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Obligación común para un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático

Fotografía: Javier Teniente

Obligación común para un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático

Hay una injusticia que afecta a personas y grupos que no han tenido responsabilidad en la crisis climática.
Esencial

El cambio climático podría empujar a 120 millones de personas más a la pobreza para 2030 y tendrá un impacto severo en los lugares donde viven y trabajan las personas con menos recursos económicos (1).  Es una realidad que las consecuencias del cambio climático ya se sufren de manera desigual en poblaciones y ecosistemas más vulnerables del Sur global en las que se acentúa la pobreza, las desigualdades económicas, políticas y de género y la conflictividad.  

Hay una injusticia que afecta a personas y grupos que no han tenido responsabilidad en la crisis climática. Según ECODES “los grupos «vulnerabilizados» se ven afectados de manera diferencial. Entre ellos: las comunidades indígenas, las personas con diversidad cognitiva y funcional, las mayores, las de orientación sexual e identidad de género diversas y las que se encuentran en situación de pobreza, entre otras. 

Los dos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2019 sobre los efectos del cambio climático en los sistemas terrestres y oceánicos, alertaron sobre las graves consecuencias en la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua, el aumento del nivel del mal, la generación de ciclones y la degradación de ecosistemas fundamentales como las selvas tropicales o los manglares. 

El informe de la CONGD, La dimensión de la justicia global en la COP25, destaca la inacción de quienes más contribuyen a la crisis climática. Esta responsabilidad se concentra sobre el 10% de la población más pudiente que provoca el 50% de las emisiones globales, mostrando una cara más de la desigualdad del mundo en el que vivimos. 

Entre los miembros del G20, que generan el 75% de las emisiones a escala mundial, hay 10 países – entre ellos Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos de América, Japón, República de Corea y Sudáfrica- que no han realizado compromisos o que no asumen la urgencia climática. El caso más paradigmático es el del Gobierno de Estados Unidos, segundo mayor emisor, que acaba de iniciar el proceso formal para salir del Acuerdo de Paris. 

En septiembre de 2019, la cumbre de Acción Climática, impulsada por Naciones Unidas, decepcionó por su falta de ambición y a pesar de que el Gobierno chileno haya anunciado que hay 59 países que han comunicado la intención de incrementar su ambición y que existe una alianza para alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2050, estamos lejos del camino adecuado.   

Además, los compromisos deben ser responsables, sin falsas soluciones y ecopostureo. Hay que evitar “falsas” o “malas” soluciones como la energía nuclear, el gas, las grandes presas hidroeléctricas, los agrocombustibles, el monopolio de semillas o el uso de transgénicos.  

La denominada economía verde y digital ha supuesto una carrera hegemónica por nuevas tecnologías y materias primas estratégicas que en muchos casos acentúan la dependencia, ignoran los límites biofísicos y exacerban los conflictos sociales.  

España debe hacer mucho más para ser líder de la lucha contra el cambio climático   

Aunque en 2018 las emisiones totales de nuestro país se redujeron en 2,2%, esto se produjo gracias a los avances en el sector energético. Sin embargo, esta caída no se correspondió con el resto de los denominados sectores difusos como el transporte, la industria, los edificios o la agricultura que aumentaron sus emisiones. 

Por todo ello, demandamos a los países participantes en la COP25: 

1.- Hacer de la justicia climática global la brújula para la acción climática 

2.- Actuar a favor de los grupos más vulnerabilizados para que nadie se quede atrás  

3.- Cambiar el sistema de producción y consumo, principal causa de la emergencia ambiental   

4.- Aumentar el esfuerzo para alcanzar la descarbonización lo antes posible 

5.- Generar alianzas con la sociedad civil que reclama justicia climática global 

6.- España debe apostar por el liderazgo desde la coherencia y la participación  

Esperamos que el futuro gobierno escuche el grito de los jóvenes, las mujeres, los indígenas, las refugiadas, y de tantas personas que marcharán en estos días por las calles de Madrid y las de Santiago de Chile para reclamar justicia climática ¡ya!    

Puedes leer el informe completo de la CONGD aquí. 

Desde Médicos del Mundo y junto a medicusmundi, organizaremos una mesa redonda sobre el impacto de la crisis climática en la salud en la cooperación al desarrollo y a la acción humanitaria, en la que se presentará el informe La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2020. El acto, en el marco de la COP25, tendrá lugar el próximo 11 de diciembre a las 15h en el Foro Sociedad Civil y Jóvenes (zona verde). Si quieres asistir, puedes confirmar tu asistencia al acto, previa inscripción en la web de la COP25, en el email emiliana.tapia@medicosdelmundo.org. 

(1) Informe sobre clima y pobreza del relator de Naciones Unidas de pobreza y derechos humanos