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Los ataques en el noreste de Siria dejan sin electricidad a los centros sanitarios

Fotografía: Médicos del Mundo

Los ataques en el noreste de Siria dejan sin electricidad a los centros sanitarios

Esencial

El Foro de ONG del Noreste de Siria (NES Forum), del que forma parte Médicos del Mundo, denuncia una escalada de violencia, entre octubre y diciembre de 2023, que ha afectado notablemente la infraestructura civil de la que depende la población en esta región. Centrales eléctricas, estaciones de agua y plantas de gas y combustible han sido atacadas reiteradamente. 

 

La escalada de ataques más reciente ha ampliado sus objetivos para incluir rutas de acceso utilizadas frecuentemente por el personal humanitario. Con la infraestructura de agua y electricidad gravemente dañada por los ataques de octubre, la actual escalada devastó lo que quedaba en pie de varias infraestructuras civiles fundamentales. 

Entre el 13 y el 16 de enero de 2024 se han confirmado 40 ataques en todo el noreste de Siria y, al menos seis civiles han resultado heridos solo en esta escalada, mientras que al menos 26 edificios y estructuras claves han sido impactados o están fuera de servicio. En el punto más álgido de la escalada, el 15 de enero, el 92% de los actores humanitarios que estaban prestando servicios vitales, incluyendo salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene; informaron que sufrían restricciones de movimiento en la región.  

El NES Forum pide a todas las partes en el conflicto que cesen inmediatamente todas las hostilidades, y a la comunidad internacional que reconozca las violaciones del Derecho Internacional Humanitario que están ocurriendo en el noreste de Siria. 

Los principios del derecho internacional humanitario y los derechos humanos garantizan la protección de vidas, propiedades e infraestructuras civiles. Los ataques contra personas y bienes civiles constituyen una violación del derecho internacional humanitario consuetudinario y obliga a los Estados a poner fin a estas violaciones. Las organizaciones humanitarias no pueden responder al nivel de devastación de cada escalada de hostilidades. Es fundamental que se condenen estos ataques, se repare la infraestructura dañada y se protejan las vidas de civiles. 

Los daños a la infraestructura energética causados por esta última ronda de ataques aéreos reducirán el acceso de la población civil al agua y la electricidad, más aún de lo que ya estaba. En esta ronda se vieron impactadas seis centrales eléctricas y una importante estación de combustible Swediyeh, que presta servicio a más de 920.000 personas, ha quedado completamente inoperativa. Cuatro subestaciones de transferencia de electricidad en Hasakah quedaron completamente fuera de servicio. Esto ha provocado que la estación de agua de Alouk ahora esté completamente aislada de la red: 96 pozos en toda el área no están operativos y los 80 restante corren el riesgo de quedarse sin combustible para operar, lo que amenaza el acceso al agua para más de 815.076 habitantes en en el noreste de Siria.  

Decenas de instalaciones que dependían del suministro de Swediyeh, incluidas estaciones de agua, infraestructuras sanitarias y otros servicios vitales, ahora se encuentran sin electricidad. Más de 38 panaderías han dejado de operar, junto con varios silos y molinos. Swediyeh también era el único productor de gas en NES, lo que provocó una paralización inmediata en la producción de gas para cocinar. El ataque contra una estación de transferencia en Ain Al Arab provocó un apagón generalizado en la ciudad, 400 pueblos de los alrededores y 150 pueblos en Ain Issa. Más de 1 millón de habitantes en once ciudades y pueblos importantes, así como en más de 2.750 aldeas, y 1.900 escuelas están ahora sin electricidad

 

Sin agua, sin luz, sin atención sanitaria 

El riesgo de no poder contar con agua potable, combustible para cocinar y calefacción, podría provocar muertes evitables. El transporte de artículos básicos como material médico y cestas de alimentos, así como suministro de energía a instalaciones clave, como los centros de salud y el funcionamiento de los equipos médicos también se verán afectados. 

Los ataques también han provocado la suspensión de la producción y distribución de diésel y queroseno, los combustibles más utilizados para calefacción en invierno. El proveedor nacional de petróleo comunicó el 16 de enero que se han suspendido todas las operaciones y producción de combustible, así que no hay combustible disponible ni en proceso de distribución, incluso en las instalaciones de la Administración Autónoma del norteste de Siria (AANES). Ya se está informando de escasez en la región de Jazeera, donde los generadores están funcionando en horario reducido. 

Los campamentos de personas desplazadas fueron notificados el 15 de enero de una suspensión indefinida e inmediata de la distribución de combustible, dejando a los habitantes sin medios para cocinar o calentarse en los próximos días. También, miles de agricultores dependen del combustible para operar equipos de riego, lo que también amenaza la frágil seguridad alimentaria y los medios de vida dentro en la región. 

 

No se podrá garantizar el trabajo de las ONG 

Incluso las propias organizaciones humanitarias enfrentarán dificultades cada vez mayores para brindar el apoyo que tanto necesitan las comunidades a medida que la disponibilidad de recursos disminuya y los costos aumentan. La escasez, los mayores riesgos operativos y las preocupaciones de seguridad tanto para el personal como para la población beneficiaria será tal que no se podrá garantizar la continuidad de la prestación de servicios por parte de las ONG si no existe una solución para las limitaciones actuales o cesan las hostilidades. 

Los daños sufridos hasta la fecha por la infraestructura civil no pueden ser reparados únicamente en el marco de la respuesta humanitaria. Las organizaciones se ven limitadas tanto por su disponibilidad de recursos limitados como por restricciones políticas. La naturaleza de la destrucción es tal, que requiere reparaciones a gran escala, y el impacto de la pérdidas sostenidas de electricidad, combustible y agua no pueden cubrirse con los programas que ya tienen que responder a las necesidades que arrastra la población hace años. 

El NES Forum hace un llamamiento a la comunidad internacional a negociar una solución política y poner fin a los continuos ataques contra infraestructura civil. La inversiones realizadas en la región y la respuesta humanitaria se ve socavada repetidamente y la seguridad tanto de los civiles como del personal humanitario está cada vez más en riesgo.