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La ONU insta a Gobiernos y farmacéuticas a garantizar el acceso universal a las vacunas contra la covid-19

Fotografía: Ennoti

La ONU insta a Gobiernos y farmacéuticas a garantizar el acceso universal a las vacunas contra la covid-19

Desde Médicos del Mundo damos la bienvenida a la declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en defensa de un acceso universal a las vacunas como elemento esencial para la prevención y contención de la covid-19 en todo el mundo. Como organización sanitaria que lucha para defender y promover el acceso universal a los medicamentos como parte indispensable del derecho a la salud, consideramos muy oportunas y necesarias las recomendaciones que hace el ACNUDH a los Estados, a la industria farmacéutica y a los organismos financieros internacionales y las suscribimos en su totalidad.
Esencial

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos hace un llamamiento para garantizar al acceso a las vacunas y los tratamientos para la prevención y contención de la covid-19 para todas las personas.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se suma de este modo al llamamiento de los Estados, las Naciones Unidas, las organizaciones de la sociedad civil y personalidades del mundo académico para garantizar al acceso de las personas a las vacunas y los tratamientos para la prevención y contención de la covid-19 y para asegurar que el progreso científico beneficie a todas las personas, sin distinción, en consonancia con los principios internacionales de los derechos humanos y dada su consideración de bienes públicos mundiales.

Asimismo, expone su respaldo al llamamiento de la Asamblea Mundial de la Salud para que se reconozca "la función de la inmunización amplia contra la covid-19 como un bien público mundial para la salud en la prevención, la contención y la detención de la transmisión para poner fin a la pandemia, una vez que se disponga de vacunas seguras, de calidad, eficaces, efectivas, accesibles y asequibles".

Según el ACNUDH, los Estados deberían:

  • Cumplir con sus obligaciones internacionales de asegurar el acceso a los medicamentos, incluidas las vacunas y el tratamiento de covid-19 a todas las personas y de la asistencia y la cooperación internacionales. Para ello, deben combatir la pandemia de covid-19 de manera coordinada a nivel mundial, entre otras cosas, uniéndose al Servicio Mundial de Vacunas de COVAX y dejando de lado las iniciativas individuales erróneas para monopolizar las vacunas o los suministros.
  • Garantizar que las tecnologías importantes, los datos de propiedad intelectual y los conocimientos técnicos sobre las vacunas de covid-19 se compartan ampliamente y que se apoye a los países en desarrollo en la ampliación de las capacidades de fabricación y distribución para garantizar la igualdad de acceso a esas vacunas. Las promesas y las licencias voluntarias -incluso mediante iniciativas como el fondo común de acceso a la tecnología de covid-19- no son suficientes en vista de la situación actual. 
  • Abstenerse de utilizar la "seguridad nacional" o cualquier otro argumento que permita que se revelen secretos comerciales relacionados con la vacuna, el tratamiento, los ensayos y cualquier otra información necesaria para combatir la enfermedad.
  • Ejercer plenamente el derecho a conceder licencias obligatorias de conformidad con el Acuerdo sobre los ADPIC y la Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública para garantizar que las patentes y otros derechos de propiedad intelectual no creen obstáculos al acceso a las vacunas para todas las personas, en particular las que se encuentran en situaciones vulnerables y viven en la pobreza.
  • Prestar especial atención a garantizar que las vacunas sean accesibles a los trabajadores de atención de la salud de primera línea y unirse a las iniciativas mundiales de la Organización Mundial de la Salud.

Las empresas farmacéuticas deberían según el Alto Comisionado:

  • Cumplir con sus responsabilidades, incluso ejerciendo la debida diligencia en materia de derechos humanos. En particular, deberían abstenerse de causar o contribuir a los efectos adversos sobre los derechos a la vida y la salud invocando sus derechos de propiedad intelectual y dando prioridad a los beneficios económicos.

Las instituciones financieras internacionales, en consonancia con sus obligaciones en materia de derechos humanos en virtud del derecho internacional, deberían:

  • Velar por que todas las subvenciones y préstamos que concedan a los países en desarrollo contribuyan a ampliar su capacidad de adquirir, fabricar y distribuir vacunas covid-19 seguras, eficaces y asequibles. 

Finalmente, el ACNUDH recomienda que los Estados que participan en el 31º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General en respuesta a la pandemia de covid-19 -los próximos 3 y 4 de diciembre- tomen en consideración su declaración y los elementos de orientación para garantizar el acceso universal a la vacuna covid-19 para todos en todos los países mediante la cooperación y la asistencia internacionales.

Puedes consultar aquí la declaración íntegra. Ha sido firmada por Tlaleng Mogokeng, relator especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental; Olivier de Schutter, relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos; Anita Ramasastry y Dante Pesce, presidenta y vicepresidente, respectivamente, del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas comerciales; Surya Deva, Elzbieta Karska y Githu Muigai, miembros del grupo; Obiora C. Okafor, experta independiente en derechos humanos y solidaridad internacional, y Saad Alfarargi, relator especial sobre el derecho al desarrollo.

 

Vacunas y tratamientos contra la covid-19, la postura de Médicos del Mundo:

  1. Las empresas farmacéuticas están recibiendo millones de euros a través de acuerdos privados con algunos países y también, a través de fondos públicos y filantrópicos. Esto debe implicar que las vacunas y tratamientos que se produzcan sean consideradas bienes públicos globales. El precio de venta no debe estar fijado por las leyes del monopolio.
  2. Una de las lecciones que ha dejado esta pandemia es lo necesario que es impulsar la producción pública de medicamentos y tecnologías sanitarias. Existen muchas fórmulas de producción pública que podrían utilizarse como alternativa a las compañías privadas y que garantizarían el suministro de estos fármacos. Es cuestión de voluntad política.
  3. Un pequeño grupo de países ricos han comprado más de la mitad del suministro futuro de las principales vacunas candidatas contra la covid-19. Nos preocupa enormemente que estas estrategias comerciales signifiquen, una vez más, dejar fuera del acceso a las vacunas a la población vulnerable a la pandemia de los países más empobrecidos.