Reconocer Palestina no puede ser ni un símbolo ni una recompensa

© Hüseyin Aldemir
La mayoría de los países reconocen la condición de Estado palestino, pero las violaciones del derecho internacional por parte de Israel se están acelerando, con una impunidad casi total, lo que provoca desplazamientos masivos, muertes generalizadas y una crisis humanitaria cada vez más grave en todo el Territorio Palestino Ocupado. Para lograr un impacto real y evitar la complicidad, los Estados deben convertir sus expresiones de solidaridad en acciones concretas que salven vidas, y cualquier plan para avanzar debe situar a la población palestina como los principales artífices de su propio futuro.
El reconocimiento de la condición de Estado es un paso importante y bienvenido para la realización del derecho del pueblo palestino a la libre determinación. No puede seguir siendo simbólico ni tratarse como una recompensa. Es importante destacar que no exime a los Estados miembros de sus obligaciones legales y morales de poner fin a la ocupación israelí en los Territorios Palestinos Ocupados (Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este), que la Corte Internacional de Justicia ha determinado que es ilegal y viola el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, y de detener lo que la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas ha determinado que es un genocidio perpetrado por Israel en Gaza.
La escalada de la crisis humanitaria provocada por estas acciones es ampliamente conocida y documentada. Sólo en los últimos dos años, las órdenes de desalojo, las demoliciones, los bloqueos, las detenciones arbitrarias y los ataques directos contra la población por parte de Israel han provocado el mayor desplazamiento forzoso en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, desde el inicio de la ocupación en 1967. El año pasado se aprobó oficialmente el mayor robo de tierras en tres décadas, y la violencia de los colonos ha alcanzado niveles sin precedentes. En Gaza, las autoridades israelíes han llevado a cabo una operación militar mortal que ha causado la muerte o heridas a más de 136 000 personas, ha obligado a 2 millones de personas a huir en varias ocasiones y ha destruido el 90 % de los edificios. En toda Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este, las fuerzas israelíes han atacado 1700 centros de salud. Han restringido la libre circulación —mediante puestos de control militares, puertas, barreras, corredores y zonas prohibidas— con consecuencias devastadoras para la capacidad de las comunidades de acceder a medios de subsistencia, atención médica, educación y otros servicios vitales.
Los líderes mundiales no pueden alegar ignorancia
A pesar de que cuatro de cada cinco países del mundo reconocen al Estado de Palestina, el Parlamento israelí aprobó recientemente una moción para anexionar completamente Cisjordania, incluida Jerusalén Este, donde viven 3,3 millones de personas palestinas, y los funcionarios israelíes han reiterado su intención de buscar la «soberanía completa» sobre Cisjordania, afirmando que «no hay pueblo palestino ni Estado palestino» y que «el lugar pertenece a [los israelíes]». Se han declarado abiertamente intenciones similares para toda Gaza.
Estas declaraciones ya no son marginales: muestran lo que está impulsando la acelerada desaparición de un pueblo. La fragmentación y anexión por parte de Israel de territorios reconocidos internacionalmente como palestinos está haciendo que la perspectiva de un Estado palestino viable sea cada vez menos realista.
Actuar no es opcional.
La Corte Internacional de Justicia aclaró en julio de 2024 que todos los Estados miembros de la ONU están obligados a no reconocer ni apoyar la ocupación ilegal de Israel, incluso a través del comercio y las inversiones. Además, la Comisión de Investigación de la ONU ha determinado que todos los Estados deben «tomar todas las medidas necesarias para tratar de evitar o detener la comisión de genocidio».
En las pocas semanas que han transcurrido desde que varios países más reconocieron al Estado de Palestina, cientos de personas palestinas han sido asesinadas y más de 1500 han resultado heridas por los disparos israelíes en todo el Territorio Palestino Ocupado. La toma militar de la ciudad de Gaza se ha acelerado en alcance y brutalidad: los ataques mortales contra tiendas de campaña, viviendas y edificios públicos han obligado a decenas de miles de personas a huir una vez más, aunque la mayoría no tiene adónde ir; varios centros de salud del norte han tenido que cerrar, dejando a cientos de miles de personas con recursos muy limitados de acceso a la atención médica. En Cisjordania, incluida Jerusalén Este, se han intensificado los ataques de los colonos, las incursiones militares y las detenciones. Se han demolido decenas de estructuras palestinas. El Comité de Seguridad Nacional del Parlamento israelí ha avanzado en las conversaciones para restringir el acceso humanitario a las prisiones, donde se encuentran recluidos más de 9 500 palestinos, así como en una ley para autorizar la pena de muerte para los detenidos.
Con cada hora de retraso, otra familia queda destrozada, otro niño pasa hambre, otra casa queda reducida a escombros, otra parte de la vida palestina se borra.
Para evitar que se produzca un Estado de Palestina sin palestinos y para impedir que las fuerzas israelíes y los colonos tomen nuevas medidas punitivas contra las comunidades, los Estados deben utilizar todos los instrumentos políticos, económicos y jurídicos a su alcance para:
- Un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza, y que los palestinos sean dueños y lideren sus propios planes y procesos de (re)construcción, en consonancia con su derecho inalienable a la autodeterminación.
- El fin de la ocupación ilegal por parte de Israel de todo el territorio palestino ocupado, garantizando las condiciones necesarias para que los palestinos puedan permanecer en su tierra.
- Acceso y protección humanitarios sin restricciones, coordinados por las Naciones Unidas, tal y como se consagra en el derecho internacional humanitario, en todo el territorio palestino ocupado.
- El fin del comercio con los asentamientos ilegales, incluida la prestación de servicios y las inversiones.
- El cese inmediato de todas las ventas y transferencias de armas a Israel.
- La rendición de cuentas por los crímenes cometidos.
- La reapertura inmediata de un corredor que conecte Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este, para evacuaciones médicas y otros fines.
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Organizaciones firmantes:
1. ActionAid International
2. Al Awda Health and Community Association
3. American Friends Service Committee (AFSC)
4. Arab Educational Institute – Pax Christi Bethlehem / Palestine
5. Bystanders No More
6. Child Rights International Network (CRIN)
7. Churches for Middle East Peace (CMEP)
8. CIDSE – International Family of Catholic Social Justice Organisations
9. Emmaus International
10. Global Centre for the Responsibility to Protect
11. Global Legal Action Network (GLAN)
12. HelpAge International
13. Insecurity Insight
14. KinderUSA
15. Médecins du Monde International Network (MdM)
16. NGO Committee on Disarmament, Peace and Security
17. Norwegian Peoples Aid
18. Oxfam International
19. PARC – Agricultural Development Association
20. Pax Christi International
21. Palestinian Institute for Climate Strategy (PICS)
22. Sabeel-Kairos UK
23. The Middle East Children’s Alliance
24. Terre des Hommes Italy
25. United Against Inhumanity