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Cooperantes, personas que unen mundos

Fotografía: Claudia Belaude

Cooperantes, personas que unen mundos

En Médicos del Mundo actualmente son más de cincuenta personas las que desarrollan su actividad en diecinueve países. Las conocemos como “cooperantes expatriadas”. Sin ellas, sería imposible realizar los más de setenta proyectos que llevamos a cabo en África, América, Europa y Oriente Medio.
Esencial
  • Hoy se celebra el Día de las Personas Cooperantes, institucionalizado en España por el Consejo de Ministros en 2006. Supuso la creación del Estatuto del Cooperante.
  • Se eligió el 8 de septiembre para conmemorarlo, porque ese día de 2000, líderes mundiales aprobaron en Naciones Unidas la Declaración del Milenio, alianza para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS).  

La palabra "cooperación" viene del latín cooperatio y significa "acción y efecto de trabajar juntos". Pero no de cualquier manera, sino con un “fin común”. El éxito del grupo depende de que todos aprendan, y también es así en la cooperación al desarrollo.

Cada 8 de septiembre, conmemoramos este día para reconocer la labor de quienes trabajan en las zonas más vulnerables del planeta para conseguir un mundo más justo y más humano.

El día se celebra desde 2006, institucionalizado en España por el Consejo de Ministros y con la creación del Estatuto del Cooperante. que contempla aspectos esenciales de su profesión, como sus derechos y obligaciones, régimen de incompatibilidades, formación, etc. Desde aquel año, se han logrado mejoras en sus condiciones de trabajo y una mayor seguridad laboral en esta ocupación, que cuenta con un alto nivel de especialización, responsabilidad y compromiso, ya que ejercen su profesión en zonas de riesgo y pobreza. Aunque como ellos y ellas mismas recuerdan siempre, la ejercen junto a profesionales locales que conocen de primera mano los retos, necesidades y formas de vida de cada territorio.

En Médicos del Mundo actualmente son más de cincuenta personas las que desarrollan su actividad en diecinueve países. Las conocemos como “cooperantes expatriadas”. Sin ellas, sería imposible realizar los más de setenta proyectos que llevamos a cabo en África, América, Europa y Oriente Medio. Proyectos con los que acompañamos a más de tres millones de personas en su defensa del derecho a la salud. En 2019, 98 cooperantes se desplazaron a distintos países a lo largo del año, 43 hombres y 55 mujeres.

En este día, cooperantes de Médicos del Mundo nos cuentan por qué eligieron ser lo que son y cómo trabajan para apoyar a los sistemas públicos de salud frente a la covid-19

Resolver preguntas, la ética, la justicia o la defensa de los derechos humanos son algunas de las motivaciones para ser cooperantes que mencionan nuestr@s compañer@s. Conozcamos algo más a través de sus voces.

Paola y el personal de MdM en el centro de salud de Santa Ana de Velasco, en Santa Cruz, entregan insumos de seguridad, limpieza y detección de covid-19 . ©Claudia Belaude
Paola y el personal de MdM en el centro de salud de Santa Ana de Velasco, en Santa Cruz, entregan insumos de seguridad, limpieza y detección de covid-19 . ©Claudia Belaude

Paola Larghi está ahora mismo en Bolivia, coordinando el equipo de emergencia desplazado al país para apoyar la lucha contra la pandemia por la covid-19. Desde muy joven viaja por el mundo con una mochila, poco dinero, curiosidad y muchas preguntas: “Lo que vi en los países que conocí de América Latina y de Asia me impactó: vi la pobreza, los abusos de los derechos humanos, la injusticia social y pensé que podía hacer algo más que ‘vagabundear por allí’. La cooperación me parecía una forma noble para contribuir con hechos concretos a combatir la injusticia y afirmar los derechos universales, además de seguir viajando y conocer culturas diversas. Puede parecer un enfoque un poco romántico, estilo viaje por América Latina del Che Guevara, pero eso fue y es lo que de alguna manera me sigue motivando, a pesar de los años que han pasado y de las críticas que se puedan hacer a la cooperación internacional”.

El equipo de emergencia trabaja junto al sistema de salud público en la provincia de Velasco para mejorar la dotación de los centros de salud y hospitales. “Trabajar en medio de la pandemia de covid-19 implica transformar completamente la forma de relacionarse con las personas en un país como Bolivia, donde el saludo es un abrazo o un apretón de manos y donde la cultura invita a compartir el mate con una misma bombilla. Nuestra esencial y momentánea distancia social no impidió que la acogida fuese cálida y las relaciones con el personal de salud y la gente local a la que atendimos, muy amables”.

Marco junto al equipo de MdM en Cisjordania planifica intervenciones psicosociales en comunidades beduinas expuestas a la violencia israelí.
Marco junto al equipo de MdM en Cisjordania planifica intervenciones psicosociales en comunidades beduinas expuestas a la violencia israelí.

Desde el Territorio Palestino Ocupado, Marco A. Velasco comparte que su motivación para ser cooperante fue siempre contribuir con su trabajo a construir colectivamente un mundo mejor.

En cuanto al sistema de salud palestino nos cuenta: “se avanza lentamente, debido a restricciones presupuestarias para aumentar personal y comprar material, los largos procesos de compras internacionales y la división política. Como en todos los países, las condiciones socioeconómicas y culturales han hecho más vulnerables a determinadas persona en esta pandemia. ocasiones, se ha optado por confinamientos generalizados o por barrios, que son más sencillos de aplicar en Palestina e Israel por tratarse de un territorio fragmentado y militarizado, pero que no han ido acompañados de una sensibilización del riesgo culturalmente adaptada en todas las ocasiones. La fragmentación también produce que en las diferentes áreas la pandemia avance a diferentes velocidades, por lo que las personas cooperantes nos encontramos gestionando diferentes realidades simultáneamente en nuestro trabajo diario con el equipo en España, en Gaza y en Cisjordania, así como en nuestra vida cotidiana”.

Yessica y el equipo de trabajo en Severodonesk, Ucrania.
Yessica y el equipo de trabajo en Severodonesk, Ucrania.

Jessica Ravard, quien desde muy joven participa en actividades de voluntariado, escribe desde Ucrania, donde apoya las labores de incidencia política en el programa EUAid Volunteers de la Unión Europea. “Hacer algo de forma voluntaria implica contribuir sin necesariamente obtener nada a cambio. Hay que estar dispuesta a escuchar, esforzarse por ser ética y justa. Esta motivación altruista es lo que me mueve a apoyar a una organización que se basa en valores de neutralidad, imparcialidad, igualdad, justicia y transparencia”. “Asimismo, el voluntariado es muy positivo, personal y profesionalmente y te aporta una gran fortaleza. Podemos tener una experiencia de primera mano con las personas a las que atendemos y aprender más sobre las realidades de un conflicto o situación humanitaria”, añade Jessica.

También nos cuenta que luchar contra esta pandemia es aún más complejo en un país con conflictos internos desde 2014. En el país resulta bastante complicado mantener las distancias sociales; muchas personas piensan que la pandemia es una conspiración para mantenerlas aisladas, sobre todo en la zona del conflicto: “la gente en la calle no lleva mascarillas, los restaurantes y bares siguen abiertos. Recién empezaron nuevas reglamentaciones para la cuarentena, ya que los casos están subiendo y cerraron las fronteras otra vez, pero no se ha tomado ninguna medida drástica. Las campañas de prevención que hacemos ayudan a disipar la información errónea sobre la covid-19, fomentando medidas de precaución como lavarse las manos con frecuencia y usar mascarillas".

Guillermo dona material en los distritos sanitarios de Keur, Massar, Yeumbeul y Mbao, Senegal.
Guillermo dona material en los distritos sanitarios de Keur, Massar, Yeumbeul y Mbao, Senegal.

Guillermo Martínez es cooperante desde hace más de 15 años, “porque estoy comprometido con el ejercicio del derecho a la salud de las personas. La esperanza de vida o la posibilidad de acceder a un medicamento básico no debería estar condicionada por el país en el que se nace”. Con esta convicción comenzó a trabajar en una ONG en Madrid, antes de terminar la carrera. Desde entonces, ha estado siempre vinculado al tercer sector en varias organizaciones, tanto de forma profesional como voluntaria.

Desde el año 2004, con su trabajo en Mauritania, su vida está ligada al continente africano: “aquí encontré a mi compañera de vida, Laia, y es donde mis hijos, Teo y Gael, descubren un mundo lleno de color, de personas increíbles y, por desgracia, de injusticias que seguir combatiendo. No creo que vea un mundo sin pobreza, pero sí creo que el trabajo que realizo, junto a unos compañeros y compañeras excepcionales, contribuye, de alguna manera, a un mundo mejor. ¡O eso me gusta pensar!”. Ahora sigue trabajando desde Senegal con esa misma visión.