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Hacer visible lo invisible para erradicar la mutilación genital femenina

Fotografía: Richard Zubelzu

Hacer visible lo invisible para erradicar la mutilación genital femenina

Esencial
  • Recordamos las consecuencias para la salud física y mental de esta forma de violencia de género.
  • Es imprescindible el trabajo de las mediadoras interculturales con las comunidades y las familias.
  • En 2023, atendimos a más de 700 mujeres en el marco de los proyectos de prevención que lleva a cabo en España.

 

La mutilación genital femenina (MGF) es una forma de violencia de género contra mujeres y niñas y una violación de sus derechos humanos que tiene graves consecuencias para la salud física, psicológica y sexual de las supervivientes de la misma. Para visibilizar las repercusiones a corto y largo plazo de esta práctica nociva y seguir contribuyendo a su erradicación, hemos puesto en marcha la acción “Mutilación Genital Femenina: Hagamos visible lo invisible”, con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la MGF que se celebra, hoy, 6 de febrero.

Con esta iniciativa, queremos concienciar sobre otros factores esenciales para alcanzar la meta establecida por Naciones Unidas de lograr la erradicación plena de la MGF en 2030 que son menos conocidos. “Las mediadoras, activistas, asociaciones, comunidades y familias desempeñan un papel fundamental en la lucha que se está librando. Puede que estén más invisibilizadas, pero tienen mucha relevancia”, ha explicado María Idoia Ugarte Gurrutxaga, referente política del Grupo Estatal de MGF de Médicos del Mundo. “Es imprescindible –ha añadido- visibilizar la labor y el empeño de muchas personas y organizaciones que trabajan para construir un futuro libre de mutilación genital femenina”.

 

Repercusiones para la salud

 

Las consecuencias de la MGF sobre la salud de las niñas y mujeres a corto plazo dependen de diversos factores, como el tipo de escisión o de las condiciones higiénicas, y van desde el dolor intenso, hemorragias, dificultades para orinar a infecciones, y también se puede producir el fallecimiento. Entre las secuelas a medio y largo plazo, están las complicaciones en el momento del parto (hemorragias obstétricas, prolongación del trabajo de parto, desgarros y mayor índice de cesáreas y episiotomías), los problemas menstruales, la afectación urinaria e infecciones, entre otras. Además, en los partos puede haber sufrimiento fetal según el tipo de corte y cómo haya afectado a la elasticidad de los tejidos.

Por otro lado, las principales consecuencias para la sexualidad son la disminución o ausencia de deseo erótico, el dolor o el vaginismo; mientras que las consecuencias psicosociales comprenden el miedo al rechazo de su grupo social o étnico si no se accede a la práctica de la MGF, la vergüenza o la culpabilidad, depresión, ansiedad y somatizaciones.

 

El papel esencial de las mediadoras y de la comunidad

 

Además de recordar las consecuencias para la salud y la sexualidad de la MGF, desde Médicos del Mundo se quiere visibilizar el papel de las mediadoras, activistas y asociaciones que son piezas clave en la lucha contra la mutilación genital femenina porque establecen relaciones de cercanía con las familias y las comunidades. Su trabajo tiene también muy buena acogida por parte de las y los profesionales sociosanitarios, lo que permite avanzar de manera conjunta hacia un abordaje de la salud con sensibilidad cultural y generar espacios de confianza dentro de la propia comunidad.

De cara a la prevención, para la ONG es imprescindible la participación de las mujeres y familias que proceden de países donde se practica la mutilación genital femenina con el fin de mejorar las intervenciones y conseguir un enfoque centrado en el respeto, el diálogo y en la no estigmatización de las culturas y prácticas tradicionales comunitarias.

 

Las demandas de Médicos del Mundo

 

Apostamos por adaptar la atención a las mujeres supervivientes de esta práctica para que puedan encontrar el apoyo que necesitan, y defiende ampliar la asistencia integral -desde el apoyo psicológico a la terapia sexológica o la reconstrucción genital- para que estos tratamientos sean incluidos dentro de los servicios del sistema sanitario público en todas las comunidades autónomas.

“Necesitamos mayor voluntad política, más recursos económicos y más medidas de coordinación interinstitucional para mejorar la respuesta de las administraciones públicas frente esta realidad. La colaboración entre las instituciones públicas y la sociedad civil organizada es clave para acabar con la MGF y con todas las formas de violencia de género, desde la escucha a las supervivientes, mediadoras y activistas y colocando siempre sus derechos y su bienestar en el centro”, ha reclamado María Idoia Ugarte.

 

El trabajo de Médicos del Mundo contra la MGF

 

Médicos del Mundo trabaja en España para prevenir la MGF desde 2001 y en la actualidad cuenta con proyectos preventivos en 10 comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad de Madrid, Euskadi, Extremadura y Navarra. En el último año, nuestros equipos han atendido a 715 mujeres de más de treinta países -principalmente, de Nigeria, Mali, Senegal, Gambia y Marruecos- y han realizado 552 mediaciones, 1579 intervenciones sociales, 755 educativas, 438 psicosocial y 167 de salud (exploración genital, informes clínicos de MGF y acciones preventivas y sanitarios). Además, cerca de 450 personas de comunidades afectadas por esta práctica participaron en sus talleres y se impartieron más de 50 formaciones a más de 1000 profesionales sociosanitarios.