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Migrar enferma a miles de personas en Centroamérica

Fotografía: Médicos del Mundo

Migrar enferma a miles de personas en Centroamérica

Migrar es una causa y consecuencia normal de habitar, forma parte de la historia de la humanidad. Moverse en busca de una vida mejor, obligado por una situación límite o por decisión propia, es un derecho reconocido a la ciudadanía.

Poner trabas al proceso natural de la migración no hace más que crear sufrimiento a las personas y empujarles a un drama humanitario. Miles de personas transitan cada día por países de Centroamérica huyendo de la falta de oportunidades laborales y protección social, de la violencia, extorsión o asesinatos; y por el camino encuentran la dificultad de acceder a su derecho a la salud.  

“Tengo 33 años, soy venezolano y migro desde hace 1 mes y 15 días. Pasé por Perú, Ecuador, Colombia, por la selva del Darién -que separa Panamá de Colombia-, etc. Pasé la selva en 10 días y de verdad que no fue nada agradable: hubo muertos, personas que fueron violadas. Momentos muy duros”, cuenta Juan Manuel Herrera, un joven migrante que descansa hoy en la Casa del Migrante de San José en Esquipulas, en el sur de Guatemala y cerca de la frontera con Honduras. 

Las personas que migran, con semanas, meses y a veces años de camino a sus espaldas, viven situaciones extremas en un drama humanitario sin precedente en la región. En Médicos del Mundo, con más de 25 años de trabajo en El Salvador, Guatemala y Honduras, nunca habíamos atendido a un volumen tan grande de personas y en una situación tan precaria como la de los últimos años.  

En esta Casa del Migrante, donde Médicos del Mundo presta atención sanitaria, los testimonios pasan una y otra vez por la selva del Darién. Guatemala es un punto traumático del camino en el que las personas que migran suelen entrar en un profundo duelo tras la decisión de migrar. “Llegados a este punto se vienen abajo: por un lado, han pasado ya varios países y el duro paso del Darién con experiencias muy traumáticas, por lo que no se pueden plantear volver atrás, pero por otro lado aún les queda atravesar México, que es el último y más difícil de los pasos”, explican compañeros sanitarios en este centro. 

 

Migrar, enferma 

 


La peor enfermedad es la psicológica, porque estás con la cuestión de que te van a devolver, te va a agarrar la Policía, te va a agarrar la Inmigración...”, cuenta Herrera. 

Desde nuestra experiencia, el impacto emocional que estos pacientes traen es mucho más grave que las patologías físicas que puedan presentar derivadas del proceso migratorio. Las personas median con el duelo migratorio, en muchas ocasiones una decisión de fuerza mayor, así como los traumas derivados del camino. Presentan estrés, ansiedad y cuadros psicosomáticos, entre otros. Además, tienen que proyectar la construcción de una vida nueva, hoy llena de incertidumbre. Desde la psicosis personal y colectiva, a la ansiedad o la depresión: migrar enferma y afecta gravemente a la salud mental de las personas. Y en especial vulnerabilidad se encuentran mujeres y niñas ante la violencia sexual y trata de personas. 

“No van a morir de una gripe, sino más fácil de la ansiedad que tienen por el trauma que vivieron y por todos los recuerdos que puedan traer. Es importante cómo esta gente al llegar a su destino va a lidiar con toda esta situación en un futuro”, explica Josselyn María A. Duate, médica de Médicos del Mundo en la Casa del Migrante de San José.  

- ¿Cuál es tu sueño, Juan? Le preguntamos 

- Vivir tranquilo, responde. 

 

Sin derecho a la salud por migrar 

 

A un camino lleno de dificultades se suma una más, fundamental para su salud: en demasiadas ocasiones si enfermas no puedes ir al centro de salud. Durante el tránsito migratorio, los migrantes ven vulnerado su derecho a la salud por varias causas, entre ellas la falta de conocimiento.  

En muchas ocasiones, el personal de salud pública en centros de salud, de atención permanente y de hospitales no brinda una atención sanitaria universal y gratuita por falta de conocimiento de las normativas nacionales, lo que contribuye a la negación de la atención a estas personas. Es necesario que todos los prestadores de servicios de salud conozcan el marco legal, protocolos y lineamientos del Ministerio de Salud de sus respectivos países para que no haya barreras en el acceso a la salud de estas personas. 

Otra de las casuísticas es que las personas migrantes a menudo relacionan a los centros de salud u hospitales con entidades donde podrían ser detenidas y deportadas. Las normativas de inmigración en el país, así como los procesos recurrentes de deportación y retorno, generan un patente miedo a la hora de acudir a centros sanitarios. 

 

Qué hace Médicos del Mundo 

 

El objetivo de la organización en estos centros de tránsito migratorio es conectar a los migrantes al Sistema Nacional de Salud; recordarles que por ser migrantes no pierden su derecho a la salud. Además, brindamos atención sanitaria y de salud mental a aquellas personas que no pueden acceder a los servicios sanitarios. También apoyamos al sistema de salud público a integrar la atención al migrante con recursos y capacitación. 

Médicos del Mundo trabajamos para facilitar el acceso a la salud de las personas migrantes en tránsito, retornadas y desplazadas forzadas internas en Guatemala, Honduras y El Salvador.   

Fortalecemos las capacidades del personal de las instituciones estatales y las organizaciones de la sociedad civil para una atención integral. Contribuimos a la actualización del Protocolo de Recepción y uso adecuado para las derivaciones seguras, las normas mínimas para la protección de la infancia en la acción humanitaria, así como la salud mental y apoyo psicosocial en emergencias humanitarias y catástrofes.