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"En una época neoliberal como la que vivimos, todo es privatizable y la cobertura universal de salud tiene esa amenaza"

Fotografía: Álvaro Sancha

"En una época neoliberal como la que vivimos, todo es privatizable y la cobertura universal de salud tiene esa amenaza"

Entrevista a Román Vega, coordinador global del Movimiento para la Salud de los Pueblos.
Esencial

La Universidad de Valladolid acogió el I Congreso Internacional sobre Accesibilidad a los Sistemas Públicos de Salud de Médicos del Mundo y Román Vega, coordinador general del Movimiento por la Salud de los Pueblos, nos acompañó para participar en la mesa sobre accesibilidad en sistemas de salud frágiles. En una de las pausas de este encuentro, celebrado en octubre, conversamos con él sobre los desafíos actuales para la sanidad universal y el derecho a la salud.

P: Tras la pandemia, ¿qué cambios destacarías en el contexto global de los sistemas sanitarios? 

Hay muchas cosas que están en el debate como consecuencia de las crisis que estamos viviendo en estos momentos en general en el mundo. La pandemia misma de la covid-19 nos enseñó que ya no podemos seguir pensándonos antropocéntricamente.  El otro fenómeno que me parece muy importante en estas circunstancias actuales es el de la crisis ecológica, que nos lleva a un cambio climático que tiene muchas consecuencias en la salud humana, pero también en la amenaza de la extinción de la vida en el planeta tierra, incluida la vida humana.  

La covid-19, la crisis ecológica que vivimos y la amenaza de guerra, la depredación de la naturaleza por muchas vías… nos están diciendo que no solo tenemos que pensar en la salud y la vida de los seres humanos y que tendremos que pensar en sistemas de salud capaces de contribuir a crear condiciones que permitan cuidar la vida y de preservar la naturaleza misma, y no solo la vida y la salud humana. Ese es el desafío número 1 que hemos aprendido de esta pandemia. 

¿Qué desafíos existen para el avance de los sistemas de salud universales? 

La política hegemónica sobre los sistemas de salud es la de la cobertura universal de salud, que es antropocéntrica y tremendamente biomédica y asistencialista porque es funcional a la mercantilización y privatización de los sistemas de cuidado de salud. En una época neoliberal como la que vivimos, todo es privatizable y la cobertura universal de salud tiene esa amenaza. La tendencia es precarizar la prestación pública para justificar la emergencia del mercado privado de prestación de servicios a través de los recursos comunes sociales o públicos. 

El otro elemento en ese marco es que en los sistemas de salud ha sido desde 1978 fundamental construir estrategias de Atención Primaria en Salud como lo estableció la declaración de Alma Ata. Lo que está haciendo la política de cobertura universal de salud es desarrollar una concepción de Atención Primaria de Salud desde el enfoque que inmediatamente después de la declaración de Alma Ata puso en práctica el Banco Mundial, UNICEF y la Fundación Rockefeller de atención primaria en salud selectiva. Eso quiere decir muy pocas intervenciones costo-efectivas, pero además costo-eficientes focalizadas en un grupo de enfermedades y en un grupo de población especialmente vulnerable, es decir no tiene un carácter integral ni universal en su acción y mucho menos se conecta con el desarrollo económico social y cultural de los pueblos cómo lo pide Alma Ata para cambiar las condiciones de vida, de trabajo y generar bienestar y calidad de vida de los pueblos.  

Ese enfoque es el que ahora propone el Banco Mundial, The Lancet, entre otras, y la misma Organización Mundial de la Salud con la concepción de aumentar el paquete inicial pequeño de pocas intervenciones en lo que se llama paquetes mínimos de servicios es salud garantizables, que es que es parte sustancial de la política de cobertura universal de salud. Esa política termina por empaquetar todas las acciones de salud y la consecuencia es la limitación del potencial de acción de los sistemas de salud. 

En este contexto de post-pandemia, cambio climático, situaciones de conflicto armado, ¿es posible conseguir avances en la accesibilidad en los sistemas frágiles de salud?  

No se puede hablar solo de sistemas de salud frágiles, sino también de contextos frágiles de los sistemas y de las crisis que hoy tenemos que nos anuncian los peligros a los que nos enfrentamos. Obviamente, las necesidades de cuidado de la salud y de cuidado de la vida requerirían respuestas eficaces y efectivas de los Estados en su conjunto, de las agencias multilaterales y de los propios sistemas, entre ellos, los de salud, y de las comunidades. Nosotros observamos que se ha dado una progresiva captura de estos agentes por parte de intereses privados, particularmente representados en las grandes corporaciones transnacionales, que tiene como consecuencia el debilitamiento de la capacidad de respuesta de la institucionalidad global y nacional a las necesidades comunes de salud de los pueblos. Es la anteposición del interés particular al interés común o al interés público. 

Las causas de la fragilidad de los sistemas de salud son múltiples: el desfinanciamiento, la segmentación y fragmentación, las lógicas que llevan al empaquetamiento de las prestaciones de salud, la primacía de un enfoque biomédico por encima de otros más integrales del cuidado de la salud y la vida, etcétera. Todo ello organizado de tal modo que sea funcional a la comercialización y privatización de los servicios de cuidado de salud y de la vida. 

En esta etapa post covid, ¿se puede ver como una ventana de oportunidad la apuesta por el refuerzo de los recursos humanos sociosanitarios?

En ese campo muchas desigualdades entre el norte y el sur global e internamente en cada país. El recurso humano en salud es insuficiente, pero no solo el recurso profesionalmente definible. Si se piensa en un otro modelo de sistemas de salud, y no en la lógica vieja de la atención primaria de tal vez abaratar el costo del recurso humano, tienes que pensar en un recurso que te ayude por ejemplo a cuidar la vida en términos de lograr que la depredación de la naturaleza como está ocurriendo hoy no continúe y ese recurso es un recurso generalmente comunitario. Es el recurso que maneja el saber y las prácticas de cuidado de la naturaleza que tal vez ustedes no tienen en España, pero que nosotros si tenemos en nuestros países de América Latina. Es el recurso de las comunidades aborígenes, de las comunidades indígenas porque tienen un saber de cuidado de la naturaleza que no lo tiene la lógica occidental hegemónica establecida hasta hoy y las lógicas económicas fundadas en esa concepción del saber del conocimiento. 

En materia de recurso humano el otro tema es la doble injusticia. No solo los países ricos tienen más recursos humanos de salud, sino que sustraen el recurso humano de salud de los países pobres porque la precarización de las condiciones de empleo y de las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de salud de los países pobres son muy graves. La flexibilización del trabajo con salarios pírricos, con condiciones de trabajo que develó la pandemia absolutamente precarias, que los convirtió en víctimas masivas de la COVID-19 por falta, por ejemplo, de protección en el trabajo.

Finalmente, otra cuestión que debe ser debatida es la formación del recurso humano. ¿Para qué formamos el recurso humano?, ¿con qué concepción formamos el recurso humano en salud? ¿Sigue siendo el pensamiento biomédico la única forma de formar el recurso humano en salud o las crisis que vivimos y su anudamiento nos exigen una u otra forma de mirar la formación del recurso humano en salud? ¿Qué entendemos por ciencia en el campo de la salud en el momento actual de grave crisis ecológica, de las crisis pandémicas, de las causas de esas crisis? Eso es lo que está también en el debate: la vieja tradición de formación para curar enfermos o una visión ajustada a las necesidades que van más allá de la enfermedad en el mundo de hoy.