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Día Mundial de las Personas Refugiadas

Fotografía: Olmo Calvo
Refugiado con su hijo en un campo improvisado en la ciudad de Atenas

Día Mundial de las Personas Refugiadas

Día Mundial de las Personas Refugiadas: Una cada tres segundos, veinte por minuto
Esencial

En el tiempo que se tarda sólo en leer el titular de este artículo, unos tres segundos, alguien tiene que abandonar su hogar en alguna parte del mundo. No porque salga de viaje de placer, sino porque le rodea la guerra, la represión, el odio. Para dar otra magnitud: son 20 personas por minuto.

Según la Agencia de la ONU centrada en la población refugiada -ACNUR-, que acaba de presentar su estudio anual, a finales de 2016 había nada menos que 65 millones de personas desplazadas forzosamente de sus hogares. Esto equivale a la población total del Reino Unido, y supone unas 300.000 más que el año anterior. Otro máximo histórico, otro record que nadie quiere batir.

Son millones de personas que se mueven de un sitio a otro, buscando salvar su vida y la de sus familias. Buscando refugio, protección, futuro. Detrás de cada huída hay una historia. 25 de ellas, las que recogimos en la campaña que se llama precisamente así, “Personas que se mueven”, nos ayudan mirar en vez de sólo ver, a escuchar en vez de sólo oír.

Podemos cruzarnos a Baker por las calles de Barcelona, pero también podemos pararnos a escuchar su historia:

Baker llegó en patera a las costas griegas y una vez en los campos de acogida, se convirtió en un aliado del voluntariado al que ayudaba con las traducciones del árabe al inglés. Así conoció a la familia que lo ha recibido en Cataluña. Nos habla sobre por qué rechaza ser encasillado como “refugiado” y cómo siente que esto desdibuja su identidad como persona. Lleva dos años sin poder hablar con su madre, que permanece en Siria sin electricidad ni línea telefónica. Muchos miembros de su familia viven dispersos por distintos países. Su hermano sigue encerrado en un campo griego. Él no puede volver a Siria, porque el régimen lo busca por “desertor”. 

 

 

Cuando llegan –los pocos que llegan- hay que ocuparse de la acogida. Y eso significa algo más allá de la bienvenida. A veces, las exigencias son mayúsculas, desproporcionadas.

 

 

Cuando se cumplen 17 años desde la declaración del Día del Refugiado, con la aprobación de la resolución 55/76  por la Asamblea General de las Naciones Unidas, lamentablemente hay poco que celebrar. En el tiempo que has tardado en leer este artículo, entre 20 y 30 personas más han tenido que dejar su casa y escapar de un presente peligroso hacia un futuro incierto. 

Desde Médicos del Mundo seguiremos luchando en primer lugar, para que no tengan que huir de sus casas;  para que si emprenden ese viaje, lo hagan por rutas legales y seguras, y finalmente, para que cuando lleguen a su destino, se les acoja pensando en lo que pueden aportar a nuestras sociedades y no desde la sospecha y el rechazo preventivo. Y en toda su ruta, les prestaremos la atención sanitaria que necesitan.