AIDA, una red formada por más de 80 ONG internacionales que trabajamos en el Territorio Palestino Ocupado, exige a todos los Estados parte de los Convenios de Ginebra que tomen medidas urgentes para detener el asesinato y la mutilación de manifestantes en la Franja de Gaza de inmediato y para prevenir cualquier acción de este tipo dirigida a los y las manifestantes en la Franja de Gaza. Independientemente de la presunta o real afiliación política de los y las manifestantes, el derecho internacional prohíbe el uso de la fuerza letal contra manifestantes civiles, a menos que participen directamente en actos hostiles que representan una amenaza inminente para la vida.
Además, el derecho de reunión pacífica y de expresión está garantizado por las normas internacionales de derechos humanos. En sus acciones en las zonas fronterizas de la Franja de Gaza, las normas internacionales de derechos humanos exigen que las fuerzas de seguridad de Israel respeten los derechos de reunión pacífica y de expresión, y que estas fuerzas utilicen, en la medida de lo posible, medios no violentos para cumplir con sus obligaciones.
Viviendo bajo capas de ocupación, bloqueo y división política, las personas que viven en la Franja de Gaza se sienten abandonadas y atrapadas en un ciclo interminable de conflicto. Con una tasa de desempleo que se sitúa en un 54%, la de pobreza en un 53% y la inseguridad alimentaria se dispara a un 68%; la población tiene pocas esperanzas o perspectivas tangibles de un futuro mejor. Los derechos de reunión y expresión son herramientas fundamentales que deben protegerse para que las personas palestinas conserven un medio pacífico para enviar su mensaje al mundo sobre la crisis que viven en la Franja de Gaza y en todo el Territorio Palestino Ocupado.
AIDA apoya la recomendación hecha por Michael Lynk, el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en el Territorio Palestino Ocupado desde 1967, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el 18 de marzo de 2019 para que Israel levante de inmediato su asfixiante bloqueo de la Franja de Gaza. El Relator Especial Lynk lo identificó correctamente como la fuente de una multitud de graves violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario. Además, exigió una rendición de cuentas total por el comportamiento ilegal del ejército de Israel, y agregó que si Israel no realiza sus propias investigaciones sobre los tiroteos en masa de acuerdo con los estándares internacionales, entonces la comunidad internacional debe abordar las cuestiones de responsabilidad vital y los problemas de responsabilidad de comandos revelados por la conducta de sus fuerzas militares contra manifestantes de la Franja de Gaza.
Las manifestaciones de la Gran Marcha del Retorno coinciden con una crisis humanitaria sin precedentes en la Franja de Gaza que ha afectado gravemente los medios de vida, el acceso a los servicios más básicos y la seguridad humana personal de sus 2 millones de residentes. Décadas de cierre por tierra, bloqueo marítimo y aéreo, acompañado por un sistema israelí draconiano de restricciones de movimiento y acceso, han impulsado esta crisis cada vez más intensa, que culminó con la imposición de un bloqueo efectivo sobre la Franja de Gaza. Además, toda la población, más de la mitad de la cual tiene menos de 18 años, ha sido castigada colectivamente por actos que individualmente no han cometido. Esta posición es compartida por las Naciones Unidas, como lo expresó el Secretario General Ban Ki-moon en 2016.
Las enormes brechas actuales en la financiación de la asistencia humanitaria y de desarrollo para una población cada vez más vulnerable de la Franja de Gaza, agravan una realidad altamente volátil y precaria para la población, de la cual aproximadamente el 70% son personas refugiadas. Los fuertes recortes en los fondos destinados a las organizaciones que trabajan en emergencias o proveen servicios básicos, en particular a la UNRWA, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para las personas refugiadas de Palestina, han dificultado de manera muy importante el abastecimiento de alimentos y asistencia médica de emergencia, el acceso a la atención primaria de salud, la educación y otros apoyos esenciales.
En consecuencia, y ante el aumento de la tensión en las últimas semanas y días, AIDA hace el siguiente llamamiento: