Desde la violenta erupción el pasado domingo del Volcán de Fuego, la situación en Guatemala sigue agravándose, con sucesivas explosiones y expulsión de material piroclástico. Los equipos de Médicos del Mundo en el país están preparados para actuar en cuanto el Gobierno solicite la ayuda y se ha puesto en alerta a los de El Salvador, que podrían intervenir en caso necesario.
Se ha acudido ya a evaluar la situación en los departamentos de Chimaltenango y Sacatepéquez, que se cuentan entre los más afectados por la erupción. En algunas de las zonas se aprecian necesidades de coordinación en la respuesta a la emergencia, de ayuda psicológica y mecanismos de prevención de abusos y violencia sexual contra las mujeres y los muchos niños y niñas que se encuentran en los albergues.
Desde el domingo, según las autoridades del país, han fallecido 75 personas, hay más de 5.000 evacuadas y 2.600 cobijadas en albergues y unas 200 desaparecidas. Sin embargo, se teme que estas cifras continúen aumentando rápidamente. La violenta actividad del Volcán de Fuego –la más intensa en décadas- afecta ya a más de 1,7 millones de personas, y no ha remitido con el paso de los días.