16 días de activismo contra la violencia de género: Este año, te invitamos a mirar 2 veces
Un año más, desde Médicos del Mundo nos sumamos a los 16 días de activismo contra la violencia de género, para visibilizar, denunciar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres. Este año, hemos decidido abordarla desde una perspectiva diferente: a través del arte. Las manifestaciones artísticas no solo han acompañado la historia, sino que han contribuido a generar estereotipos, justificar roles, perpetuar desigualdades y también, en algunos casos, a cuestionarlas. Por eso, creemos que el arte es una herramienta poderosa para reflexionar sobre cómo se ha representado a las mujeres a lo largo de la historia, qué relatos se han impuesto y qué violencias han quedado normalizadas. ¿Qué papel ha tenido el arte en la construcción de estas miradas? ¿Cómo ha influido en lo que entendemos como natural o aceptable?
A lo largo del tiempo, la violencia contra las mujeres ha aparecido en múltiples formas dentro de las creaciones artísticas: en la música que romantiza el control, en el cine que reproduce estereotipos, en la literatura que silencia voces femeninas y, por supuesto, en la pintura, donde muchas escenas “clásicas” contienen agresiones, opresiones o sometimientos que hemos aprendido a pasar por alto, y eso nos lleva a preguntarnos, ¿qué violencias seguimos sin ver hoy?
Muchas imágenes que admiramos y conocemos desde siempre esconden mensajes que reflejan desigualdades todavía presentes en nuestras sociedades.
Por eso, bajo la idea de “mirar dos veces”, hemos preparado una serie de contenidos donde analizamos diferentes cuadros muy conocidos para mostrar las violencias que esconden y conectarlas con las que siguen existiendo a día de hoy. Este enfoque nos invita a reconocer que el arte y la violencia han coexistido de formas que muchas veces, ni cuestionamos.
Para ayudarte a mirar dos veces te proponemos que te hagas las siguientes preguntas:
- ¿Quién tiene el poder en la escena?
- ¿Cómo se representa el cuerpo de la mujer?
- ¿Qué emociones transmite la mujer?
- ¿La mujer tiene espacio para actuar o solo para ser observada?
- ¿Lo hemos visto tantas veces que ya no lo cuestionamos?
Susana y los viejos-Tintoretto. La primera obra que analizamos en los 16 Días de Activismo contra la violencia de género
Esta obra (pintada en el 1552) se encuentra en el Museo del Prado.
En ella, no solo vemos un abuso sexual, sino cómo la composición de las figuras transmite una sensación de opresión, de imposibilidad de escapar y de intimidación. La violencia no se limita al acto físico (que en este caso es evidente), sino que también se expresa en la invasión del espacio, en la imposición sobre el cuerpo de la mujer y en la manera en que la sociedad de la época toleraba estas situaciones. Este tipo de representación nos recuerda que la violencia sexual ha sido una constante históricamente invisibilizada y aceptada en muchos contextos.
Accidentalitat de la dona – Remedios Varo
Esta obra (pintada entre el 1932 y el 1935) se encuentra en el Museo Nacional d’Art de Catalunya.
Remedios Varó en este caso, muestra la violencia de manera más simbólica y compleja. No se trata solo de la agresión física, sino de la desposesión del cuerpo y de la identidad femenina, en un contexto social y político donde la autoridad masculina dominaba todas las esferas. Es una alusión directa a la dominación del hombre sobre la mujer, y a la desprotección y fragilidad de ella.
Esta obra nos invita a reflexionar sobre la imposición de roles que limitan la libertad y que todavía, tienen su lugar en nuestra sociedad.
Juana la Loca – Francisco Pradilla
Esta obra, podemos encontrarla en el Museo Del Prado.
Aquí, Francisco Pradilla expresa la violencia hacia la mujer principalmente a través de la opresión política y la manipulación histórica. Esta violencia institucional revela cómo la sociedad y la política han limitado a las mujeres que desafiaban las estructuras de poder, castigando su fortaleza y convirtiendo la vulnerabilidad en excusa para someterlas. De hecho, fueron su propio padre e hijo quienes extendieron ese calificativo de ‘loca’ para controlar su vida y sus decisiones.
La historia de Juana es un recordatorio de cómo la manipulación de la percepción social y la coacción política han sido formas de violencia tan destructivas como cualquier agresión física.
La vida és un diàbolo – Rosa Agenjo
Este cuadro lo podemos encontrar en el Museo Nacional d’Art de Catalunya.
Rosa Agenjo pone en evidencia la violencia estética y social a la que han sido sometidas las mujeres durante siglos y hasta el día de hoy. La figura femenina representada como un maniquí refleja cómo se han impuesto cánones de belleza rígidos que cosifican el cuerpo y condicionan la identidad femenina.
La mujer del cuadro aparece sin emociones, con un rostro complaciente y un cuerpo exageradamente idealizado, que simboliza la presión constante por cumplir estándares imposibles.
Este tipo de violencia impacta profundamente en la autoestima y la percepción social de las mujeres, mostrando una vez más que la opresión puede ser silenciosa y cotidiana.
Trata de blancas – Joaquín Sorolla
Esta obra se encuentra en el Museo Sorolla de Madrid.
En este caso Sorolla nos confronta directamente con una de las formas más extremas de violencia: la explotación sexual. El cuadro muestra mujeres siendo transportadas hacia un destino forzado, evidenciando la indefensión de quienes carecen de recursos o protección. Cómo la vulnerabilidad económica y social se convierte en un arma que perpetúa la desigualdad y permite la explotación.
Muchas violencias están ahí, a la vista, pero nos hemos acostumbrado a no verlas. Por eso te proponemos mirar dos veces para descubrir lo que el arte lleva siglos intentando contarnos. ¡Corre a nuestras redes para no perderte ninguna!
Nuestro compromiso en los 16 Días de Activismo Contra la Violencia de Género
Desde Médicos del Mundo defendemos el derecho a la salud de mujeres y niñas y esto incluye vivir libre de cualquier tipo de violencia. Actuamos en España y en otros países ofreciendo atención sanitaria, apoyo psicológico y acompañamiento social y legal.
También trabajamos para prevenir: formamos a profesionales sanitarios, sensibilizamos a la sociedad y participamos en campañas globales como los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género. Denunciamos las barreras que impiden la atención y exigimos políticas que se proteja a las víctimas.