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La crisis climática amenaza nuestra salud  

Fotografía: Paulo Silva

La crisis climática amenaza nuestra salud  

Según OCHA, más de 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en agua, higiene y saneamiento. Desde Médicos del Mundo pedimos a los gobiernos que construyan sistemas de salud resilientes al clima, con bajas emisiones de carbono y sostenibles. 
Esencial
  • El 24 de octubre celebramos el Día Internacional contra el Cambio Climático 

  • Necesitamos sistemas de salud de amplia cobertura que tengan en cuenta las consecuencias de las crisis ambientales 

La crisis climática supone la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Como ONG sanitaria y como parte de la red internacional Global Climate and Health Alliance, allí donde prestamos atención, tanto en hospitales y dispensarios de salud como directamente a poblaciones en todo el mundo, ya estamos respondiendo a los daños para la salud que ocasiona el cambio climático.   

Hablamos de un problema global que nos afecta a todas y todos. Nadie está a salvo de sus riesgos. Sin embargo, las personas que han visto su salud más dañada son las menos responsables de esta crisis, y además las menos capaces de protegerse a sí mismas y a sus familias por la falta de recursos. 

Es el caso de Sudán del Sur. Las últimas inundaciones en el país han tenido repercusiones drásticas, como elevados índices de malnutrición y zonas declaradas en hambruna. Desde mayo de este año alrededor de 466.000 personas han tenido que desplazarse y se estima que unas 650.000 se verán afectadas este año por las inundaciones. El 40% de ellas viven en el Estado de Jonglei, donde Médicos del Mundo trabaja desde 2017. A la población no le había dado tiempo a recuperarse de las peores lluvias del último siglo cuando llueve sobre mojado de nuevo. 

Inundaciones en Sudán del Sur.
Inundaciones en Sudán del Sur.
 
 

Fenómenos meteorológicos extremos 

Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes, como las olas de calor, las tormentas y las inundaciones, y se cobran la vida de miles de personas. Los cambios meteorológicos y climáticos incrementan el número de enfermedades transmitidas por alimentos, agua y otros vectores. Es el ejemplo del ciclón Idai, que golpeó Mozambique en 2019. Entonces, los equipos de Médicos del Mundo se desplazaron rápidamente a la localidad de Beira, epicentro del desastre natural. Encontramos un lugar devastado: más de 600 personas murieron en el país –a lo que se sumaron 344 en Zimbabue y 56 en Malaui- y miles se vieron obligadas a dejar sus pueblos tras perderlo todo. Sus casas, sus cultivos, sus herramientas, sus medios para continuar viviendo.  

Este pasado enero, Beira -la segunda ciudad más grande de Mozambique- fue azotada por un nuevo ciclón, Eloise, dejando más de 440.000 personas afectadas. La tormenta se produjo menos de dos años después de que el ciclón Idai dejara 1,7 millones de afectados. En Mozambique, la crisis climática ya no da tregua. 

Mujer mozambiqueña en el campo de personas refugiadas John Segredo tras el paso del ciclón Idai en 2019. ©Ckuco Williams
Mujer mozambiqueña en el campo de personas refugiadas John Segredo tras el paso del ciclón Idai en 2019. ©Ckuco Williams

 

La crisis climática atenta contra la seguridad alimentaria 

Nuestra salud y la de los nuestros está en serio peligro. Los sistemas alimentarios se ven cada vez más perturbados por el clima extremo, lo que agrava la inseguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición. 

El avance de la desertificación y la elevada concentración de personas debido a los desplazamientos aumentan la presión sobre los ya limitados recursos hídricos de regiones como el norte de Burkina Faso -la más calurosa y seca del país-, donde hemos pasado a trabajar de la cooperación a la emergencia. Según OCHA, más de 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en agua, higiene y saneamiento. El acceso al agua potable se ha convertido en un reto diario tanto para las personas desplazadas como para las comunidades de acogida, que deben recorrer enormes distancias y afrontar largas esperas en un contexto marcado por la inseguridad y la violencia.  

Pacientes en el hospital Yalgo, Burkina Faso.  ©Juan Luis Rod
Pacientes en el hospital Yalgo, Burkina Faso. ©Juan Luis Rod

Desde Médicos del Mundo pedimos a los gobiernos que construyan sistemas de salud resilientes al clima, con bajas emisiones de carbono y sostenibles. A corto plazo, es vital que las inversiones para la recuperación de la pandemia sirvan para apoyar la lucha contra el cambio climático y reducir las desigualdades sociales y sanitarias. Tenemos que estar a la altura de la responsabilidad de proteger a la ciudadanía y generaciones futuras de la crisis climática.