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Malnutrición en el Sahel, una agonía silenciosa

Fátima alimenta con suero a su hijo Bocar tumbada en una cama de la sala de pediatría.

Malnutrición en el Sahel, una agonía silenciosa

Dori (Provincia de Seno, Burkina Fasso).- Con la mirada perdida, mientras sostiene en brazos a su hijo de un año cuyos lamentos son apenas audibles, Fátima sigue repitiendo de manera insistente, sin descanso y con las pocas fuerzas que le quedan palabras de ánimo a su pequeño “no te dejaré, no te dejaré ir”.

Como Fátima, miles de madres en el Sahel se encuentran en la misma situación agónica. Fátima, una joven madre de 25 años, vecina del pueblo de Kampiti, a 12 kilometros del Hospital Regional de la Provincia de Seno, se resiste a perder a su cuarto hijo, Bocar Bureima, y no entiende por qué los dioses la castigan.

“Sus otros tres hermanitos –explica- murieron todos a la misma edad y con los mismos síntomas”. “Pero ahora no te dejaré, no te dejaré ir”, sigue repitiendo insistentemente en medio del llanto. “Somos una familia de agricultores, y este año las cosechas han sido muy malas y los precios de los alimentos han subido de tal forma que no tenemos acceso a ellos”, dice Fátima.

“Un agente de salud pasó por el pueblo y me dijo que llevara a Bocar al hospital, tomé mis pertenencias y caminé doce kilómetros con la esperanza de salvarlo. Me dicen los médicos que mi niño sufre de malnutrición aguda severa y de malaria. Aquí nos tenemos que quedar tres semanas y no tenemos nada para comer. Mi marido se tuvo que ir en busca de trabajo”, comenta.

Según el enfermero supervisor de la unidad de pediatría, Sanogo Bazoumana, en la región del Sahel hay muchos niños que, como Bocar, están en condiciones de malnutrición aguda severa con complicaciones. El año pasado fueron admitidos 220 casos de malnutrición aguda severa con complicaciones y 72 de estos menores fallecieron, lo que representa el 33%. Esto sin contar los casos de recaída que han vuelto al hospital. “Mi departamento –indica- no está suficientemente preparado ni equipado para tratar con eficacia a los niños y educar a las madres”.

“Comparativamente, en la misma época el año pasado, el número de casos ha aumentado y todavía no ha llegado el periodo del pico máximo de admisiones de casos complicados que se registran en los meses de mayo y junio”, añade Bazoumana.

Para Aziz Diallo, coordinador de los proyectos de desarrollo de Médicos del Mundo España en Burkina Faso, “la crisis alimentaria provocada por sequías repetitivas seguidas de inundaciones, el déficit de producción agrícola de más de 150.000 toneladas y la subida de los precios de los productos de primera necesidad son, entre otros, los factores que, junto con la extrema pobreza, han erosionado la capacidad de resilencia y recuperación de las poblaciones del Sahel Burkina exacerbando, asimismo, su vulnerabilidad en estas tierras inhóspitas”.

A este contexto se añade un conflicto armado en Mali que ha provocado el desplazamiento de miles de familias en busca de protección y asistencia en los países vecinos como Burkina Faso. “Médicos del Mundo está coordinando acciones en el terreno para responder a esta doble emergencia humanitaria”.

Los refugiados y la complejidad de la emergencia

Según los datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), son más de 20.000 las personas que han cruzado las fronteras entre los dos países desde el inicio de los combates entre los rebeldes Tuaregs y el ejército regular el pasado 17 de enero. El gobierno de Burkina Faso hizo el 6 de marzo un llamamiento a la comunidad internacional para unir esfuerzos con los actores humanitarios para responder a la crisis humanitaria y a las necesidades de los refugiados tuaregs en el país.

La misión exploratoria que está realizando Médicos del Mundo en la región del Sahel, en Burkina Faso, Mauritania y Mali, ha sido motivada por la triple necesidad de atender a los niños malnutridos, a las personas refugiadas y también a la población local en una región donde los indicadores de malnutrición crónica superan el 15%.

El equipo de la misión exploratoria de Médicos del Mundo fue testigo de la magnitud del drama humano, más allá de las estadísticas, en la región de Dori, cuyo Centro de Recuperación e Educación Nutricional (CREN) no es funcional por falta de medios y equipamiento. El drama llama y respondiendo a nuestro mandato humanitario no nos quedaremos en silencio.

Desde Sahel Burkinabe, Jorge Caravotta, desk de Acción Humanitaria de Médicos del Mundo España.