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Por qué es necesario pensar en las mujeres para responder en una emergencia

Fotografía: Bruno Abarca

Por qué es necesario pensar en las mujeres para responder en una emergencia

Las crudas realidades de las mujeres que viven en contextos de crisis humanitarias despiertan en nuestra compañera Paloma González su gen activista, explica la coordinadora de género en emergencias de Médicos del Mundo España. Ni tristeza, ni compasión, ni frustración… ser mujer y feminista le hace empatizar más con la situación de estas mujeres, quienes en campos de refugio, en Sudán del Sur o en Mozambique, a su ya posición en desventaja por el hecho de ser mujer –como en cualquier otra parte del mundo- suman la pérdida de una red en la que apoyarse, la impunidad de un conflicto y por tanto el aumento de la violencia que se ejerce contra ellas.
Esencial
  • Mujeres que cuentan, que se levantan, que hacen y deshacen, que suman. Rotundas, fuertes, valientes, que cuentan.
  • Celebramos el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Paramos y reivindicamos para poder seguir.

¿Por qué es necesario pensar en las mujeres en una crisis humanitaria?

En Acción Humanitaria es relativamente nuevo incluir un enfoque de género en los proyectos de emergencia: desastres naturales, epidemias y conflictos bélicos. Hasta hace poco aterrizábamos en terremotos, conflictos armados o brotes de cólera con una intervención común a todas las personas, pero las crisis no impactan de la misma manera. En una emergencia, mujeres y hombres no tienen las mismas vulnerabilidades, las mismas prioridades y tampoco las mismas capacidades de recuperación y por tanto una crisis no les va a impactar de la misma manera. Nuestro sexo, edad, etnia, clase social, religión, identidad sexual, y un largo etcétera, nos condiciona.

¿Y cómo tenemos en cuenta a una mujer en una emergencia?

Ella debe estar presente en la intervención incluso cuando aún está en el papel. ¿Quiénes deciden qué hace falta, dónde intervenir, las dimensiones de la respuesta a la emergencia? Ellos y ellas. Ellas tienen que estar en la toma de decisiones desde el primer momento, de manera que se tenga en cuenta su perspectiva y necesidades para que la intervención sea segura, accesible y pertinente para todas las personas, por supuesto para ellas. Y para ello hay que facilitar la participación de las mujeres desde el minuto cero.

Además, son necesarias acciones específicas, como una intervención en prevención de violencia de género y la creación de espacios seguros para ellas.

Según qué crisis humanitaria, varía el contexto y las necesidades, pero el eje de intervención debe ser el mismo. Por ejemplo, en el conocido tsunami de Indonesia, murieron muchas más mujeres que hombres –porque a las mujeres no se les enseña a nadar y porque visten un sari con el que es difícil salir a la superficie-, y después la crisis deriva a otras cuestiones como que hubo un repunte de matrimonios infantiles.

En un terremoto o conflicto bélico, donde hay desplazamiento de la población, puede surgir un cólera, pero también hay violencia sexual, embarazos adolescentes, etc. Si no estás atenta a estas cuestiones, y solo atiendes a la epidemia, te olvidas de los otros aspectos que afectan a la salud de las mujeres y que también pueden poner en riesgo su vida.

En emergencias la prioridad es salvar vidas, y si no las salvas a ellas, ¿qué estás haciendo? Si no pones medidas para partos seguros, para evitar la violencia sexual –y un largo etcétera- entonces ¿para quién trabajas? Cuando los recursos son limitados, como en este tipo de situaciones, son las personas más vulnerables –ellas- las que se quedan colgadas. Si no trabajamos con este enfoque de género, no llegamos a los grupos más vulnerables: niñas, ancianas y mujeres con discapacidad, lgtbi etc.

En la práctica, ¿en qué se traduce?

Hay que hacer hincapié en la prevención y en la protección. En Médicos del Mundo, que centramos nuestro trabajo en el acceso a la salud, hay que adaptar los centros de salud o las clínicas móviles en las que trabajamos para que sean seguras. Tener suficiente luz en las zonas en las que ellas se mueven, wc separados y con pestillos, separar las camas de los centros sanitarios por sexos, contar con personal sanitario mixto, tener espacios confidenciales donde la mujer no se exponga, y algo tan básico como que ella tenga información y conocimiento de los servicios de salud disponibles, porque si no difícilmente podrá acudir. Y confidencialidad.

¿Confidencialidad?

Sí, es extremadamente importante que ella tenga la garantía de que su información está en un lugar seguro al que nadie más que el profesional sanitario tiene acceso, ya que, en un contexto tan vulnerable, que determinada información se filtre puede incluso poner en riesgo su vida. Si una mujer ha sufrido una violación en el seno de su familia, tiene que tener la garantía de que acude a un lugar seguro que no la va a causar un daño mayor. Si no puedes garantizar su confidencialidad, no la atiendas, porque la pones en riesgo. Además, ella no va a acudir a la clínica si no tiene total confianza.

¿Cómo confían estas mujeres en nosotras en un momento tan crítico?

Respetando en todo momento sus decisiones. Respetando y no juzgando. Se antepone el bien de esa persona y no tu servicio. La mejor intervención no tiene por qué ser lo mejor para esa persona. Nosotras ofrecemos información veraz y transparente, y también soporte, y con ese conocimiento dejamos que la persona tome sus decisiones. Una forma fundamental de que las personas se empoderen es dar información y dejar que ellas tomen las riendas de su vida.

¿En qué punto está el feminismo en estos contextos?

En todos los países del mundo hay mujeres feministas, mujeres activistas que ya se están moviendo en su país, hay mujeres en redes, hay redes sociales. Y hay que aliarse a ellas. El feminismo, como la violencia de género, existe en todos los lugares del mundo.

En nuestras intervenciones, nos apoyamos en mujeres locales que ya trabajaban, luchaban y eran lideresas. Nadie mejor que ellas pueden guiar nuestra intervención en el país.

Además, en este sentido, Médicos del Mundo siempre trabaja con la estructura pública local, incluso en emergencias, de manera que cuando terminemos una intervención, el personal local se quede con esta capacidad y equipamiento para continuar.