
La situación en Gaza, ya calificada oficialmente como genocidio por parte de las Naciones Unidas, es cada vez más preocupante y amenaza gravemente las vidas de más de dos millones de gazatíes. Según el Ministerio de Salud de Gaza, ya son más de 64.000 las personas asesinadas, de las cuales más de 20.000 eran niños y niñas.
Además, la población superviviente se está enfrentando a una hambruna sin precedentes: el consumo de alimentos en toda la Franja de Gaza ha empeorado drásticamente, ya que apenas quedan e Israel ha bloqueado el acceso de ayuda humanitaria. De esta forma, nueve de cada diez hogares han recurrido a mecanismos de supervivencia para poder alimentarse, como rebuscar en la basura o poner en riesgo su vida para conseguir alimentos para sus familias.
Las tasas de malnutrición aguda también se han disparado a un alarmante 16,5 % en la primera quincena de julio, algo que tiene consecuencias graves en los niños y niñas: 71.000 menores de 5 años necesitan tratamiento urgente por desnutrición.
Al mismo tiempo, se están propagando enfermedades como la diarrea acuosa aguda, la basura y los residuos se acumulan y las personas se desploman en las calles como consecuencia del hambre y la deshidratación.
Por todo esto, las Naciones Unidas han alertado de la necesidad urgente de suministros básicos, además de un entorno seguro que permita a las trabajadoras y trabajadores humanitarias ayudar, sobre todo, a las personas más vulnerables, de forma eficiente y rápida.
Algunos testimonios de compañeros y compañeras de Médicos del Mundo que trabajan en Gaza.
Una población atrapada entre el conflicto y el colapso sanitario
Desde octubre de 2023, el 94% de los hospitales en Gaza han sido dañados o destruidos por los bombardeos, lo que ha supuesto un colapso sanitario en la Franja, ya que son solo 13 hospitales funcionan parcialmente, sin apenas personal sanitario y trabajando en condiciones precarias, sin suficientes suministros médicos, medicinas y electricidad.
Además, en Shifa, el hospital más grande de Gaza, solo tres quirófanos de los 21 antes disponibles están operativos, y no tienen apenas acceso a ambulancias, ya que no quedan carreteras seguras. Hay varios bebés en un mismo incubador porque, debido a la falta de combustible, no pueden permitirse activar más, y algunos recién nacidos han muerto por la enorme escasez de electricidad.
A esto se le une la enorme falta de medicamentos (con un 47% completamente agotados), según los datos del Ministerio de Salud palestino antes de verano, y de materiales médicos (con un 65% agotados), algo que pone a su población, ya extremadamente vulnerable por la escasez de alimentos, aún más en riesgo.
Esto hace que la atención médica se haya vuelto casi imposible: con recién nacidos en incubadoras sin energía, quirófanos operando con recursos mínimos y personal de salud muy escaso y exhausto trabajando en condiciones inhumanas, sin poder alimentarse y sin recursos para atender a las personas que lo necesitan.
Este escenario es un claro y doloroso reflejo de lo que significa la salud bajo conflicto: sistemas médicos insuficientes que no solo enfrentan una grave emergencia, sino que además se ven directamente atacados por los ataques y las bombas y limitados por la guerra.
El acceso a la salud en Gaza: un derecho vulnerado
Debido a la crisis sanitaria que está atravesando Palestina desde el inicio de esta emergencia, recibir asistencia sanitaria es cada vez más difícil para las personas que la necesitan, que son cada vez más por la desnutrición severa y la propagación de enfermedades que están sufriendo.
Como apuntábamos en el anterior punto, la mayoría de los hospitales han sido destruidos y son muy pocos los que funcionan parcialmente, por lo que la atención médica es cada vez más limitada: la ocupación hospitalaria está entre 100 % y 150 % en algunas zonas y la escasez de especialistas, materiales médicos y ambulancias hacen casi imposible atender de forma eficiente a las personas enfermas o heridas.
Las constantes evacuaciones a causa de los bombardeos, el uso de carreteras nada seguras, la continua presencia militar y el bloqueo de ayuda humanitaria impiden el acceso a los más de 6.000 camiones con alimentos, insumos y suministros básicos que están a las puertas de Gaza esperando para entrar.
Tras el verano de 2025, el sistema sanitario en Gaza enfrenta un colapso generalizado: los hospitales han sido devastados, el acceso está bloqueado por causas militares y humanitarias, y el personal y las instalaciones están saturados. La atención médica —incluyendo urgencias, cirugía, pediatría y cuidados intensivos— funciona solo parcialmente y con condiciones inhumanas e insuficientes.

© Médicos del Mundo
Personal de Médicos del Mundo durante una atención médica en Gaza
Qué hace Médicos del Mundo en Gaza
Estamos presentes en Gaza desde 2006, apoyando al sistema de salud local en atención primaria, salud mental y salud sexual y reproductiva, entre otras, ayudando a la población más vulnerable. Sin embargo, desde octubre de 2023, estamos prestando ayuda sanitaria urgente porque la población nos necesita más que nunca.
Nuestros equipos de Médicos del Mundo en terreno han adaptado su trabajo a las nuevas necesidades en Gaza, ampliando la distribución de medicamentos y kits de higiene para prevenir enfermedades infecciosas y proporcionar atención sanitaria en centros de salud, hospitales y varios puntos móviles para la población desplazada.
En un entorno marcado por la violencia diaria, la falta de alimentos, las condiciones sanitarias extremas, entre otras, el acceso a la salud mental también se ha vuelto urgente. Nuestras unidades de apoyo psicosocial se han convertido en espacios clave para proteger la salud mental de cientos de gazatíes que lo necesitan, ofrecer protección a las víctimas de violencia de género y acompañamiento psicológico al personal sanitario, que también enfrenta situaciones traumáticas.
A pesar de la escasez de recursos y las pérdidas humanas, Médicos del Mundo continuamos con nuestra labor con compromiso y resiliencia para no abandonar a la población palestina.
Nuestra prioridad es seguir facilitando una respuesta de emergencia orientada a salvar vidas y aliviar el sufrimiento de miles de personas que están sufriendo las consecuencias de este desastre sin precedentes.
Trabajamos prestando atención médica en Gaza en medio de un peligro incesante debido a los bombardeos y la inseguridad y, aunque la situación es cada vez más peligrosa, mantenemos nuestro compromiso de no abandonar a la población palestina.
Rendirse no es una opción. Emergencias como la de Gaza nos obligan a responder muy rápido y a prepararnos para darles la mejor asistencia sanitaria en una situación límite.
Por eso, necesitamos que nos ayudes a seguir haciéndolo posible.
El hambre como arma de guerra en Gaza
Tu ayuda salva vidas en el epicentro de la emergencia
El apoyo de miles de personas socias es lo que nos permite seguir en Gaza para, entre otras:
- Operar a las personas que más lo necesitan, además de facilitar medicamentos esenciales a quienes lo precisan.
- Ofrecer atención médica a quienes sufren desnutrición aguda, especialmente los niños y las niñas, menores de 5 años.
- Prestar atención en salud mental a quienes experimentan shock traumático o depresión debido al miedo, los bombardeos, la pérdida de familiares o de su hogar.
Donar en emergencias como la de Gaza no solo significa salvar vidas y apoyar el sistema de salud palestino sino defender los derechos humanos. En momentos como este, cada vez es más importante posicionarse y estar al lado de las personas más vulnerables, que son las que sufren las injusticias.
Pero el lugar donde nacemos no debería determinar nuestro destino. Las más de dos millones de personas gazatíes que están sufriendo este horror deberían poder acceder a alimentación, agua, electricidad y atención médica como lo hacemos nosotros y nosotras. Por eso, no podemos permitirlo. Y sabemos que tú, como todos y todas las que formamos parte de Médicos del Mundo, tampoco puedes.
💔 Gaza nos necesita más que nunca. Miles de personas necesitan atención médica urgente para sobrevivir.
Con tu ayuda, podremos seguir salvando vidas donde más nos necesitan y actuar rápido en emergencias como Gaza. Porque, ahora, cada minuto cuenta