SIRIA, la tecnología que ha sorprendido a todo el mundo

Ya hemos desvelado  el misterio que encerraba nuestra app de inteligencia emocional SIRIA, lanzada hace diez días . Detrás de la voz del asistente virtual se escondían declaraciones de hombres y mujeres reales en situación de exclusión social, y a quienes las personas que probaron la app pudieron abrazar personalmente después de haber conocido sus historias.

Se trata, por tanto, de una campaña que hemos creado con el objetivo de recuperar la atención de nuestra sociedad hacia un problema que no deja de crecer, a pesar de que ya no tenga espacio en las noticias. Según datos de Naciones Unidas, 767 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza. Esta cifra se ha visto incrementada con crisis humanas como la de Siria, que ha provocado que más de 6 millones de personas hayan tenido que abandonar su hogar.

“Hemos tenido que inventarnos una app con inteligencia artificial para que volvamos a conectar con un problema muy real, para que no olvidemos que no hay nada que conmueva más que una historia verdadera”, explica Nieves Turienzo, vicepresidenta de nuestra organización. “Las historias que cuenta nuestra aplicación móvil son las vidas de personas de carne y hueso que han tenido que huir de sus países o que un buen día se encontraron sin hogar, sin derechos o sin cobertura sanitaria y que necesitan nuestra ayuda para salir adelante”, añade.

Historias de una verdad que emociona

Personas como Baker, un joven sirio de 24 años que desertó del ejército y tuvo que escapar de su país, dejando allí a su familia. Llegó a Grecia en una balsa. Ahora vive en Barcelona, mientras continúa sus estudios. O como Magdalena, de 61 años, que llegó a España desde Rumanía con un supuesto contrato de trabajo, pero fue víctima de un engaño y se encontró sin dinero y sin ningún sitio adonde ir. Hoy vive en una residencia de Sevilla. O Pastora, española de 50 años que ha sufrido malos tratos, tiene problemas de salud y un hijo drogodependiente. Ahora acude al Centro de Reducción de Daños de Médicos del Mundo en Vigo. O también Jaime, que hasta los 35 años trabajó en hostelería, pero a causa de una depresión lo perdió todo y se vio abocado a vivir en la calle.

“Hemos querido llevar a cabo este experimento social para ver cómo reaccionaban las personas que se prestaron a probar nuestra app al descubrir que al otro lado de la pantalla había mujeres y hombres de verdad, que viven situaciones críticas, y se los encontraran cara a cara. El resultado confirma que la realidad siempre supera a la ficción.Estas personas necesitan que la sociedad no las olvide”, subraya Nieves Turienzo.

La campaña completa, con las historias reales, se recoge en la web www.oyesiriamedicosdelmundo.org.