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A costa de la población yemení

Fotografía: Médicos del Mundo Francia

A costa de la población yemení

Kai Schnier entrevista para ©Qantara.de a Wafa′a Alsaidy, coordinadora de la misión de Médicos del Mundo en Yemen, desde Sana’a.

Después de más de tres años de conflicto violento, el sector público y de salud de Yemen está al borde del colapso. Mientras que las facciones en guerra se sienten cómodas con esta situación, gran parte de la población se enfrenta a enfermedades y hambruna.

Wafa′a Alsaidy, desde 2015 Yemen está sumida en una guerra civil violenta, con las fuerzas del movimiento armado Houthi ocupando Sana'a en el norte y una coalición liderada por Arabia Saudí que apoya a las fuerzas gubernamentales del presidente Abdrabbuh Mansour Hadi en el sur. Hoy, ocho millones de yemeníes están en riesgo de morir de hambre y dos millones de personas están desplazadas internamente. Sin embargo, a pesar de ser uno de los desastres humanitarios más grandes de nuestros tiempos, el conflicto sigue siendo prácticamente invisible en las noticias internacionales. ¿Por qué?

El problema de la falta de información sobre la crisis en Yemen es doble. El primer problema es el hecho de que los yemeníes no tienen una forma real de comunicar su situación internacionalmente y no están representados en Europa ni en ningún otro lugar. Mientras que en el caso de Siria, por ejemplo, hay una creciente comunidad refugiada en Occidente que tiene los medios para expresarse -también porque Siria tenía un sistema educativo funcional antes de la guerra- la situación en Yemen es bastante diferente. Aquí, hubo una falta de internacionalización y educación incluso antes del conflicto. El segundo tema es la falta de acceso. Todas las embajadas en las dos principales ciudades yemeníes, Sana′a y Aden, están cerradas. La única forma en la que los periodistas internacionales pueden entrar al país es a través de los vuelos de Naciones Unidas. E incluso entonces, las autoridades en el terreno desde ambos lados del conflicto a menudo demoran el proceso indefinidamente.

Como el acceso al país es cada vez más difícil, las ONG y las organizaciones humanitarias como Médicos del Mundo, a la que representas, se encuentran entre los últimos actores internacionales que quedan en Yemen. Vives y trabajas en Sana'a, controlada por el movimiento armado Houthi. ¿Cuál es la situación allí ahora?

La vida en la ciudad es cada vez más precaria e impredecible para la gente de aquí. Al comienzo del conflicto, los bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudí, que respalda al presidente Hadi, se centraron en los campamentos militares de Houthi y también tuvieron lugar en momentos específicos. Ahora se han vuelto más erráticos. Durante un funeral en Saná en 2016, la coalición mató a más de 150 personas. Hace un tiempo, atacaron una estación de combustible en medio de un área civil. Otra vez, una bomba golpeó tan cerca de mi casa que las ventanas se rompieron. Básicamente el daño colateral parece jugar un papel cada vez más pequeño en las consideraciones militares a medida que avanza la guerra. Al mismo tiempo, por supuesto, la situación económica se ha vuelto cada vez más crítica. El gobierno de Houthi, por ejemplo, ha dejado de pagar salarios a civiles y funcionarios.

¿Cómo afecta a la vida cotidiana de las personas en Yemen en general y de Sana′a en particular?

Lo más grave es que la población local en ambos lados del conflicto ya no puede pagar las necesidades básicas para vivir. Desde el comienzo de la guerra, los precios de los alimentos y el combustible se han disparado. Al mismo tiempo, las oportunidades de empleo son cada vez más escasas. Durante el Ramadán, que acaba de terminar, normalmente veías tiendas concurridas y calles congestionadas en Saná. En esta ocasión, las tiendas estaban casi vacías, ya que simplemente no hay manera de que las personas puedan pagar incluso los productos más básicos.

La situación es grave en la mayoría de los aspectos. Si hablamos del sector educativo, todos los días a las 10 de la mañana hay muchos niños en las calles, vistiendo uniformes escolares. Sin embargo, no tienen dónde ir, ya que la mayoría de los maestros no trabajan el día completo debido a los pagos de salarios irregulares e incompletos. La infraestructura institucional y económica del país está a punto de colapsarse. Eso afecta especialmente al sector de la salud. Actualmente, se estima que alrededor de 16 millones de yemeníes no tienen acceso a una atención médica adecuada.

¿Qué pueden hacer organizaciones humanitarias como Médicos del Mundo?

En este momento, nuestra tarea principal es prevenir la inminente ruptura de una importante infraestructura de salud. Solo alrededor del 50 por ciento del sector de la salud en Yemen está operativo en este momento. No hay dinero para personal, materiales ni medicinas. Por lo tanto, estamos tratando de ayudar a las agencias gubernamentales apoyando a 13 centros de salud y hospitales en todo el país. Importamos medicinas a través de nuestra sede en París a nuestra base en Djibouti, y luego las llevamos a Sana′a; también asistimos localmente con consultas y especialistas. Para nosotros, una de las principales preocupaciones es el acceso de las poblaciones rurales a la atención médica. En los últimos años, si las mujeres estaban embarazadas en las aldeas cercanas a Saná, por ejemplo, tenían que viajar cinco horas para recibir asistencia profesional. Muchas mujeres jóvenes y niños murieron en el proceso. Hace dos semanas logramos brindar apoyo a un hospital rural fuera de la ciudad con una sala de operaciones donde ahora se pueden practicar cesáreas. Pequeños pasos, por supuesto, pero mejor que no darlos.

Además de los problemas que ya ha descrito, Yemen también se enfrenta al mayor brote de cólera que se ha registrado en la historia...

El brote de cólera fue sin duda uno de los problemas más acuciantes el año pasado, ya que más de un millón de personas contrajeron la enfermedad a fines de 2017. Pudimos contenerla en nuestras áreas de influencia alrededor de Sana′a y ha habido una disminución de los casos en los últimos meses. También hubo varias campañas de vacunación en coordinación con UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ayudaron a mitigar la crisis. Eso demuestra que nuestra presencia aquí puede tener un impacto importante.

Aún así, su trabajo en el terreno probablemente esté limitado por el conflicto que lo rodea...

No solo por el conflicto en sí, sino también por las circunstancias de alrededor. Por ejemplo, uno de los mayores problemas que enfrentamos en nuestro trabajo hoy en día es el bloqueo continuo de los puertos yemeníes por parte de las fuerzas de la coalición lideradas por los saudíes. Oficialmente el bloqueo terminó hace tiempo, pero en la práctica el acceso al puerto de Hodeidah, uno de los más importantes del país, todavía se controla a través del mar. Necesitamos importar medicamentos de Francia a Yemen, porque no se puede garantizar la calidad de los medicamentos locales. Pero con importantes rutas de suministro cortadas y muchos vuelos, incluso vuelos de la ONU -retrasados con fines de inspección-, los medicamentos se exponen a temperaturas extremas durante semanas. Estas dificultades también se dan con el personal, muchos de nuestros empleados pasan tres meses en nuestra base en Djibouti esperando sus visados para entrar en el país. En última instancia, eso pone en peligro a la gente que estamos tratando de cuidar.

Desde su perspectiva como representante de Médicos del Mundo: ¿qué tendría que pasar para que la situación sobre el terreno mejore en Yemen?

Lo único que ayudaría a resolver esta crisis es la presión externa de los actores internacionales. El conflicto ya es demasiado complicado para resolverse desde dentro. El gobierno de Houthi en el norte, la coalición liderada por Arabia Saudí que apoya al presidente Hadi en el sur, varios movimientos secesionistas, Irán, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos maniobrando también…

... Así como Estado Islámico y Al Qaeda afianzándose en algunas regiones

Eso también. Por eso contar con una resolución interna del conflicto sería ingenuo. De hecho, dentro de Yemen, quienes toman las decisiones en todos los bandos parecen estar más o menos cómodos con esta situación. Ahora ocupan posiciones que nunca podrían haber alcanzado a través de un proceso democrático e institucional. Del mismo modo, fuerzas externas como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos se contentan con controlar regiones económicamente viables con acceso a suministros de gas y petróleo. Su objetivo es controlar las regiones costeras y los puertos, pero no aventurarse más adentro. Como resultado, las facciones en guerra no tienen el menor interés en poner fin al conflicto. Yemen es el patio trasero en el que pueden pelearse y medir fuerzas con impunidad.

¿Crees que las Naciones Unidas podrían cambiar eso?

Al menos parece que la presión internacional, si se aplica correctamente, puede tener resultados viables. Cuando Arabia Saudí y sus aliados endurecieron el bloqueo terrestre, marítimo y aéreo de Yemen a fines de 2017, la ONU condenó enérgicamente esta medida debido a sus consecuencias humanitarias. Entonces, las restricciones más estrictas fueron revocadas por la coalición. Necesitaríamos un impulso similar por parte de la ONU con respecto al conflicto en general. Para una organización como la nuestra, la paz es una de las condiciones previas más importantes para nuestro trabajo. Ninguna ayuda humanitaria es un sustituto de la paz: sin la paz, nos vemos obligados a abordar solo los problemas más inmediatos y no podemos construir estructuras duraderas.

Qué hacemos como Médicos del Mundo en Yemen

Desde Médicos del Mundo ayudamos a las poblaciones yemeníes apoyando 5 centros de salud en los distritos de Jehanah (gobernación de Sana’a) y Yareem (gobernación de Ibb). Suministramos equipos médicos, asistencia en situaciones de emergencia y medicamentos necesarios para tratar las afecciones agudas y crónicas más comunes.

Desde finales de 2015, un equipo de Médicos del Mundo con base en Sana’a trabaja para rehabilitar las instalaciones médicas dañadas por bombardeos y restablecer la atención primaria de salud. El objetivo también es mejorar la detección y el tratamiento de la malnutrición en niños especialmente vulnerables, atender a los enfermos crónicos y ofrecer ayuda psicológica a las víctimas.

Nuestros equipos también trabajan en la capacitación de personal médico y personas voluntarias dentro de las comunidades, así como en la mejora del sistema para la derivación de los casos más urgentes a instalaciones especializadas.

En vista de la tensa situación de seguridad, se abrió un campamento con base en Djibouti, al otro lado del Golfo de Adén.