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La población gazatí puede sufrir daños irreversibles en su salud mental

Fotografía: Médicos del Mundo

La población gazatí puede sufrir daños irreversibles en su salud mental

Esencial
  • Estamos preocupadados por el impacto del conflicto en la salud mental y psicosocial de la población civil, y por la capacidad del sistema de salud ante el colapso de los servicios y consultas. 

  • Es especialmente preocupante el bienestar psicológico de los niños y niñas y las poblaciones vulnerables de Gaza. La exposición continua y sin pausa a este conflicto sin precedentes puede causar daños irreversibles en su desarrollo mental y emocional. 

 

Médicos del Mundo, que trabaja en Gaza desde 1994, está profundamente preocupada por el impacto del conflicto en la salud mental de la población gazatí, especialmente por el bienestar psicológico de los niños y niñas y las poblaciones vulnerables. La exposición continua y sin pausa a este conflicto sin precedentes puede causar daños irreversibles en su desarrollo mental y emocional, lo que repercutirá gravemente en su calidad de vida presente y futura. 

 

La desesperanza como reacción a la situación actual 

 

El conflicto en Gaza ha precipitado una grave afectación a la salud mental de la población, marcada por una escalada de casos de trauma psicológico. La naturaleza interminable del conflicto ha provocado un sentimiento generalizado de desesperanza, que ha mermado las perspectivas de futuro de la comunidad. Esta reacción no es una mera respuesta emocional, sino un factor significativo que puede afectar negativamente al compromiso comunitario, el sentido de vida y la salud en general.   

Las personas que se encuentran en Gaza en el momento actual con los bombardeos presentan un gran temor a perder la vida, más acusado en la población infantil-juvenil. Además, cabe recordar que las dificultades para llevar a cabo una vida normal, con agua, comida, luz, etc afectan también a las personas, que sometidas a un bloqueo completo carecen de acceso a servicios básicos para la supervivencia. Esto provoca altos niveles de estrés, tensión comunitaria y frustración. 

 

Los síntomas del conflicto 

 

Debido a esta escalada de violencia, la mayoría de la población va a sufrir una afectación psicológica a largo plazo. Sufrirán malestar emocional en mayor o menor grado y no va a desaparecer en el momento que cese la violencia, sino que durante un tiempo perdurarán ciertos síntomas o afectaciones físicas, sociales o emocionales. Además, previsiblemente, un porcentaje pequeño va a desarrollar un trastorno mental más grave que requiere atención especializada.  

Destacan las alteraciones emocionales y conductuales, sobre todo en menores, así como las somatizaciones (es decir, transformar problemas psicológicos de manera inconsciente en síntomas que afectan el cuerpo), malestar emocional y problemas fisiológicos como dificultades en el sueño, en la alimentación y las regresiones en menores como puede ser la enuresis (volver a orinarse en la cama). 

La violencia extrema a la que están sometidas estas personas, testigos de atrocidades, les hace experimentar un intenso trauma, así como la restricción de movimientos les genera un importante estrés, particularmente a los menores. Su salud mental atraviesa en muchos casos una reacción de duelo por la pérdida de seres queridos y las otras múltiples pérdidas que experimentan (pérdida del hogar, medios de vida, la salud o funcionalidad por una discapacidad, etc). Desde el pasado 7 de octubre, más de 20.000 personas han sido asesinadas. 

Un cese al fuego inmediato y permanente evitaría síntomas mayores que pueden acabar en una intensificación del malestar emocional prolongado en el tiempo o incluso trastornos de salud mental más graves como la ansiedad, depresión y estrés postraumático, entre otros. Para evitar esta evolución es recomendable realizar intervenciones tempranas de prevención y promoción del bienestar psicológico, por eso Médicos del Mundo está implementando actividades de apoyo psicosocial que buscan promover los sentimientos de bienestar, seguridad, autocuidado, conectividad con la red social de apoyo y esperanza en las personas, como una estrategia clave para mitigar las repercusiones psicológicas inmediatas y sus efectos a largo plazo.  

 

Cómo trabajar la salud mental en estos momentos 

 

Médicos del Mundo trabaja en Gaza con sesiones de apoyo psicosocial grupal para niños, niñas y adolescentes. Estas sesiones, en las que se utilizan metodologías lúdicas y de expresión artística, permiten a las personas un espacio seguro y confiable para la identificación, expresión y entendimiento de las emociones difíciles asociadas a esta situación extrema. La organización humanitaria trabaja con el apoyo entre pares, la normalización de las emociones, ventilación y fomento de mecanismos de afrontamiento positivos. El trabajo de la resiliencia y los mecanismos de afrontamiento son claves. 

“Sin embargo, es importante resaltar que, mientras no sea posible proteger y restablecer los derechos fundamentales de las personas en Gaza, estas actividades solo podrán paliar y ofrecer un alivio temporal a las profundas heridas emocionales y psicológicas que este conflicto está provocando”, explica Carmen González, responsable de salud mental de Médicos del Mundo en los territorios ocupados palestinos. “Queda mucho por hacer para promover y asegurar la recuperación de las personas afectadas. Para intentar recuperar el bienestar psicológico es urgente restaurar los derechos erosionados en cada esfera de la vida”, advierte. 

 

El arte para expresar emociones 

 

El equipo de salud mental y apoyo psicosocial de Médicos del Mundo en Gaza lleva a cabo actividades de apoyo psicosocial básico dirigidos a niños, niñas, adolescentes y adultos: una provisión de primeros auxilios psicológicos, orientación y/o apoyo de manera individual. El equipo, que en su totalidad son palestinas y palestinos, trabajan con sus comunidades más inmediatas, en refugios, donde ellas y ellos mismos también han tenido que huir. 

Colores, pinceles, manos y material artístico son buenos aliados en estas sesiones psicosociales, donde los pequeños encuentran un pequeño refugio para evadirse de la dura situación que atraviesan, poder expresar sus emociones y encontrar comprensión en profesionales y niños y niñas de su misma edad.