Hay personas capaces de mover el mundo con su energía. Con la lucidez necesaria para encontrar el camino del cambio. Con la fuerza que requiere desviar destinos. Con la sabiduría que se precisa para acompañar y escuchar. Con la voluntad de estar donde se necesita. Con la valentía de hacer lo que se debe. Con una determinación y un empeño que no caducan. Pilar Estébanez era una de ellas.
Nuestro sentimiento de soledad es inmenso. Gracias a Pilar nació Médicos del Mundo en España hace 31 años. De su mano fuimos creciendo y, con el paso del tiempo, también madurando. Siempre hemos sido una gran familia y hoy no podemos evitar un profundo sentimiento de orfandad.
Como consuelo, sabemos que una parte de ella está en el ADN de nuestra asociación. Su sonrisa, su criterio y esa tenacidad a la hora de mirar hacia delante, de construir diferente, son de las mejores cosas que nos han pasado, porque Médicos del Mundo tiene mucho de Estébanez. No puede haber mayor legado.
Por habernos soñado y por haberlo hecho posible, por extender tu humanidad a nuestro lado, por tu amistad y compañía siempre te estaremos agradecidas. Un abrazo inmenso a toda tu familia, que es también parte de la nuestra.
Hasta siempre, Pilar, que la tierra te sea leve.
Panorámica: Pilar en Médicos del Mundo