Dona

Siria: cuando todo puede ir peor

Fotografía: Médicos del Mundo

Siria: cuando todo puede ir peor

Nuestra opinión ante la conferencia sobre la crisis en el país que se celebra en Bruselas los días 29 y 30 de marzo
Esencial
  • De todos los conflictos armados en el mundo, Siria ha sido durante años uno de los peores ejemplos de violencia contra la atención sanitaria. Se han registrado casi 500 ataques a personal e infraestructuras en los últimos 5 años 

  • Las organizaciones humanitarias se enfrentan a múltiples barreras para lograr atender a la población 

  • El número de personas desplazadas internas ha aumentado un 20% en solo un año. 13 millones han tenido que huir ya de sus casas 

Madrid/París/Ankara, 26 de marzo de 2021.- Diez años después del inicio del conflicto en Siria, la situación en el país sigue deteriorándose sin que esta espiral parezca tener fin. Este año ha aumentado el número de personas necesitadas de ayuda, pasando de 11 millones en 2020 a más de 13 en 2021 y se ha incrementado el 20% el número de desplazadas internas. Lógicamente, la salud mental de estos millones de personas está colapsando, sin que puedan conseguir la ayuda que necesitan. 

Y cuanto más empeora la situación, más difícil es también el acceso de las organizaciones humanitarias, que se encuentran a diario con obstáculos, tanto físicos como administrativos, para llegar hasta quienes necesitan asistencia urgente. “Las condiciones de vida en los campamentos a lo largo de la frontera turca y en el interior de Siria son terribles, y la gente depende casi por completo de los servicios y la ayuda que prestan las ONG”, afirma Elena Urdaneta, directora general de nuestra organización, que ha regresado recientemente del país. “El paso de Afrin (Hamame/Olive Branch) proporciona un acceso humanitario esencial a la población siria, por lo que exigimos a la comunidad internacional reunida en esta conferencia que garantice la operatividad de esta entrada”, recalca.

Proteger a quienes curan: el personal sanitario, en el centro de los ataques  

Una década de conflicto ha obligado a muchos profesionales a abandonar el país, lo que ha provocado que los centros de salud y los hospitales carezcan de personal suficiente -sobre todo de especialistas como matronas-, para responder a las crecientes necesidades sanitarias de la población siria, sobre todo en el noreste y noroeste (NES y NWS). Sólo el 58% de los hospitales y el 53% de los centros de atención primaria funcionan actualmente en Siria. Exigimos la protección del personal de salud y el aumento de su formación, de manera que esto permita incrementar de forma constante el número de estos profesionales. 

No solo hay poco personal sanitario, sino que al que hay se le ataca. Entre 2016 y 2019 se confirmaron 494 ataques contra instalaciones o personal de salud. Según la OMS, de todos los conflictos armados en el mundo, Siria ha sido durante años uno de los peores ejemplos de violencia contra la atención sanitaria. El incumplimiento de la Resolución 2286 de Naciones Unidas y la impunidad de estos crímenes es insoportable. 

pedimos a las partes en conflicto que garanticen el acceso a la inmunización, sin discriminación

Y si la situación ya era compleja antes de la pandemia de covid, ahora es dramática. Porque no sólo la ayuda humanitaria encuentra barreras, sino que ocurre lo mismo con la vacuna. Por eso basándonos en el Derecho Internacional Humanitario, pedimos a las partes en conflicto que garanticen el acceso a la inmunización, sin discriminación. Esto debe incluir al personal sanitario como uno de los grupos prioritarios, puesto que de los 44.000 casos confirmados de covid-19 en Siria en febrero, el 6% de esta cifra forma parte de este colectivo, uno de los más afectados. 

Más necesidades, menos dinero 

Mientras las necesidades de apoyo siguen aumentando, la financiación continúa estancada. En 2020, el Plan de Respuesta Humanitaria de la ONU (incluido el COVID-19) solo recibió el 58% de los fondos solicitados (2.217 millones de dólares de los 3.817 demandados), lo que supone un descenso respecto a 2019. Y el año 2021 no parece mejor. El acceso a los fondos para apoyar a los asentamientos informales y a la población fuera de los campamentos es muy difícil, ya que, debido a la no ampliación de la Resolución 2504 de la ONU, prácticamente sólo los campamentos del noreste del país reciben fondos. A esto se suma la expectativa de que la ayuda humanitaria del Reino Unido para Siria disminuya drásticamente. 

¿Qué hace Médicos del Mundo? 

Trabajamos en 12 centros sanitarios para asegurar el acceso a la atención primaria, incluyendo salud sexual y reproductiva, salud mental y apoyo psicosocial. Hemos puesto en marcha un equipo móvil para atender a personas desplazadas que viven en alojamientos colectivos, mientras los agentes comunitarios realizan visitas a domicilio.  

En cuanto a la respuesta a la covid-19, se han donado kits PCR y dado soporte logístico para el transporte de muestras al laboratorio central. También se ha apoyado a un equipo de respuesta rápida. Todos los centros con los que trabajamos han sido adaptados con los protocolos correspondientes para reducir el riesgo de transmisión y la gestión de casos sospechosos y el personal recibe formación continua. 

En el noreste de Siria (NES), hay actualmente 1,4 millones de personas (54% de la población total) se enfrentan a múltiples necesidades que ponen en peligro su vida. Además, en el noroeste de Siria (NWS), 2,8 millones de personas (el 70% de la población total) necesitan asistencia humanitaria.