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Una hoja de ruta para facilitar la inserción sociolaboral de mujeres en situación de prostitución

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El objetivo es mejorar la salud física, mental y bienestar emocional de las participantes e impulsar oportunidades de inserción laboral que les permitieran dejar atrás la prostitución.

© Ignacio Marín / Médicos del Mundo

Para Laura nunca nada resultó fácil, ni tampoco lo fue para Sonia. Detrás de estos dos nombres ficticios hay ahora una operaria de limpieza que antes había trabajado como ayudante de cocina en una residencia de mayores, y una auxiliar administrativa que sigue formándose y que ha tenido que elegir entre dos oportunidades labores llegadas al mismo tiempo. Sonia y Laura son dos de las 57 participantes del proyecto piloto de Médicos del Mundo Recuperación psicosocial y refuerzo de las capacidades sociolaborales de mujeres en situación de prostitución.

La iniciativa surgía para mejorar la salud física, mental y bienestar emocional de las participantes, y para ayudarlas a superar las secuelas que padecen, pero también para impulsar oportunidades de inserción laboral que les permitieran dejar atrás la situación a la que se habían visto abocadas. A través de este proyecto, perseguíamos reforzar sus competencias individuales y grupales para favorecer su autonomía personal y autoestima, además de impulsar sus procesos de toma de decisiones.

Del trabajo de estas 57 mujeres ha nacido un decálogo que recoge las que consideran sus principales necesidades y los retos que desde su punto de vista se deben alcanzar para conseguir su principal objetivo: poder decir “adiós, prostitución”.

La mayor parte de las mujeres en contextos de prostitución a las que apoyamos en Médicos del Mundo se encuentran en esta situación por falta de alternativas reales y viables que les permitan cubrir sus necesidades y las de las personas que se encuentran a su cargo. Las altas tasas de desempleo femenino, la precariedad laboral, la falta de acceso a recursos esenciales -como la formación, salud pública o vivienda- y, sobre todo, las dificultades para regularizar su situación administrativa son las principales barreras que les impiden abandonar la prostitución. A ello hay que unir que, aunque la prostitución es una forma más de violencia de género, no tienen acceso a los recursos y mecanismos de protección.

En este contexto, la regularización administrativa -para lo que se debe modificar la Ley de Extranjería-, la protección integral, la recuperación del trauma mediante la atención psicológica, el acceso a la atención sanitaria, y el acceso a recursos habitacionales y la posibilidad de cubrir las necesidades básicas, además de itinerarios de empleo específicos que contemplen cuestiones esenciales como la intermediación laboral o el seguimiento y acompañamiento han sido algunas de las principales necesidades y retos para favorecer una  inserción sociolaboral que han apuntado.

Tras su paso por el proyecto

Muchas de las 57 mujeres participantes ya han iniciado el camino para abandonar la situación de prostitución y, al igual que Laura y Sonia, actualmente están trabajando. Además, cuatro están formándose en costura, atención domiciliaria y comercio y nueve ya se han incorporado a trabajar en los sectores de servicios, comercio y residencial.

Este proyecto piloto, que ha contado con el apoyo del Instituto de las Mujeres y se ha desarrollado durante 2022 en Lanzarote, Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca, ha dado como fruto también este decálogo de demandas para favorecer la inserción laboral de las mujeres en situación de prostitución:

  1. Protección integral: desarrollar medidas específicas que garanticen su protección a través de permisos de trabajo y residencia excepcionales mientras se llevan a cabo los procesos de regularización.
  2. Recursos alojamiento: proporcionar recursos de acogida y ayudas de alojamiento que otorguen seguridad y estabilidad física, social y emocional a las mujeres.
  3. Necesidades básicas: asegurar la cobertura de todas las necesidades básicas de alimento, higiene, ropa, transporte, guardería.
  4. Recuperación del trauma: ofrecer atención psicológica desde un enfoque feminista para acompañar su proceso de recuperación emocional considerando siempre las necesidades y tiempos de las mujeres.
  5. Empoderamiento: promover la creación de grupos de apoyo entre mujeres como espacios de encuentro y crecimiento personal. Estos ayudarán a la identificación de las situaciones de violencia de género y discriminación desde el intercambio de experiencias y la reflexión de sus situaciones de opresión.
  6. Itinerario de empleo específicos: diseño y puesta en marcha de itinerarios de empleo económicamente remunerados que incluyan orientación, formación para el empleo, intermediación laboral, seguimiento y acompañamiento.
  7. Regularización administrativa: modificar la Ley de extranjería para que garantice los derechos de todas las personas migrantes residentes en España, independientemente de la situación administrativa.
  8. Atención sanitaria: garantizar el acceso de las mujeres a los recursos sociosanitarios independientemente de su situación administrativa o el lugar de empadronamiento. Garantizar también una atención sanitaria libre de estigma y adaptada a sus necesidades y contexto.
  9. Formación y sensibilización: promover la formación del personal de la administración pública sobre la realidad de la prostitución para garantizar una atención individualizada y adaptada al contexto de las mujeres. Realizar acciones de sensibilización para combatir el estigma asociado a las mujeres en situación de prostitución y desincentivar la demanda.
  10. No criminalización: velar y trabajar en coordinación con las administraciones públicas para que ninguna normativa criminalice a las mujeres en situación de prostitución.

El pasado mes de diciembre, una representación de las mujeres que participaron en el proyecto tuvo la oportunidad de compartir con la directora del Instituto de las Mujeres, Antonia Morillas, las experiencias vividas y las lecciones aprendidas en el marco de este proyecto. Además, le trasladaron estas demandas que resumen las necesidades y retos a los que debemos hacer frente para conseguir una inserción sociolaboral real y viable de mujeres en situación de prostitución.