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Siete cosas que hemos aprendido de las personas mayores en la pandemia

Fotografía: Ignacio Marín

Siete cosas que hemos aprendido de las personas mayores en la pandemia

Que nuestros abuelos trabajaron mucho y disfrutaron poco, lo sabemos. Que criaron cantidad de hijos y nietos con esmero, también. Se quejan de lo cara que está la vida y de lo solos que están. Su calidad de vida en esta última etapa es, cuanto menos, cuestionable.
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¿Estamos escuchando a nuestros mayores? ¿Cómo traducimos realmente esas conversaciones de mesa camilla a la política y los recursos actuales? En Médicos del Mundo la salud y condiciones de vida de nuestros mayores nos importa y mucho. 

 

Siete cosas que hemos aprendido de nuestros mayores y que florecen con la pandemia: 

 

Las personas mayores no pueden elegir cómo quieren vivir 

 

¿Hemos preguntado a nuestros mayores cómo quieren vivir? Muchos de ellos no quieren pasar sus últimos días de vida en una residencia. Otros tantos sí. Un estado de bienestar como el nuestro debe ser respetuoso con el modelo de vida que las personas mayores eligen: personalizar los servicios que requieran, adaptarlos a su ciclo vital y que aseguren el pleno respeto a su dignidad, autonomía y participación social. Que sean unos servicios de proximidad, pensados para Carmen o para María, como cada persona quiera y necesite, para hacer digna la etapa final de la vida. No podemos obligar a una persona a pasar sus últimos años de vida en un lugar que no siente como su hogar. 

Médicos del Mundo aboga por un fortalecimiento de los servicios de atención primaria y comunitaria, integrados con los servicios sociales, dotando de recursos humanos y materiales adecuados y suficientes para ofrecer la cobertura que precisen las personas mayores vivan en residencias o en sus hogares. 

 

La soledad enferma 

 

Muchas personas viven o se encuentran solas. Si algo nos ha enseñado la pandemia de la covid-19 es la profunda mella que ha generado el aislamiento social. Somos seres sociales. Necesitamos de otros y nos necesitan. La evidencia científica muestra que la soledad no elegida tiene importantes repercusiones en la salud y en la calidad de vida de toda la población, y en especial de nuestros mayores.  

La soledad es un problema social y de salud pública de primera magnitud. Además de afectar al bienestar psicológico de las personas, su presencia se asocia con peores niveles de salud y mayor riesgo de mortalidad. Además, en momentos de crisis como este, sus consecuencias revierten sobe todo en la población más vulnerable, aquella en situación de pobreza y exclusión social. 

 

El cómo vives afecta a tu salud 

 

Nuestro entorno afecta a nuestra salud. Si no podemos salir a la calle con normalidad porque no tenemos un ascensor; si los cortes de luz hacen que no funcione el botón de la teleasistencia; si a final de mes, tras pagar luz, farmacia, teléfono, etc haces malabares para comer... todo ello empeora nuestro estado físico y mental. En el caso de las personas mayores, que su casa sea o no accesible y que su pensión les permita una alimentación adecuada puede ser la diferencia entre la salud y la enfermedad.  

Ser una persona mayor en un estado vulnerable es una doble vulneración social. No podemos dejar a nadie atrás. 

 

La pandemia nos ha pasado factura 

 

El hecho de ser más vulnerables a la enfermedad, la pérdida de contacto con familiares y amistades, el no poder despedirse de los que se han ido y la incertidumbre de no saber hasta cuándo va a durar esta situación, son factores que están influyendo negativamente en la salud física y mental de nuestros mayores. 

La pandemia no solo se ha cobrado la vida de muchas de estas personas, sino que los ha discriminado por el simple hecho de su edad discriminación en el acceso a la atención médica, el abandono de estas personas en las residencias, etc En general, manifiestan sentirse abandonadas y resignadas después de más de año y medio de pandemia.  

 

La brecha de la tecnología los deja fuera de juego 

 

Tuenti dejó de utilizarse. Algunos se quedaron en Facebook y a otros Tik Tok o Twitch les suena a película guiri. ¿Pero y no saber utilizar un cajero? ¿Y no poder pedir cita al médico o tramitar una ayuda por la barrera tecnológica? Así se ven muchas personas mayores hoy en día, con barreras en el acceso a servicios básicos por la evolución de la tecnología. 

Estas personas que sienten ajena la tecnología o carecen de acceso a internet no pueden tirar siempre de redes informales, de la vecina o del móvil del nieto. Cuidar de nuestros mayores es también tener recursos de apoyo personalizados para sanar la brecha digital. 

 

Para ser mayor, siempre una sanidad pública y fuerte 

 

Las personas mayores encuentran cada vez más dificultades para conseguir simplemente que les vea el médico. El sistema colapsado, por un lado, y la limitación de la atención médica a la vía telefónica por el otro, han empeorado su capacidad de obtener un diagnóstico completo, personalizado y actualizado, así como de poder contar con un acompañamiento durante el tratamiento (control de correcto uso de los fármacos, etc). 

Médicos del Mundo aboga por fortalecer los servicios de atención primaria y comunitaria. Un sistema que integre los cuidados familiares y profesionales y de prioridad a la atención domiciliaria. Exigimos una financiación suficiente y equitativa a través de los Presupuestos Generales del Estado que nos acerque al promedio de gasto por persona/año de la Unión Europea. Solo así se podrá garantizar un acceso universal y de calidad a la salud integral, la dignificación de los cuidados y el bienestar de las personas mayores, en especial en los entornos residenciales. 

 

Cuidar a quienes nos cuidan 

 

Y si algo nos enseñaron nuestros mayores es a cuidar, a cuidar de los demás. Cabe recordar que 320.000 personas trabajan en España en residencias de mayores, un sector feminizado (83% de mujeres) y privatizado (80% de residencias privadas). El sector sufre ratios de atención inadecuados, precariedad laboral y bajos salarios. Cuidar a nuestros mayores sin cuidar a sus cuidadores no puede ser una opción.