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Llueve sobre mojado en Mozambique

Fotografía: Czuko Williams

Llueve sobre mojado en Mozambique

En Médicos del Mundo activamos el protocolo de emergencia y nos desplazamos a trabajar en la zona devastada por el ciclón Idai en tres áreas básicas: apoyo a centros de salud locales de la región, asistencia sanitaria en varios campos de personas desplazadas y apoyo psicosocial en el Hospital de Dondo, en la región de Sofala.

Nunca antes vimos algo parecido. El viento hacía crujir el edificio. Rezábamos. Tenía miedo por mí, por mi mujer, por mi hijo

Meneçes Aniva cuenta su historia mientras imita el ruido que hacía el ciclón Idai cuando tocó tierra el pasado 14 de marzo en Beira, en el centro este de Mozambique.

Más de 600 muertes y decenas de miles de viviendas destruidas: la peor marejada ciclónica fue el tsunami de personas desplazadas que provocaron las inundaciones y los intensos vientos. La catástrofe se vio agravada en la provincia de Sofala por el desbordamiento de los ríos Buzi y Pungwe, que anegaron cientos de miles de hectáreas de cultivo también.

El panorama que encontró nuestro equipo de emergencias fue desolador: territorios completamente anegados, vías de comunicación destruidas, infraestructuras tan vitales como los hospitales centrales y comarcales afectados notablemente y una amenaza seria de un brote epidémico de cólera.

El paso de los días fue dejando un reguero de pequeños campos que poco a poco se fueron aglutinando en 3 grandes áreas de acumulación de personas desplazadas. Desde Nhamatanda a Lamego se formaron los campos de Djon Segredo, Muda Nunes y Otcha Otcha. En torno a ellos, cerca de 2.000 personas, muchas de ellas niñas y niños, sobreviven en condiciones extremas.

El ciclón y las inundaciones se suman a una pobreza endémica: más de 13 millones de habitantes de Mozambique subsisten en la pobreza más extrema, lo que supone más del 46% de la población.

Lo encontrado en las localidades de Chinamacondo, Nhangau y Sengo superaba cualquier expectativa: los equipos sanitarios estaban desbordados por completo. En Médicos del Mundo, con muchos años de experiencia de trabajo en Mozambique, nos centramos en los efectos del desastre sobre la estructura sanitaria local. Las primeras acciones se centraron en el apoyo para la reconstrucción de los centros y la normalización de los servicios.

Desplegadas las áreas de atención sanitaria de emergencia -formadas por tiendas de campaña-nuestro equipo sanitario, logista y de administración desplegado en la zona, suministró medicamentos y atención sanitaria básica. Un equipo médico español y mozambiqueño –contratado por Médicos del Mundo para la emergencia- presta atención en medicina general y salud materno-infantil. Hasta la fecha se han realizado más de once mil consultas, casi la mitad de ellas a población menor de 15 años.

 

La historia de Rosa Antonio Esteban

 

Rosa Antonio, una de las mujeres que sobreviven en el campo para personas desplazadas de Djon Segredo, lo perdió todo: su casa, todos sus enseres y la comida que almacenaba. Cuando el viento y el agua arreciaban aquella noche de marzo, sus vecinos llamaron a su casa, una de las pocas que aún se mantenían en pie.

Horas después, el agua comenzó a entrar con fuerza en su hogar, cubriendo casi por completo a sus nietos. Y entonces decidieron marchar, antes de que la casa se le desplomara encima.

“Salimos a la carretera a pedir ayuda (…), el agua nos llegaba a la cintura”, explica esta mozambiqueña, que ha criado a sus hijos y nietos sola.

La comida, la cama, la ropa, los muebles, las gallinas… El agua se lo llevó todo.

Nos lo cuenta aquí: