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Profesionales sanitarios apoyan el programa de mediación intercultural suprimido por la Junta de Castilla-La Mancha

Idoia Ugarte Gurrutxaga, presidenta de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha, acompañada por profesionales sociosanitarios.

Profesionales sanitarios apoyan el programa de mediación intercultural suprimido por la Junta de Castilla-La Mancha

SE HAN RECOGIDO 2.566 FIRMAS EN APOYO DEL PROGRAMA


Profesionales sanitarios muestran su apoyo al programa de mediación intercultural en el ámbito sanitario en Castilla-La Mancha que desarrollábamos y que fue suprimido en enero por el Gobierno autonómico.

Tras esta supresión, personal de Gestión Sanitaria, Enfermería, Medicina y Trabajo Social ha resaltado los beneficios obtenidos a través del proyecto en las áreas sanitarias de Toledo, Talavera de la Reina y Alcázar de San Juan, donde se desarrollaba a través de un convenio de colaboración con el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

Un total de 678 profesionales del ámbito sanitario han escrito cartas de apoyo al programa y 1.018 de personas inmigrantes y 870 firmas de la población general han firmado un comunicado público en defensa de la continuidad de la mediación intercultural.

Desde Médicos del Mundo reclamamos a la Junta que reconsidere esta supresión, escuche la voz de las personas usuarias y profesionales que demandan la continuidad del proyecto y vuelva a poner en marcha un programa que ha demostrado su impacto y su eficacia en la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria.

En sus cartas de apoyo al proyecto, dirigidas al Gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, tanto profesionales como personas usuarias señalan que consideran imprescindible disponer del apoyo de las mediadoras interculturales en el ámbito sanitario, con el fin de ofrecer una atención de calidad, optimizar los recursos y prevenir malentendidos.

Atilano Carcavilla, endocrinólogo pediatra del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, ha valorado como muy positiva la utilidad del servicio de mediación para su trabajo en la atención a niñas y niños con diabetes, desde el momento del diagnóstico y la historia clínica hasta en cómo explicar un tratamiento o poner la insulina.

La mediación asegura que se transmitan correctamente esos conocimientos y no se trata sólo de una ayuda con el idioma, sino también un apoyo en las peculiaridades culturales de cada grupo, por ejemplo con los alimentos, el orden de las comidas…”, explica.

Carcavilla señala también: “ahora sin el proyecto de mediación quedamos desprotegidos. Nos apañamos incluso con signos y aunque podamos tener la sensación de que hemos transmitido la información, es posible que más adelante nos enteremos de que efectivamente no nos habían entendido”. “La mediación ofrece calidad en el trato, además de evitar pruebas innecesarias y ensayos terapéuticos que no corresponden”, concluye.

El proyecto de mediación también es útil en los talleres de prevención y educación para la salud en temas como la diabetes o la salud bucodental. Francisco García-Navas, odontólogo de Atención Primaria en Alcázar de San Juan, insiste en que la ayuda de la mediadora ha sido básica para contactar con población magrebí.

No tenía cómo acceder a este colectivo para realizar talleres de educación sobre alimentación, higiene bucodental, etc. –explica- Sin la mediación, no hubieran venido ni entendido el taller. Ahora han seguido acudiendo a las consultas, han conocido las prestaciones que les da el Sescam, han tenido más acceso al sistema sanitario y se han realizado más seguimientos, teniendo además en cuenta sus factores culturales. No es sólo la traducción, la mediación es mucho más”.

Otro de los aspectos que los y las profesionales destacan es el beneficio a la hora de rentabilizar los tiempos y los esfuerzos de la asistencia sanitaria. En este sentido, Inmaculada Morales, matrona del Hospital de Alcázar indica: “si el paciente o la paciente no te entiende, esto origina que luego vuelva al hospital porque no saben que las revisiones rutinarias del bebé se realizan en su centro de salud, por ejemplo. Estos malentendidos generan más trabajo. Se pierde tiempo e información que puede repercutir en el cuidado del bebé o en el olvido del calendario de vacunas, entre otras cuestiones”.

La repercusión en la calidad y eficiencia asistencial también es uno de los temas recurrentes en los discursos de los y las profesionales que opinan sobre este proyecto. Así lo narra Montserrat Sierra, trabajadora social del Hospital de Parapléjicos: "La calidad y la eficiencia son menores sin las mediadoras, hay más desgaste psicológico, se emplea más tiempo para asegurar que han entendido todo y se vulnera la intimidad de los y las pacientes si tienes que recurrir a familiares para que traduzcan”. 

En la misma línea se pronuncia Mercedes Acevedo, médica del Servicio de Nefrología del Hospital de Toledo:

Una de las experiencias que tuve con la mediadora fue explicar a una paciente marroquí que debía realizarse una biopsia renal, una prueba que conlleva riesgos y para la que debía firmar un consentimiento informado. De esta prueba dependía llegar a un diagnóstico adecuado, un tratamiento muy específico que exigía controles analíticos, y sobre todo, la conclusión de que en caso de no tratarse a corto plazo podía desembocar en la necesidad de diálisis, con lo que eso conlleva para la vida de la paciente y por qué no decirlo, el elevado coste sanitario”.

Pilar Briega, del Servicio de Atención al Usuario en Atención Primaria de Alcázar de San Juan, habla de la necesidad de este recurso: “No es que sea un apoyo necesario para prestar una atención de calidad, se trata de un elemento esencial a tener en cuenta en cualquier momento del proceso asistencial. Si no nos podemos comunicar, difícilmente vamos a curar”.

El programa también se ha mostrado clave en situaciones que podrían suponer un problema de salud pública, tal y como señala Carmen García, jefa de Sección de Epidemiología de la Delegación de Sanidad. “En la Sección de Epidemiología hemos solicitado la colaboración de la mediación intercultural para algunas actuaciones en problemas muy concretos y ante los cuales no encontrábamos solución a través de los sistemas habituales”.

Estos problemas –apunta- estaban derivados, en su mayor parte, de dificultades con el idioma, baja percepción del riesgo de determinadas patologías o el desconocimiento de medidas preventivas o tratamientos. Su colaboración ha sido fundamental para casos de tuberculosis y brotes de otras enfermedades con población infantil afectada”.

La mediación apoyaba de la misma forma en la resolución de malentendidos, en el seguimiento de las citas o en la gestión de la tarjeta sanitaria.

Tal y como ha insistido Idoia Ugarte Gurrutxaga, presidenta de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha, la supresión de la mediación intercultural puede traer como consecuencia dificultades y retrasos en la identificación de síntomas, comunicación insuficiente de los problemas médicos, enfoques inadecuados en materia de diagnóstico, terapia y seguimiento, dificultades del personal sanitario para explicar modelos causales a usuarios y usuarias inmigradas, interpretación errónea del tratamiento prescrito, abandonos del tratamiento, recorrido del paciente por diversos consultorios en búsqueda de atención satisfactoria, cuidados preventivos inadecuados, clima de hostilidad y tendencia al trato poco equitativo, entre otros.

Resultados en sus cuatro años de existencia

Nuestra sede en Castilla-La Mancha inició el proyecto con el objetivo de prevenir y solucionar conflictos que pudieran surgir asociados a las dificultades para informar a pacientes y conseguir la adhesión al tratamiento debido a diferencias culturales, idiomáticas y sociales.

A lo largo de los cuatro años en que lo hemos venido desarrollando, el número de personas usuarias ha sido de 6.387 (710 en el año 2008, 1.269 en 2009, 2.054 en 2010 y 2.354 en 2011) con un incremento del 331% desde el inicio del programa. Más de la mitad de las personas usuarias no hablaban ni entendían castellano y más de un tercio presentaba dificultades para entender el idioma.

Se trataba de un programa único en Castilla-La Mancha y pionero en España. Cabe destacar que el proyecto fue premiado en 2010 en la segunda edición de los Premios Sanitaria 2000 a la Sanidad de Castilla-La Mancha en la categoría de campaña o acción sanitaria.

El programa ha sido eliminado a pesar de ofrecer buenos resultados según la valoración de las propias personas usuarias y profesionales. En este sentido, se habían recibido nuevas solicitudes de intervención en especialidades como el área materno-infantil o de obstetricia y de pediatría.