personas atendidas en 2020: 524 hombres, 151 mujeres y 4 trans.
personas atendidas en 2020: 524 hombres, 151 mujeres y 4 trans.
intervenciones en 2020: 3.546 sociales, 945 psicológicas y 1.495 sanitarias
38 talleres individuales y 1.585 intervenciones educativas de Educación y promoción de la salud y se han registrado 158 asistencias a talleres grupales en 2020.
Trabajamos a través de diferentes programas de acercamiento y atención a personas consumidoras de drogas en situación o riesgo de exclusión social desde 1993.
Este colectivo se enfrenta a diferentes barreras de acceso a la red de recursos sociales y sanitarios destinados a su atención de carácter administrativo, económico, territorial y de género, así como a una falta de adaptación a sus necesidades específicas.
Una de las principales formas de las desigualdades en salud está representada por el estigma y las diferentes formas de discriminación. Si bien es cierto que en los últimos años se han producido importantes avances en este sentido, en la población española se siguen observando la existencia de tendencias y actitudes discriminatorias hacia personas usuarias de drogas. Estos factores de discriminación actúan como barreras de acceso a la red de recursos sociales y sanitarios públicos así como a los servicios preventivos. La discriminación produce consecuencias en la salud individual, tanto en el plano físico (menor esperanza de vida, etc.) como mental (estrés, pensamientos negativos, etc.) y social (aislamiento social, dificultad de acceso laboral, etc.). También tiene serias consecuencias de salud pública, porque repercute en la eficacia de las acciones de prevención y de acceso al diagnóstico y tratamiento.
La invisibilidad de la compleja situación específica de las mujeres con uso problemático de drogas en las estadísticas y datos oficiales de los servicios de atención social y sanitaria a drogodependientes es una muestra de la especial vulnerabilidad de estas mujeres frente a la atención que se presta a los hombres.
Médicos del Mundo trabaja en la reducción de daños, en la identificación de vulnerabilidades y acercamiento a los servicios sociosanitarios públicos de personas consumidoras de drogas ilegales, así como de personas sin hogar en situación de exclusión social. En la Política sobre Drogas, aprobada en 2015, se insta a los poderes públicos al fortalecimiento de la red pública de tratamiento de adicciones y al impulso de proyectos en dispositivos de reducción de daños y de riesgos.
Los programas de atención a personas usuarias de drogas han detectado un incremento progresivo de las mujeres. Ambos desarrollan dependencias con características específicas y con factores de vulnerabilidad y de protección diversos. Así, la organización señala que las mujeres con uso problemático de drogas pueden sufrir cuadros más complejos con repercusiones físicas y psicológicas más graves. Al consumo se añaden circunstancias como el abuso sexual, violencia, conflictos con la familia de origen, desempleo o trabajo precario, dependencia económica, embarazos no deseados, presencia de hijos o hijas en acogida tutelar o adopción y dependencia emocional, entre otras.
Tras más de 25 años de trabajo en la reducción de daños y prevención y mitigación de los riesgos psicosociales asociados al consumo de drogas, cabe señalar que, entre las personas sin hogar que acuden a la organización, la mayoría son también usuarias de drogas.
Nuestros programas contemplan dispositivos tanto de acercamiento a través de unidades móviles y trabajo de calle, como dispositivos fijos de atención como los Centros de reducción del daño.
En todos los programas realizamos una atención integral a las personas con las que contactamos. Estas actividades incluyen la atención individual social y sanitaria, seguimiento de sus situaciónes, derivación a los recursos de la red pública y privada, además de formación en temas de salud. Los programas incluyen espacios de calor y café, así como dispensación de material preventivo (intercambio de jeringuillas material para la via fumada o inhalada, etc.).
También se recogen testimonios de situaciones de vulneración de derechos que se canalizan a través de acciones que sirvan para reducir el estigma y la discriminación, tratando de incidir en las normativas que afecten a los derechos de las personas sin hogar.
Médicos del Mundo trabaja en sus dispositivos móviles y fijos en la reducción de daños, en la identificación de vulnerabilidades y acercamiento a los servicios sociosanitarios públicos de personas consumidoras de drogas ilegales, así como de personas sin hogar en situación de exclusión social. En la Política sobre Drogas, y desde un enfoque derechos, se insta a los poderes públicos al fortalecimiento de la red pública de tratamiento de adicciones y al impuso de proyectos en dispositivos de reducción de daños y de riesgos.
Además, desde los dispositivos fijos se proporcionan otra serie de actuaciones como:
Médicos del Mundo atiende a personas consumidoras de drogas ilegales, así como a personas sin hogar en situación de exclusión social, tanto a través de centros de atención fijos como de unidades móviles. Nuestras prioridades son la reducción de daños, la identificación de vulnerabilidades y el acercamiento de estas personas a los servicios socio sanitarios normalizados. Todo ello sin dejar de reclamar a los poderes públicos que fortalezcan los servicios de tratamiento y prevención de adicciones.
Los prejuicios de algunos profesionales sanitarios, la falta de formación y la necesidad de coordinación de los servicios sociales y sanitarios, han sido otras de las necesidades detectadas identificadas.
Más allá de las vivencias comunes para las mujeres y los hombres usuarios de drogas, hay algunos aspectos indudablemente diferentes. Ambos desarrollan dependencias con características específicas y con factores de vulnerabilidad y de protección diversos. Las mujeres con uso problemático de drogas pueden sufrir cuadros más complejos con repercusiones físicas y psicológicas más graves si al consumo se añaden circunstancias como el abuso sexual, violencia, conflictos con la familia de origen, desempleo o trabajo precario, dependencia económica, embarazos no deseados, presencia de hijos en acogida tutelar o adopción y dependencia emocional, entre otras.
La invisibilidad de la compleja situación específica de las mujeres con uso problemático de drogas en las estadísticas y datos oficiales de los servicios de atención social y sanitaria a personas drogodependientes es una muestra de la especial vulnerabilidad de estas mujeres frente a la atención que se presta a los hombres.
Tras más de 25 años de trabajo de reducción de daños y de prevención y mitigación de los riesgos psicosociales asociados al consumo de drogas, hemos venido identificando un fenómeno entre la población que es la situación de sin hogar de personas vinculadas a nuestros programas de atención a personas usuarias de drogas.
Relacionado con la falta de acceso a la vivienda, nos encontramos también con la situación específica de personas que viven en asentamientos, que se caracterizan por ser infraviviendas sin condiciones de habitabilidad, estabilidad o seguridad. Las comunidades autonómicas en las que estamos presentes con este trabajo son Andalucía, Castilla-La Mancha, comunidad Valenciana, Extreadura, Galicia y Canarias.
Intervención con titulares de derechos
Durante 2020 se realizaron 5.986 intervenciones con 679 personas - 524 hombres, 151 mujeres y 4 trans-: 3.546 sociales, 945 psicológicas y 1.495 sanitarias.
577 de las personas atendidas eran españolas (452 hombres, 122 mujeres y 3 trans), y 102, extranjeras (72 hombres, 29 mujeres), de las cuales, 19 procedían de Europa del Este (14 hombres y 5 mujeres), 28 personas, de Europa Occidental (23 hombres y 5 mujeres), 11 personas de norte de África (7 hombres y 4 mujeres), 20 personas del África Subsahariana (17 hombres y 3 mujeres) y 23 personas de América Latina (9 hombres, 13 mujeres y 1 trans).
En cuanto a la franja de edad, 8 personas entre 18-24 años, 59 personas entre 25-34 años, 206 de personas entre 35-44 años, 269 personas están entre 45-54 años, 121 entre 55-64 años. Cabe destacar 2 menores identificados en el programa, así como 14 personas de entre 65-75 años de edad.
Se han realizado 68 derivaciones a servicios sanitarios con 20 acompañamientos, 238 talleres individuales de educación para la salud y 1.585 intervenciones educativas de educación y promoción de la salud. También se han registrado 158 asistencias a talleres grupales.
Para más información sobre nuetros trabajo en migraciones, puedes consultar nuestra Memoria institucional 2020.
Tomando como base el enfoque de derechos humanos en salud, consideramos que la base de nuestra actuación debe ser la exigencia a los poderes públicos de sus responsabilidades con las personas usuarias de drogas y con aquellas que son más vulnerables a los efectos negativos de las mismas. En particular, las relativas al fortalecimiento de la red pública de tratamiento de adicciones y al impulso de proyectos piloto en dispositivos de reducción de daños y de riesgos.
Consideramos que el abordaje terapéutico de las drogas que parte de enfoques prohibicionistas plantea como objetivo constante la abstinencia total, viola a menudo derechos fundamentales de las personas usuarias; en concreto los referidos a la libertad de elección de estilos de vida y los referidos a la información y papel activo en el propio tratamiento.
Mientras la situación no cambie, continuaremos trabajando desde la perspectiva de reducción de riesgos y daños, con enfoque de derechos humanos, perspectiva de género y equidad en salud, puesto que de este modo no se juzga la libre elección de la persona sobre su consumo, se promueve un uso más seguro, se facilita el acceso a los servicios sociosanitarios en las mismas condiciones que el resto de la ciudadanía y se defienden sus derechos.
En este enlace encontrarás la Política de personas usuarias de drogas de Médicos del Mundo.
Realizamos exposiciones de sensibilización y denuncia de la marginación y exclusión de las personas drogodependientes con grave deterioro psico-bio-social.
Intervención con tirtulares de responsabiidades
Una de las demandas identificadas en los programas por parte de las personas titulares de derechos es el mejor trato en los servicios sociosanitarios. Para ello, trabajamos con profesionales de atención sociosanitaria desarrollando formaciones orientadas a reducir las barreras de acceso a los servicios públicos que tienen las personas usuarias de drogas, así como las personas sin hogar.