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Las seis mayores amenazas a la salud en 2023

Fotografía: ® Pietro Chekal / Médicos del Mundo

Las seis mayores amenazas a la salud en 2023

2022 fue el año que dejamos atrás la pandemia, pero nuevos obstáculos han vuelto a poner de relieve la fragilidad de la salud global. El próximo año también trae duros retos que pueden poner en jaque la salud global.

Si algo es indiscutible, es que muchos indicadores de salud han mejorado en los últimos 20 años: el tratamiento de enfermedades comunicables como la tuberculosis o el VIH/sida, los nuevos tratamientos y la penetración global de la vacunación han mejorado la vida de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la realidad insiste en demostrar que al mínimo descuido podríamos enfrentar serios retrocesos

Estas son las mayores amenazas a la salud global que el mundo deberá enfrentar en 2023 para evitar desandar el camino que tanto esfuerzo ha costado: 

La invasion rusa a Ucrania

Además de las consecuencias evidentes de la violencia sobre la población ucraniana, la  invasión rusa a Ucrania se está cebando con los más vulnerables en maneras que podrían dejar cicatrices muy marcadas en el estado de salud del país y de toda la región. 

Los ataques a infraestructuras civiles, como las plantas eléctricas, están dejando a muchas personas sin calefacción y con cortes periódicos de agua y electricidad en pleno invierno. Además, los refugios y el sistema sanitario también están sufriendo las consecuencias de los cortes eléctricos mientras tratan de enfrentar un mayor número de casos de afecciones respiratorias debido al frío, congelaciones y gangrenas. 

El personal y las infraestructuras sanitarias también está siendo blanco de ataques. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado 745 ataques al sistema sanitario ucraniano en todo el año y más de 130 muertes. Esto afecta también la capacidad de desarrollar una respuesta humanitaria eficaz y brindar a las poblaciones afectadas por el conflicto la asistencia que necesitan. 

 

Falta de presupuesto

El mundo moderno no había conocido una amenaza global como la pandemia de la COVID-19 y eso hizo que la comunidad internacional reaccionara de manera conjunta como nunca antes para intentar detener sus efectos sociales y sanitarios. Esto significó que se volcó mucho dinero en la prevención, investigación, tratamiento y vacunación de la covid; un dinero que se dejó de invertir en otras campañas, una financiación que falta muy necesaria. 

El informe La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria, de Médicos del Mundo y Medicosmundi, explica que el colapso de los sistemas sociosanitarios originado por la pandemia ha causado un 32% más muertes que la propia enfermedad, además de que por primera vez en la última década han bajado los índices de vacunación infantil y por primera vez desde 2005 han aumentado las muertes por tuberculosis. 

Si no se destinan los recursos necesarios para que el sistema de salud se reactive al 100% de su capacidad, no abordaremos correctamente los nuevos desafíos que puedan surgir. 

 

Crisis alimentaria

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 2 es justamente el de acabar con el hambre en el mundo. Sin embargo, el número de personas que sufren la crisis alimentaria ha ido subiendo desde 2015 hasta los 690 millones de personas, un 8,9% de la población mundial, lo que tiene consecuencias directas en el estado de salud de estas personas y de sus comunidades a futuro. 

El informe de la de Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación: El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo en 2022 apunta que todos los retos mencionados anteriormente están empeorando la situación de hambre en el mundo: la pandemia ha profundizado las desigualdades en el mundo, la crisis  climática impacta en la producción global de alimentos y la supervivencia de las cosechas y la guerra en Ucrania disminuye el acceso a aquellos productos alimentarios y agrícolas de los que Rusia y Ucrania eran exportadores destacados. 

 

Los bulos y fake news

La pandemia dejó claro que la desinformación y los bulos que proliferan en redes sociales e, incluso, en algunos medios de comunicación pueden tener un alto coste en vidas humanas. Las noticias falsas sobre medios de tratamiento alternativos o efectos adversos de la vacuna se propagaron tan rápido como el propio virus. 

2022 no fue la excepción y las redes sociales siguen estando plagados de desinformación peligrosa. En un repaso que hace maldita.es a la actualidad de 2022 hay algunos ejemplos: el tratamiento estigmatizante que se hizo desde varios medios de comunicación y líderes de opinión al brote de viruela del mono o la promoción de fármacos en redes sociales como TikTok mediante cuentas pseudocientíficas que pueden afectar la salud de los usuarios y, además, causar desabastecimiento. 

 

 

 

Falta de personal sanitario 

La Oficina Regional para Europa de la OMS alerta en un informe de principios de 2022 que todos los países en la región están enfrentando desafíos severos relacionados con la falta de personal sanitario y asistencial y cita diversos motivos: las pobres condiciones laborales, la falta de acceso a oportunidades de desarrollo profesional o la migración de personal cualificado; pero sobre todo, la fatiga y los efectos mortales de haber estado en primera línea contra la pandemia, que se ha cobrado la vida de unos 50.000 profesionales sanitarios. 

España no es la excepción. El déficit es de unos 5.000 medicos/as y la huida de talento a otros países es cada vez mayor, apuntando como principales motivos a las condiciones laborales y el sueldo. 

Es urgente que se haga una reflexión profunda sobre los modelos económicos, sociales y sanitarios actuales que van dejando flancos y perpetúan estas problemáticas. Para proteger la salud se necesitan modelos dinámicos que se adecúen a las necesidades de la población o esta lista de desafíos tendrá un impacto mucho mayor en la salud de las personas y sus comunidades.