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Un lugar de paso y refugio para la población ucraniana

Fotografía: Olmo Calvo / Médicos del Mundo

Un lugar de paso y refugio para la población ucraniana

Las ciudades y regiones ucranianas menos afectadas por las hostilidades, como es el caso de Chernotvsi, se han convertido en una alternativa para las personas que no han querido dejar su país.

Chernovtsi, también llamada la Pequeña Viena o la Alejandría europea, es una ciudad (y a la vez región) que se encuentra en el suroeste de Ucrania. Con una población similar a la de Gijón -más de 260 000 habitantes- se ha convertido en el lugar de destino y de paso de cientos de miles de desplazados ucranianos que huían de los bombardeos y asedios de sus regiones de origen. Y es que, a pesar de que las sirenas antiaéreas también resuenan en sus calles, la ciudad -por el momento- es una de las menos afectadas y se encuentra en un lugar estratégico: a tan solo 40 km de la frontera con Rumanía. 

 

 

Sanidad y alojamiento: las necesidades más acuciantes 

 

Desde que estalló el conflicto, cerca de 14 millones de personas han abandonado sus hogares en Ucrania; de ellos, 8 millones son desplazadas internas, según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Esto ha supuesto un desafío para ciudades de acogida como Chernovtsi. “Ha generado que estas personas no tengan un acceso a la salud adecuado porque hay una gran presión de los centros de salud que antes daban asistencia a una población determinada y esta se ha doblado y, en algunos casos hasta se ha triplicado”, explica Jesús Cruz, coordinador de la emergencia en Ucrania de Médicos del Mundo, desde nuestra oficina de campo en Chernovtsi.  

A ello se suma la escasez de medicamentos y suministros médicos. Las empresas farmacéuticas ucranianas y sus centros logísticos estaban situadas en el centro, este y sur del país. Las hostilidades, la crisis económica derivada de ellas y el corte en las cadenas de distribución, son las principales causas de este desabastecimiento. 

En cuanto estalló el conflicto, en Médicos del Mundo trasladamos nuestra oficina de campo a esta ciudad ucraniana. Desde ahí coordinamos toda nuestra intervención en la emergencia y ya hemos abierto un corredor logístico que conecta Rumanía y Ucrania para proporcionar medicamentos y suministros médicos a hospitales y centros de salud de todo el país. En Chernovtsi, trabajamos para garantizar el derecho a la salud de desplazados internos y de la población de la ciudad. 

Pero no solo los servicios sanitarios de Chernotvsi se han visto resentidos, también existe una escasez de alojamiento. Por ello, se han tenido que habilitar centros colectivos, utilizando residencias universitarias y escuelas. Las personas desplazadas también se hospedan en habitaciones alquiladas o cedidas y en las casas de la propia población de Chernovtsi.  

 

Las personas más vulnerables 

 

“Las personas más afectadas por el conflicto son las personas desplazadas. Están en lugares más seguros, pero son zonas desconocidas para ellos en las que tienen que buscarse un alojamiento y en las que apenas tienen recursos para poder sobrevivir”, destaca Ricardo Angora, coordinador de salud mental en Ucrania de Médicos del Mundo.  
A la difícil decisión de partir y dejar atrás su hogar, se une un viaje con tremendas dificultades. Pero esto no acaba aquí. Cuando llegan a un lugar seguro tienen que lidiar con el sentimiento de culpabilidad por los familiares y amigos que han dejado y con el recuerdo de los bombardeos. “Ahora me siento muy bien. Pero también siento ansiedad desde el primer día de la guerra. Las sirenas aéreas que se producen de vez en cuando me provocan a veces una especie de sensación de pánico interior porque no es tan fácil olvidar rápidamente lo que has visto u oído”, confiesa Dimytro, desplazado interno procedente de Kiev.  

“Los que traen aquí a las personas desplazadas nos dicen que cuando las llevan desde Járkov, Chernígov o Kiev, simplemente se suben a los coches sin preguntar a dónde van, solo para huir de esta guerra”, detalla Roman Molosii, presidente de la ONG Ukraine United. “Durante el primer día están tensos, no paran de llorar, de maldecir. Luego se recuperan y empiezan a sonreír, a vivir, a hacer amigos, a ayudar a los demás… quieren ser útiles. Son gente ucraniana, muy sincera y cordial, unida, hoy estamos todos unidos”.  

Pero quizá lo más complicado para las personas desplazadas es la adaptación e incertidumbre ante un futuro incierto. Valeriia Bozhenko, responsable de incidencia política de Médicos del Mundo en Ucrania, se trasladó a Chernovtsi al inicio del conflicto. “Cuando me fui de Kiev con mi hermano, creo que perdí algo muy importante. Perdí mi hogar. Y es una sensación terrible. Tengo la esperanza de que algún día no me sentiré más así, porque es demasiado duro. Y ahora estoy en un lugar seguro, estoy en una ciudad donde hay trabajo, algún restaurante al que puedes ir a comer, puedes ir al supermercado y comprar todo, lo que quieras. Y para mí es muy extraño. Es súper extraño darse cuenta de que hay algún lugar con vida normal, porque dentro de mí no es una vida normal”. 

Lo más urgente en un conflicto armado es tratar las heridas causadas por la guerra, pero también lo es hacer frente a los trastornos de salud mental y psicológicos que se producen y que no se ven. Nuestros equipos lo saben bien, por ello, trabajamos en la mejora de la salud mental de la población ucraniana a través de intervenciones de apoyo grupal, asistencia psicosocial individual, y apoyo a la atención primaria con atención psicológica a pacientes con somatizaciones. 

“Lo más valioso que conseguimos llevarnos de Sievierodonetsk somos nosotros y nuestros seres queridos. Mi familia, mis hijos, mi marido. Las pertenencias no son tan importantes. Y lo más valioso que dejamos allí es mi madre y mi hermano”. Kateryna Kytniuk, técnica de Recursos Humanos de Médicos del Mundo en Ucrania.
“Lo más valioso que conseguimos llevarnos de Sievierodonetsk somos nosotros y nuestros seres queridos. Mi familia, mis hijos, mi marido. Las pertenencias no son tan importantes. Y lo más valioso que dejamos allí es mi madre y mi hermano”. Kateryna Kytniuk, técnica de Recursos Humanos de Médicos del Mundo en Ucrania.

 

Solidaridad: la mejor medicina 

 

En este conflicto, la solidaridad internacional ha sido clave para apoyar a las personas desplazadas que huían de la guerra. Pero también lo ha sido la población de acogida dentro de sus fronteras. “Una mujer que se encargaba de registrar a las personas desplazadas y vio el año en que nació mi hijo, su propio hijo también nació entonces. Simplemente me cogió de la mano, me llevó a su habitación y me dijo: "por favor, coge lo que necesites, todo lo he lavado y es para ti". Este sentimiento de corazón a corazón, de corazones abiertos es la mejor rehabilitación en nuestra situación”, explica Diana Buriachenko, desplazada procedente de Mariúpol. 

Valeria, por su parte, destaca el orgullo que siente cuando es testigo de los gestos solidarios de la población de Chernovtsi. “Cuando necesitas algo, siempre encuentras a personas que están dispuestas a proporcionarlo. Y creo que esto es increíble. Increíble porque da tanto poder a la gente, a mi pueblo, mis amigos y mi país, y hace que me sienta muy, muy orgullosa de ellos”.