Si los discursos de odio nos agotan, agotemos el odio
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La polarización política, los flujos migratorios, la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han convertido a las redes sociales en caldo de cultivo para los discursos de odio.
Si tienes redes sociales, seguro que te suena. Un vistazo rápido al timeline de Twitter y es fácil identificarlos: la violencia en redes sociales motivada por los discursos de odio hacia los colectivos más vulnerables no parece ser contenible, pero en Médicos del Mundo estamos seguros de que quienes queremos acabar con estos discursos en internet somos más.
Los mensajes de racismo, xenofobia, machismo, aporofobia o lgtbifobia que se multiplican en las redes sociales tienen consecuencias reales en la vida y en la salud de las personas: produce un daño directo a la salud mental de quienes pertenecen a estos colectivos, pero además promueve la exclusión y la intolerancia que deshumanizan a estos grupos y puede llevar a justificar la vulneración de sus derechos.
La Encuesta sobre Delitos de Odio 2021, que publica el Ministerio del Interior, apunta a que estos discursos no han pasado desapercibidos. De hecho, cerca de un 80% de las personas encuestadoa considera que los delitos de odio han aumentado notable o ligeramente, casi un 90% teme ser víctima de un potencial delito de odio. De hecho, más de un 50% contestó que sí había recibido ofensas o amenazas por redes sociales o internet en los últimos 5 años por motivos discriminatorios.
¡Es suficiente! Los discursos de odio agotan y ha llegado el momento de decir #AgotemosElOdio. Desde Médicos del mundo planteamos un movimiento para conseguir unas redes sociales libres de violencia y abusos, sumando voluntades de personas y organizaciones sobrepasados por el hartazgo de ver replicados estos discursos en internet. Para ello recogeremos sus consejos y experiencias combatiendo todo el “hate” que hay en redes sociales.
¿Por qué no se persiguen los delitos de odio?
Según el informe Contrólate en las redes. El discurso de odio en las redes sociales: un estado de la cuestión, publicado por el Injuve, existen varios problemas que dificultan perseguir y acabar con estos discursos en redes sociales: la falta de denuncias, la minimización de los hechos en los casos en que sí se denuncian, la poca formación en igualdad de las instituciones implicadas, las dificultades para acreditar la motivación discriminatoria de este delito y los problemas de jurisdicción, regulación y anonimato típicos de las redes sociales.
Es urgente implementar estrategias para acabar con este tipo de discursos. Las autoridades y las organizaciones que trabajan con los colectivos que son víctimas de estas formas de violencia deben ponerse manos a la obra para conseguir un timeline en el que todos nos veamos reflejados e incluidos.