria, nuestra organización ha afrontado históricamente la atención de personas migrantes y refugiadas, especialmente en los desplazamientos en el interior de África y desde este continente hacia Europa por el sur.

Por ejemplo, desde final de 2012 y como consecuencia del conflicto en Malí, más de 50.000 malienses se refugiaron en Burkina Faso, 30.000 solamente en la región del Sahel. Médicos del Mundo España prestó atención a quienes huían del difícil contexto de seguridad en Mali desde el campo de Goudebo, en Burkina Faso, facilitando servicios curativos, preventivos y nutricionales.

Además, Médicos del Mundo lleva veinte años trabajando en los campamentos de personas refugiadas saharauis en Tinduf (Argelia), acompañándoles en las duras condiciones de vida del exilio en la Hammada argelina. Las Comisiones Oftalmológicas iniciaron su recorrido en 1995, mientras que en 2004 comenzó un proyecto de Salud Materno Infantil. Entre 2011 y 2014, gracias al segundo convenio con AECID, se ha avanzado hacia un enfoque más integral y de refuerzo de la Atención Primaria de Salud, contribuyendo al fortalecimiento institucional del Ministerio de Salud Pública Saharaui, reforzando los Programas de Salud Sexual y Reproductiva y Salud Infantil. En este tiempo también se ha logrado el Hospital Nacional de Rabuni como institución sanitaria de referencia en Campamentos y se ha apoyado a la Unión Nacional de Mujeres Saharauis en las áreas de promoción de la salud y empoderamiento de la mujer. En diciembre de 2014 arrancó un nuevo Convenio AECID, en el que continuamos dando pasos hacia la consolidación de los logros obtenidos, la ampliación de la cartera de servicios de atención primaria y el fortalecimiento del sistema de salud y sus mecanismos de gestión y coordinación, siempre con la mirada puesta en el derecho a la salud de la población refugiada saharaui.

En Oujda, Marruecos, en colaboración con Médicos del Mundo Bélgica, está previsto acometer próximamente un proyecto para prevenir la violencia que a menudo sufre la población migrante a su paso por Marruecos. En concreto, reforzaremos el acceso a los servicios de salud integrales de migrantes víctimas de violencia, especialmente de violencia sexual y de género. El segundo eje de la intervención es ofrecer atención psicosocial y promover la salud mental de este colectivo, sobre todo en el tránsito Oujda-Nador.

Médicos del Mundo exige a los actores de los diversos conflictos humanidad, dignidad, respeto y especialmente que paren la guerra. 

DECIA EL POETA: entre tu pueblo y mi pueblo hay un punto 

y una raya, la raya dice NO HAY PASO, 

DECIA EL POETA: entre tu pueblo y mi pueblo hay un punto 

y una raya, la raya dice NO HAY PASO, 

el punto VIA CERRADA.

                                         Pero esas cosas no existen, sino que 

fueron trazadas, para que tu hambre y la

mia esten siempre separadas”

 Si quieres contribuir al trabajo que realizamos con personas migrantes y refugiadas, puedes realizar una donación.