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Voces desde terreno: para unir personas, países e historias, lejanos sólo físicamente.

Voces desde terreno: para unir personas, países e historias, lejanos sólo físicamente.

Sergio Mañero, voluntario de Médicos del Mundo, nos cuenta su experiencia en Perú.

Este es el segundo episodio del ciclo de historias "Voces desde Terreno", un ciclo que tiene como principal objetivo el de acercarnos a países y personas que parecen más lejanos de lo que realmente son.

Para poder entrar en contacto con estas realidades escucharemos las voces de algunas personas que han viajado y vivido durante un tiempo en estos lugares e intentaremos ojear, a través de su mirada, los colores, los sabores y la esencia propia de estas tierras.

Hoy viajamos a Perú con Sergio Mañero, voluntario de Médicos del Mundo España.


 

¿En qué país estuviste?

En Perú. Concretamente en la provincia de La Convención, departamento de Cusco.


¿Cuánto tiempo estuviste?

Dos meses y medio.


¿Qué actividad desarrollaste?


Fui responsable de la parte de comunicación del proyecto, además de apoyar en todas las demás actividades de mis compañeros.

¿La experiencia que has tenido en el terreno refleja las expectativas, esperanzas, miedos, dudas, que tenías al partir?

He de decir que antes de ir, no tenía una idea bien definida de lo que me iba a encontrar. Por supuesto, tuve un briefing muy completo en la Sede Central de Médicos del Mundo sobre el proyecto en el que iba a participar. También me dieron algunas recomendaciones para cuando llegara, pero hasta que no llegas, no sabes exactamente a qué tipo de lugar vas.
En mi caso, yo sólo me planteé aprender todo lo que pudiera y sobre todo, hacer un buen trabajo. Iba a cumplir una función y quería hacerlo de la forma más profesional posible. Además, no me iba a ir de allí sin aprender todo lo que pudiera del lugar. Empaparme en su cultura, en su historia y en su carácter. Ahora que estoy aquí creo que lo he conseguido y con creces. Respecto al trabajo, me volqué completamente, al igual que con la gente y la cultura del lugar. He aprovechado todo lo que he podido. He conocido cómo se trabaja en terreno, el papel del cooperante, he estado inmerso en un contexto multicultural increíble, completamente diferente a lo que hay de dónde vengo, he trabajado con grupos de la sociedad civil muy activos y que hacen un trabajo fantástico, y he hecho amigos, que son los que verdaderamente me han enseñado, sin ser ellos conscientes, la personalidad, su compleja y particular visión del mundo.

Luego están las incertidumbres antes de ir en aquellos aspectos meramente logísticos ¿Me picará un mosquito con alguna enfermedad? ¿En qué condiciones voy a vivir, resistiré si son duras, y si me pongo enfermo? Bien, todas estas preguntas nacieron de mi inexperiencia y creo que son inevitables. Y todas ellas se desvanecieron cuando puse un pie en Perú. Pudieron mucho más las ganas que tenía de estar allí y de aprovechar lo más posible.

¿Qué es lo que más te ha impactado positivamente y negativamente?

Lo más positivo han sido las personas, con el cariño que me han dado. El aspecto negativo es, evidentemente, la situación de injusticia y de precariedad que viven muchos de los habitantes de Kiteni y alrededores, donde se centraba la actividad del proyecto. Sin embargo este impacto se transformó en algo positivo, cuando vi gente verdaderamente comprometida con su comunidad en una situación dura. Y todo esto rodeado de un contexto multicultural y en un lugar en pleno proceso de cambio. Fue una pasada.

¿Qué obstáculos y resistencias has encontrado a la hora de desarrollar tu trabajo diario?

Uno de los mayores obstáculos fueron los trámites burocráticos. A veces es muy complicado trabajar a nivel institucional por este motivo. Pero sin duda el obstáculo más complicado son las distancias. El equipo tiene dos oficinas. Una en Quillabamba y otra en Kiteni. Quillabamba es la capital de la provincia y es necesario estar allí para llevar a cabo muchas actividades como convenios con instituciones, trabajo en red con otras organizaciones, presencia institucional en espacios de concertación locales, jornadas de formaciones y capacitaciones o trámites burocráticos. Kiteni es el centro neurálgico del proyecto, donde está la población directamente beneficiaria, que es toda aquella que vive bajo la circunscripción de la Microrred de Salud de Kiteni. Aquí es donde llevamos a cabo acciones de sensibilización, movilización social, capacitaciones, investigaciones sociales, culturales y étnicas, promoción de derechos humanos, actividades de difusión de material IEC, diagnósticos sobre el terreno… por nombrar algunas. Bien, estos dos lugares están separados por cuatro horas en una pick up, y en muchas ocasiones teníamos que ir frecuentemente de un lugar a otro. Además, dentro del área de la Microrred hay numerosas comunidades. En pick up, la más lejana estaría a otras cuatro horas de camino, pero hay muchas a las que sólo se puede llegar caminando, a veces durante muchas horas. A mi en particular no me tocó caminar, pero a algunos de mis compañeros sí. Eso sí, todos nos pasábamos mucho tiempo en el carro.

¿Qué y quienes te han ayudado más para zambullirte en eta realidad?

Lo que más me ayudó a meterme de lleno en la realidad convenciana fue el interesantísimo contexto. Parto vertical, machiguenga, quechua… son realidades que no conocía. Todo ello en un espacio físico sobrecogedor y muy simbólico: en torno a un río, el Urubamba. Cuando éste llega a una garganta muy abrupta, acababa la cordillera de los Andes y se abre la llanura amazónica. Por la única carretera existente, a lo largo del río, iban apareciendo comunidades, otras están selva adentro. Todo ello en un contexto social delicado, con mucha mezcla, donde también hay intereses empresariales en torno a recursos naturales. Es un marco que me suscitó mucho interés.
Quien me ha ayudado en zambullirme en esa realidad, y de forma mucho más profunda que el marco social y físico, son todas aquellas personas que he conocido allí y de las cuales me llevo su amistad y lo bien que me han acogido desde el principio. He tenido mucha suerte al tener unos compañeros de equipo fantásticos y en conocer a mucha gente con quien he compartido momentos inolvidables.

¿Por qué decidiste ir a terreno?

Es algo que desde hacía ya un tiempo me venía rondando la cabeza y Médicos del Mundo me dio la oportunidad. Además, iba a desempeñar una actividad de comunicación, que es mi profesión.
Desde hace muchos años me he sentido atraído por la cooperación y por el desarrollo y nunca había tenido la oportunidad de ver cómo se trabaja desde el terreno. Además, es una oportunidad increíble para trabajar en un contexto que ofrece muchísimas posibilidades, a mi modo de ver. Por otro lado, también me gusta conocer otras culturas y modos de vida. Por todo ello, la ocasión era perfecta.

¿Estimas que de alguna forma esta experiencia haya cambiado tu vida actual? ¿De qué manera? ¿Cuáles son las lecciones que has aprendido?

He aprendido varias cosas y esto ha enriquecido mi visión sobre la realidad. Cuando aprendes tu visión del mundo se hace más elaborada. Gracias a esta experiencia he ganado en sensibilidad entorno a dos palabras con un significado muy profundo y complejo: interculturalidad y género. Todo lo que he hecho en Perú, ha tenido como base estas dos palabras.
He aprendido cómo se trabaja en terreno, con compañeros y compañeras que me han ayudado desde el principio y me han dejado trabajar con ellos como un equipo en que la voz de cada uno cuenta. Han querido que formara parte del proyecto y del equipo, tomando partido en las decisiones y colaborando en todas las actividades. Esto es algo que valoro inmensamente.

Además, he aprendido de forma más intensa, cuál es el valor de la sociedad civil en la creación de la sociedad. Qué significa el respeto hacia otras culturas y la actitud de compartir con ellas, de poder trabajar juntos, de llevar a cabo iniciativas, proyectos en común.

Por último, y de esto me he ido dando cuenta poco a poco allí y una vez que volví a España, he descubierto el papel, a mi juicio, fundamental, que tiene la comunicación en las actividades a favor del desarrollo y la colaboración entre los pueblos. Muchos de los problemas nacen de la incomprensión y la incomunicación y es la comunicación la que refuerza los lazos colaborativos entre personas, organizaciones e instituciones. Llevando a cabo las actividades que ha dado tiempo en el escaso pero intenso tiempo que he vivido en Perú, he ido viendo el potencial increíble que tiene este ámbito de la comunicación y lo mucho que tiene que decir en el ámbito de la cooperación. Digamos que he visto la comunicación de otra manera, de una manera nueva. Y que he descubierto que es mucho más todo lo que está por hacer que lo que ya está hecho. En un mundo en el que hada vez hay más herramientas a nuestro alcance para desarrollar innumerables proyectos y actividades comunicativas se puede alcanzar algo que sería verdaderamente revolucionario: poner en el centro la importancia de la voz. Establecer puentes comunicativos entre las personas, darle importancia a la voz, que cuando es tomada en cuenta, otorga dignidad. Que las personas comprendan que parte del desarrollo es hacerse oír y escuchar a otros. La comunicación es una herramienta que acerca a personas, une comunidades y que transforma la vida.

¿Y qué crees que han aprendido de ti las personas de ahí?

Buena pregunta! Sería mejor preguntarles a ellos. Los que he tenido la oportunidad de conocer más profundamente se llevan un amigo para siempre. Una de las cosas que siempre intento hacer es compartir también mi cultura y mi visión del mundo, y esto ha provocado muy buenas conversaciones y momentos muy divertidos.

Si te ha gustado esta historia lee el episodio 1 de Voces desde terreno

Además puedes escuchar la Radio novela "Aquí no pasa nada" en la que Sergio colaboró:

Radio novela y taller "Aquí no pasa nada" capítulo 1 by medicosdelmundoespana

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