Reclamamos en Ginebra la salud como un derecho y no como un lujo al alcance de muy pocos

Coincidiendo con la celebración de la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Médicos del Mundo hemos celebrado en la Plaza de las Naciones un acto simbólico para reclamar que la salud no sea considerado un lujo y sí un derecho humano fundamental a la vista de la creciente desigualdad en el acceso a la asistencia médica en función de los ingresos económicos.

La salud no tiene precio, pero tiene un costo. Cada año, más de 100 millones de personas son empujadas hacia la pobreza a causa del endeudamiento contraído para afrontar gastos sanitarios.

Con objeto de denunciar la exclusión de las personas con menos recursos de los servicios médicos esenciales y bajo el lema “La salud no es un lujo: cobertura médica para todos y todas”, hemos estacionado dos limusinas blancas con el rótulo “Ambulancia” frente al edificio donde se estaba celebrando la reunión de los miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, para hacer hincapié en nuestra denuncia de que el acceso a la sanidad se está convirtiendo en un artículo de lujo, hemos hecho uso de carnés de seguros privados expuestos en urnas de vídrio, dinero, medicamentos y estetoscopios y vacunas, que se han convertido en objetos preciosos.

Un simple mensaje para el G20

El año pasado las Naciones Unidas y el G8 prometieron miles de millones de dólares en financiación sanitaria, según recordó Pascale Girón, directora de Médicos del Mundo Suiza, poco antes de esta manifestación. “Pero todavía estamos muy lejos de los objetivos declarados”, denunció.

Mediante este acto simbólico en la Plaza de las Naciones tiene como principal reclamamos a la OMS y a los ministros de Salud a movilizarse para hacer que la cobertura sanitaria universal uno de los temas clave de debate en la próxima reunión del G20, añadió Pierre Salignon, director general de Médicos del Mundo Francia.

A través de nuestra experiencia en Níger, Liberia o Haití, -indicó Salignon- en Médicos del Mundo observamos que si las políticas de libre asistencia sanitaria se ponen en marcha, realmente permiten a las poblaciones más pobres acceder a una atención médica adecuada.