La prostitución es una institución que reproduce la tradicional subordinación de las mujeres, así como los estereotipos asociados a la feminidad -disponibilidad, amabilidad, objeto de deseo, belleza, rivalidad entre mujeres y la masculinidad tradicional -dominación sobre las mujeres, instinto sexual, sujeto deseante, agresividad-.
En el ámbito de la prostitución convergen distintas violencias en las que el orden de género juega un papel esencial, junto a la raza/etnia y la clase.