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Artículo de Felipe Noya, videpresidente y vocal de voluntariado de Médicos del Mundo, por el Día Internacional del Voluntariadd

En el Gallinero se asienta un campamento rumano de población gitana.

Artículo de Felipe Noya, videpresidente y vocal de voluntariado de Médicos del Mundo, por el Día Internacional del Voluntariadd

Médicos del Mundo entiende y promueve la acción voluntaria, entre otras cosas, como un ejercicio de activismo ciudadano con el que provocar la transformación social necesaria que nos lleve a un mundo más equitativo y justo. En una palabra, lo entiende como un derecho. Y como tal debe ser resaltado especialmente en esta nueva celebración del Día Internacional del Voluntariado que celebramos como todos los años el 5 de diciembre. Especialmente este año. Felipe Noya, vicepresidente y vocal de voluntariado de Médicos del Mundo, nos habla del papel del voluntariado en el momento actual. 

En los talleres que he compartido con el voluntariado de Médicos del Mundo con el fin de ampliar la información sobre la asociación llevamos a cabo siempre un pequeño ejercicio de introspección. Muy simple. Se trata de recordar qué motivaciones llevaron a cada participante a querer hacerse voluntario. No sólo qué le llevó a vincularse a Médicos del Mundo, que también, claro, sino de dónde partió su interés por formar parte de una ONG, o asociación. Por ayudar en definitiva. 

Las respuestas son muy diversas. Muchas veces es “una amiga que era voluntaria y que me habló de lo que hacíais.”. U “os vi en una manifestación defendiendo los derechos de las personas inmigrantes”. Otras muchas es la casualidad: “quería hacer algo y pasé por vuestra puerta”. Cada vez encontramos más casos de personas que antes participaban en nuestros programas como personas en situación de riesgo de exclusión y que, una vez mejorada su situación, consideran que un buen sitio para ayudar a los y las demás es la organización que una vez les apoyó.

Pero en todos, en todos los casos, siempre hay un interés moral. Un querer hacer algo para cambiar una realidad que no nos gusta y que sabemos injusta. Siempre. Luego ya esa colaboración se concreta dentro de Médicos del Mundo conforme a los intereses de la persona, las necesidades de la organización y, en muchos casos, una mayor implicación asociativa, pudiéndose llegar a formar parte de una junta directiva, autonómica o estatal.

Lo que no aparece generalmente es la conciencia de que esa participación como voluntario o voluntaria en una organización es el ejercicio de un derecho articulado en el marco del derecho a la participación. En definitiva, que es una posibilidad más de participar en nuestra sociedad democrática. De dar una mayor dimensión activista a nuestra noción, ¿debería ser nueva noción?, de ciudadanía. 

Evidentemente, este último punto está implícito en ese querer cambiar la realidad que sabemos injusta. Sí, pero quizás esa falta de verbalización de lo que nos lleva a ser más activistas implica que no lo vivimos como un derecho, que lo damos por concedido, por dado.

Sin embargo, en este momento de ataques y recortes presupuestarios generalizados contra los sistemas públicos de salud, educación y de cobertura social quizás convenga ampliar nuestra mirada. Porque esos recortes esconden, cada vez de forma menos taimada, propuestas ideológicas que limitan o pueden llegar a limitar derechos fundamentales. Y no sólo en los planos expuestos: aunque de momento nos parezcan amenazas más o menos veladas, ya se están haciendo propuestas en el ámbito de los derechos civiles, “propuestas” que pretenden incorporar limitaciones también al derecho a la libertad de expresión, al derecho de manifestación,…

El ámbito del voluntariado, o por expresarlo mejor: el ámbito de la participación activista a través de la colaboración voluntaria en organizaciones, no se queda fuera de esta desoladora inercia. Hay ciertas señales que parecen manifestar cierto interés de la Administración por modificar la legislación sobre voluntariado para ampliar su ámbito de aplicación y así posibilitar la actuación altruista, pero también interesada desde la perspectiva de los poderes públicos, en ámbitos de intervención social que deberían mantenerse en la esfera de las obligaciones que los Estados, en tanto que tal, tienen y que les debemos exigir que sigan teniendo. Además, la regresiva supresión de apoyos públicos hace que las organizaciones, y especialmente las asociaciones, tengan menos recursos y posibilidades para llevar a cabo su misión en el plano de la intervención social, pero también, y no es menos importante, en el plano de la interlocución política y la incidencia. Creemos, creo, que es especialmente relevante recordar en estos momentos cómo la propia ley de voluntariado estatal, que data del año 1996, contiene en su exposición de motivos las siguientes y reveladoras palabras: 

La acción voluntaria se ha convertido hoy en día en uno de los instrumentos básicos de actuación de la sociedad civil en el ámbito social y, como consecuencia de ello, reclama un papel más activo que se traduce en la exigencia de mayor participación en el diseño y ejecución de las políticas públicas sociales. Esta participación, por otro lado, es la que reconoce expresamente nuestra Constitución a los ciudadanos y a  los grupos en que estos se integran, en el artículo 9.2., y la que, en razón del mismo artículo, están obligados a promover, impulsar y proteger los poderes públicos.

La situación económica y social presente hace que la misión de nuestra asociación sea aún más pertinente que nunca. Como organización democrática y participativa, Médicos del Mundo es titular de responsabilidades, y está orientada a promover y presionar para que el Estado, como titular de obligaciones, haga valer los derechos de los titulares de derechos, sí, pero no sólo en el plano de la exclusión social y la vulnerabilidad, sino también en el plano de las libertades cívicas. Y no sólo en África o en América del Sur. Como estamos viendo y viviendo, esa presión siempre ha sido necesaria en nuestro “Norte”, pero lo es ahora más pertinente que nunca. 

Médicos del Mundo entiende y promueve la acción voluntaria como un ejercicio de acción ciudadana con el que provocar la transformación social necesaria que nos lleve a un mundo más equitativo y justo. Lo hemos señalado en nuestra entradilla. Nuestro voluntariado es un voluntariado concienciado, activista y movilizador. Un voluntariado que en ningún caso se ofrece para sustituir los deberes que son propios del Estado y que al contrario, le recuerda sus compromisos y sus obligaciones hacía la ciudadanía de la que formamos parte necesaria. Cada vez más necesaria.

La celebración de un día internacional debe ser siempre una llamada de atención para resaltar ante la sociedad la pertinencia del motivo resaltado. Este año, el Día Internacional del voluntariado debe ser desde luego un momento de agradecimiento hacia el voluntariado en general y especialmente a las 1.100 personas voluntarias, asociadas muchas de ellas, que hacen Médicos del Mundo. También es momento de repensar nuestras asociaciones para que sean más participativas y flexibles e incorporen propuestas de los nuevos movimientos sociales que han llenado nuestras calles y de las que tenemos tanto que aprender, especialmente en el plano del activismo social. Pero es un momento para mirar adelante con intensidad, casi con furia, para que no haya desistimiento ni retrocesos.