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Llanto de buena suerte en Aramecina

Una embarazada comparte una sala de la clínica con otra mujer que reposa junto a su bebé recién nacido en una cama.

Llanto de buena suerte en Aramecina

Un niño llora. Espera junto a su madre Bertha Banegas en la sala de vacunación de la unidad de salud de Aramecina, San Sebastian de Aramecina, Honduras. Bertha trata de calmarle mientras le dice “no llore, es por su bien”.

En el otro extremo de la sala, su marido, Benigno Euceda, acuna en sus brazos al hermano gemelo. Han acudido para vacunar a los gemelos que acaba de cumplir su primer año de vida.

Para poder estar a tiempo en la cita, Bertha y Benigno salieron muy de mañana desde su natal Solubre, comunidad que queda a una hora de la unidad de salud. Han hecho el recorrido a pie porque carecen de los recursos para pagar transporte. Igual que ellos, muchas familias de Aramecina, Caridad, Goascorán, Curaren y Lauterique, todos municipios del sur de Honduras, asisten diariamente a la unidad de salud que se ubica en la cabecera municipal.

Ahí les atiende el doctor Pablo Canales, médico municipal desde hace diez años. Pablo explica que llevaba tiempo trabajando para lograr una clínica y un hogar materno. Estos recursos permitirían a Bertha y a muchas madres como ella recibir una atención de calidad durante su embarazo, en el parto y puerperio.

Esta atención no es posible si no se cuenta con el equipo necesario y la infraestructura adecuada. Estas carencias fueron identificadas por Médicos del Mundo en el marco del proyecto que, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), lleva a cabo El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua .

En el marco de este convenio, que tiene como objetivo la mejora de las condiciones del ejercicio del derecho a la salud de las poblaciones en situación precaria, con énfasis en los adolescentes y las mujeres, las personas en situación de prostitución y las poblaciones móviles, se construyó un hogar materno y una clínica materno infantil, además de rehabilitarse y equiparse el laboratorio clínico que beneficia a más de 11.000 personas.

El doctor Canales agradece el apoyo en forma de capacitaciones e infraestructuras que ha posibilitado el proyecto. “La Clínica y el Hogar Materno –explica Canales - nos va ayudar a disminuir la mortalidad materno infantil”.

Aramecina –continúa Canales- cuenta con comunidades de difícil acceso en las que viven familias de bajos recursos económicos; por eso estamos promocionando el hogar materno. Mientras la mujer tenga su parto puede estar acompañada de un familiar e incluso de la misma partera”.

Con la construcción del hogar y la clínica materna, las autoridades locales de Aramecina organizaron el comité de mantenimiento de obras públicas para dar sostenibilidad al centro. “A veces los edificios públicos se deterioran por una simple gotera porque nadie se compromete en su mantenimiento, de ahí la importancia del comité gracias al cual vamos a detectar a tiempo los pequeños problemas y a darles solución para que tengamos proyectos duraderos. El comité también tendrá la función de gestionar más obras de beneficio público”, agrega el Canales.

El médico municipal de Aramecina reconoce que el apoyo de Médicos del Mundo fortalece la Secretaría de Salud en el área de infraestructuras pero también en procesos de formación.

Así, hemos recibido capacitación en materia género y de salud sexual y reproductiva. Es este último un tema difícil de abordar, pero Médicos de Mundo ha capacitado tanto al personal institucional como al comunitario. Ha sido también clave su ayuda en materia de violencia de género. Mucha gente no sabía que en Aramecina contábamos con una Oficina Municipal de la Mujer donde las afectadas pueden elevar sus quejas y se les puede guiar para que ponga una denuncia. Hoy, gracias a la ONG estamos capacitados para abordar estos temas”.

Bertha y Benigno, se despiden del personal de salud, y se disponen a comenzar la hora de camino que les llevará a su comunidad de Solubre. Lo hacen con la seguridad de que sus gemelos Dennis y Odíl han recibido las vacunas, la protección inmunológica para las enfermedades propias de su edad.