Tras la detención en Londres de uno de los acusados del genocidio de Ruanda, defendemos que el proceso judicial continúe y solicitamos justicia

Madrid, 23 de junio 2015.- A raíz de la noticia de la detención este sábado en Londres de Karenzi Karake, ex general responsable de la inteligencia militar del Frente Patriótico Ruandés durante la presidencia de Paul Kagame (periodo en el que varios millones de ruandeses y ruandesas fueron asesinados o desaparecieron) y reclamado por España por genocidio y crímenes de guerra (incluyendo el asesinato de tres cooperantes de nuestra organización), desde Médicos del Mundo defendemos que el proceso judicial siga adelante, solicitamos justicia para el pueblo ruandés y para nuestros cooperantes y denunciamos la vulnerabilidad de las ONG y su personal ante estas situaciones.

En memoria de Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtueña, cooperantes de Médicos del Mundo asesinados en Ruanda en 1997 mientras apoyaban a las víctimas del genocidio ruandés en el norte del país, queremos llamar especialmente la atención sobre la seguridad de los trabajadores y trabajadoras de las organizaciones humanitarias.

El auto por el que en 2008 el juez Fernando Andreu procesó a Karenzi Karake, junto a otros 39 cargos del Frente Patriótico Ruandés del presidente Paul Kagame –la organización militar que llegó al poder en Ruanda tras el genocidio de los hutus sobre los tutsis en 1994-, relata cómo organizó varios asesinatos en Kigali, la capital ruandesa, y fue responsable de varias masacres cuyo objetivo era la eliminación de la población hutu y ordenó operaciones con armamento pesado contra ese mismo grupo étnico.

El arresto se debe a la orden europea de detención emitida por la Audiencia Nacional para que Karenzi Karake sea trasladado a España. Este juicio está pendiente de la resolución del Tribunal Constitucional, que debe decidir si la modificación de la Ley Orgánica 1/2012, aprobada por el gobierno español y que limita la justicia universal, es o no constitucional.

De izquierda a derecha: Luis Valtueña, Flors Sirera y Manuel Madrazo