Trabajemos por hacer efectivo el derecho universal a la salud

Detrás de cada estereotipo sobre las mujeres prostituidas hay una realidad que no puede seguir silenciada.

La prostitución suele explicarse con frases hechas y juicios rápidos.

La letra pequeña de la prostitución nace para desmontar esos estereotipos y revelar lo que hay tras ellos: historias de vulnerabilidad, explotación económica, discriminación social y riesgos para la salud.

magen con el rostro en blanco y negro de una mujer cubierto por frases estigmatizantes como “es una manera fácil de ganar mucho dinero” y “podrían buscar otro trabajo”. A la derecha, un texto explica que estos juicios generan estigma, retrasan la atención médica y agravan la depresión, la ansiedad y el trauma.

©

¿Por qué lo hacemos?

Porque solo con testimonios y datos reales podemos transformar la mirada colectiva.

Conocer la letra pequeña de la prostitución es el primer paso para dejar de ignorar lo evidente y comprometerse a cambiar el relato. Ya que solo así lograremos acabar con el estigma.

La letra pequeña es todo lo que costaba leer, pero ya está aquí:

Ya no hay marcha atrás

Conocer esta realidad implica comprometerse con ella:

  • Me comprometo a dejar de decir que “a muchas les gusta”.

    Ahora que sé que el estigma y el juicio social ponen en riesgo su salud física y mental.

  • Me comprometo a no repetir que “están ahí porque quieren”.

    Ahora que sé que en contextos de vulnerabilidad y coacción económica, la decisión nunca es libre.

  • Me comprometo a no volver a decir que “es una manera fácil de ganar dinero”.

    Ahora que sé que hasta el 71% de las mujeres prostituidas sufren trastornos de salud mental al verse obligadas a prostituirse.

     

Me comprometo a dejar de decir que “a muchas les gusta”.

Ahora que sé que el estigma y el juicio social ponen en riesgo su salud física y mental.

Me comprometo a no repetir que “están ahí porque quieren”.

Ahora que sé que en contextos de vulnerabilidad y coacción económica, la decisión nunca es libre.

Me comprometo a no volver a decir que “es una manera fácil de ganar dinero”.

Ahora que sé que hasta el 71% de las mujeres prostituidas sufren trastornos de salud mental al verse obligadas a prostituirse.

 

  • Me comprometo a no repetir que “podrían buscar otro trabajo”.
    Ahora que sé que la gran mayoría son mujeres migrantes en situación irregular y que su principal motivación es sobrevivir y sostener a sus familias.

  • Me comprometo a rechazar la idea de que “son unas viciosas”.
    Ahora que sé que el consumo de alcohol y drogas está ligado a la presión de quienes pagan por sexo y a la necesidad de soportar lo que no desean.

Me comprometo a no repetir que “podrían buscar otro trabajo”.
Ahora que sé que la gran mayoría son mujeres migrantes en situación irregular y que su principal motivación es sobrevivir y sostener a sus familias.

Me comprometo a rechazar la idea de que “son unas viciosas”.
Ahora que sé que el consumo de alcohol y drogas está ligado a la presión de quienes pagan por sexo y a la necesidad de soportar lo que no desean.

Porque la realidad de las mujeres prostituidas nunca debería estar en letra pequeña.

Y a partir de ahora, nunca lo estará.

Firma tu compromiso y demuestra que, aunque no sea tu realidad, te importa.