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Olmo Calvo: “las personas desahuciadas necesitan liberarse de la culpa y la vergüenza y denunciar los abusos”

El actor y presentador del acto Tristán Ulloa; el ganador, Olmo Calvo; la secretaria de la Junta Directiva de Médicos del Mundo, Pilar García Rotellar, y el presidente de Médicos del Mundo Madrid, Miguel Falcones.

Olmo Calvo: “las personas desahuciadas necesitan liberarse de la culpa y la vergüenza y denunciar los abusos”

EL FOTÓGRAFO GANADOR RECOGIÓ SU PREMIO EN UN ACTO PRESENTADO POR EL ACTOR TRISTÁN ULLOA

Ayer se inauguró la exposición del XVI Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña que anualmente convoca Médicos del Mundo. Se podrá visitar hasta el 29 de enero en La Casa Encendida de Madrid antes de itinerar por otras localidades españolas.

En esta edición, a la que se han presentado más de 1.200 instantáneas procedentes de 31 países, el primer premio ha recaído en el fotógrafo cántabro Olmo Calvo, por su trabajo ‘Víctimas de los desahucios' sobre los desalojos hipotecarios de viviendas en España. La exposición está compuesta por 24 imágenes que documentan situaciones de conflicto, enfermedad y violaciones de derechos humanos.

Pienso que este premio es un reconocimiento a una forma de trabajar, de acompañar procesos y posicionarte ante los temas. Es el único camino para hacer este tipo de fotografía”, afirmó el ganador al recoger su placa. “Creo que todos los fotógrafos participantes muestran realidades desde la posición de las víctimas”, añadió.

Por su parte, el presentador del acto, el actor Tristán Ulloa, denunció que la culpa de la crisis se está achacando a las personas inmigrantes, cuando “los que te quitan la sanidad, el trabajo y la educación seguramente son tan de aquí como tú”.

Cerró el acto con unas palabras del también actor Juan Diego Botto: “la dignidad nunca estará por encima de nuestras posibilidades, sino que debería estar por encima de sus privilegios”.

Miguel Falcones, presidente de Médicos del Mundo Madrid, recordó en su discurso que la organización no quiere limitarse “a paliar las injusticias con proyectos de intervención, sino que procuramos cambiar las realidades”.

Las diez instantáneas ganadoras, tomadas en distintos barrios de Madrid, relatan las fases de un desalojo hipotecario, desde la personación del representante judicial, la llegada de la policía y la expulsión definitiva de la vivienda hasta la puesta de nuevo en el mercado del piso desalojado. El jurado decidió premiarlas por la perfecta construcción del relato y por la dignidad con la que visibilizan la vulnerabilidad en la que viven miles de familias en nuestro país, que se enfrentan cada día al riesgo de perder su vivienda.

El primer premio obtenido por Olmo Calvo consiste en una beca de trabajo de 6.000 euros destinada a la realización de un proyecto fotográfico en uno de los ámbitos de trabajo de nuestra asociación.

Las personas que se acerquen a La Casa Encendida también podrán ver las fotografías que quedaron finalistas, obra de la fotógrafa Maysun, sobre el conflicto en Siria y de Eva Parey, sobre las expulsiones de personas de etnia gitana de Francia en el verano de 2010. Los otros dos trabajos que conforman la exposición son las imágenes de David Rengel documentando los estragos de la fiebre negra en India y de Javier Arcenillas sobre las consecuencias de la violencia que vive Honduras.

El Premio Luis Valtueña se convoca anualmente en recuerdo de Luis Valtueña, Flors Sirera, Manuel Madrazo y Mercedes Navarro, cooperantes de Médicos del Mundo asesinados en Ruanda en 1997 y Bosnia en 1995 cuando trabajaban en proyectos de acción humanitaria. Luis Valtueña era fotógrafo de profesión y en España trabajaba como reportero en la Agencia Cover, motivo por el cual este Premio lleva su nombre.

En el acto de ayer, fue el hermano de Luis Valtueña, Fernando Valtueña, quién entregó el premio al ganador en nombre de todos los familiares presentes. Tristán Ulloa recordó que los cuatro “creían en la gente” y “lucharon contra todas las enfermedades, incluida la injusticia”, como dice el lema de Médicos del Mundo.

En estas dieciséis ediciones, el premio se ha convertido en un referente de la fotografía humanitaria y en su papel de acercar una realidad, a veces esperanzadora, a veces aterradora, pero ante la que no se puede permanecer indiferente. En estos años, centenares de fotógrafos procedentes de todo el mundo han presentado más de 7.000 instantáneas para transmitir esta realidad.