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Kymriah®, la patente a la que nos oponemos

Fotografía: Médicos del Mundo

Kymriah®, la patente a la que nos oponemos

Madrid/París, 3 de julio de 2019.- La próxima generación de terapias genéticas utilizadas para tratar el cáncer ya está disponible en el mercado, las dos primeras con células CAR-T a un precio de 320.000 y 350.000 euros. Al igual que en el caso de los medicamentos contra la hepatitis C, estos precios exorbitantes ponen de manifiesto una vez más el alcance de la financiación del mercado farmacéutico que prioriza las ganancias sobre el tratamiento médico.  

Desde Médicos del Mundo condenamos los abusos asociados a estos precios y pedimos a los gobiernos que negocien precios más bajos o trabajen en el uso de tratamientos similares. El acceso universal a una atención médica óptima debe garantizarse en sistemas de salud sostenibles. Por ello, nos oponemos a la patente de una de estas dos terapias contra el cáncer, Novartis 'Kymriah®.  

En agosto de 2018, dos terapias CAR-T recibieron autorización de comercialización para Europa: Novartis ’Kymriah® (tisagenlecleucel) y Gilead Sciences ' Yescarta® (axicabtagene ciloleucel). Utilizadas para tratar los cánceres de la sangre modificando genéticamente las células de los linfocitos T  (un tipo de célula del sistema inmunitario) de los pacientes, reconocen y atacan las células cancerígenas.   

Para pacientes con determinados linfomas mortales, los estudios clínicos demuestran que las tasas de supervivencia a un año son del 40% para Kymriah® y del 60% para Yescarta®. Las terapias genéticas dan esperanzas a quienes padecen de cáncer, a sus familias y a los profesionales de la salud.   

Sin embargo, esta esperanza tiene un precio: 320.000 o 350.000 euros por paciente debido al enfoque personalizado que ofrece esta tecnología médica innovadora. 

Hablamos de unos precios que no se pueden justificar por los costes de producción ni por las inversiones en investigación y desarrollo, respaldados en gran medida por fondos públicos de Estados Unidos y Europa. Como señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe reciente sobre el costo de los medicamentos contra el cáncer, parecen reflejar únicamente los intereses comerciales de la industria farmacéutica.  

"En 2014, el precio de Sofosbuvir, un medicamento utilizado para tratar la hepatitis C que cuesta 41.000 euros por paciente, obligó a los países a racionar el acceso a un cierto número de pacientes", recuerda Philippe de Botton, presidente de Médicos del Mundo Francia. "En cuanto al precio de los nuevos medicamentos contra el cáncer y, en particular, de las terapias CAR-T, llevan el problema de los precios a un nivel completamente nuevo. ¿Cuánto tiempo más le llevará al Gobierno revisar los criterios con respecto al acceso a medicamentos para el cáncer?”, añade De Botton.  

Actualmente las terapias CAR-T se utilizan para tratar tipos raros y muy específicos de cáncer y se trabaja con ellas en ensayos clínicos para otras indicaciones. En el futuro, los sistemas de salud podrían adoptar este enfoque terapéutico más ampliamente. Sin embargo, con estos precios, no podrán garantizar un acceso universal a una atención médica óptima sin comprometer su viabilidad financiera.  

Por ello, desde Médicos del Mundo hemos decidido denunciar estos precios exorbitantes oponiéndonos a la patente de una de estas terapias, Kymriah®. Las patentes que protegen estas terapias impiden la competencia, lo que también facilita a las empresas establecer precios desproporcionados. Al aceptar estos monopolios, los países aceptan precios altos sin ni siquiera cuestionarlos.  

"Las patentes de terapia CAR-T incluyen células modificadas de pacientes reales, y son estas células las que se venden a un costo de más de 300.000 euros", explica Olivier Maguet, coordinador del programa de Precios de Medicamentos y Sistema de Salud en Médicos del Mundo. "Es legítimo preguntarse por el estado de la terapia CAR-T. ¿Es un medicamento? ¿Un procedimiento médico? Las implicaciones en términos de patentes, los derechos de las empresas y los gobiernos con respecto a la producción del medicamento y, por lo tanto su precio, son importantes y queremos llevarlo al debate público", añade Maguet.  

Al oponernos a la patente, desde Médicos del Mundo alertamos a los gobiernos y la sociedad civil sobre los precios de estos medicamentos y la amenaza que representan, ahora y en el futuro, en el acceso al tratamiento médico.  

En Médicos del Mundo ya hemos llevado a cabo iniciativas similares en ocasiones anteriores como cuando nos opusimos a la patente de Sofosbuvir, destinada a la cura de la hepatitis C.